Estamos iniciando una semana con dos fechas que pueden marcar la ruta para los meses venideros. En primer lugar, el 18 de junio. Es la fecha fijada en los compromisos de la mesa de negociación para la liberación definitiva de todos los rehenes por el régimen. Todavía quedan 89 cautivos. Además, están pendientes de cumplir los otros compromisos que el gobierno suscribió, entre ellos el restablecimiento pleno de los derechos y libertades ciudadanas, incluyendo la libertad de prensa y la libertad de movilización.
La otra fecha es el 21 de junio. Se vence el plazo establecido por la NICA ACT para que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, certifique ante el congreso norteamericano si el régimen de Ortega está realizando pasos efectivos en dirección a los siguientes objetivos:
• Enjuiciamiento de los responsables de actos de corrupción y lavado de dinero.
• Enjuiciamiento de los responsables de violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
• Restablecimiento del estado de derecho, respeto a la ley, separación de poderes.
• Reformas institucionales para la realización de elecciones anticipadas, libres, transparentes y con observación internacional y nacional independiente.
• Protección de los derechos civiles y políticos.
Es lo que plantea la NICA ACT. Para moros y cristianos está claro cuál es la realidad, pero no está de más remarcar los siguientes puntos:
Ortega no ha dado un solo paso para combatir la corrupción. Es natural, tendría que ponerse a la cabeza de la lista de los enjuiciados. Más bien, ha buscado como capear al BANCORP, institución financiera constituida con fondos de la cooperación petrolera con la finalidad de trasegar capitales.
Ortega no ha dado un solo paso para enjuiciar a los responsables por violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Es natural, tendría que ponerse a la cabeza de la lista de los enjuiciados. Más bien, utilizando a sus sirvientes de la Asamblea Nacional impuso una ley de amnistía con la pretensión de cubrirse de un manto de impunidad. Es evidente que el juzgamiento de los responsables solo podrá realizarse con Ortega fuera del poder.
Ortega no ha dado un solo paso para restablecer el Estado de Derecho, el imperio de la ley y la separación de poderes. Más bien, a su gusto y antojo pisotea las leyes. Y de separación de poderes ni hablemos. Convirtió a jueces y magistrados en verdugos y subordina desde el más encumbrado jerarca de los poderes del estado, hasta el último concejal del municipio más humilde. La única ley vigente es la voluntad del monarca.
Ortega no ha dado un solo paso para restablecer los derechos y libertades ciudadanas. Más bien mantiene un estadio de sitio, de facto; sus grupos paramilitares se movilizan públicamente cometiendo tropelías con total impunidad; afianzó un estado policial y un ambiente de represión generalizada. Continúe el cierre de medios de comunicación, la clausura de organizaciones no gubernamentales, la usurpación de propiedades.
Ortega no ha dado un solo paso para reformas electorales que posibiliten elecciones anticipadas, libres, legítimas, transparentes y observadas por organizaciones internacionales creíbles.
En estos puntos no hay misterio para nadie. Ya veremos qué informa al congreso el Secretario de Estado. Y con qué maniobras nos sale Ortega en los próximos días.
Por otra parte, lo que ocurra en la presente semana, influirá, sin duda, en las deliberaciones de los cancilleres del continente, en el marco de la Asamblea General de la OEA, a verificarse en Colombia, a partir del 26 de junio.
Para terminar, dos consideraciones. La reanudación de la Mesa de Negociación únicamente tiene sentido si Ortega cumple, plena y cabalmente, los compromisos que asumió, comenzando por el restablecimiento de los derechos y libertades ciudadanas.
Segundo. Las sanciones individuales a jerarcas del régimen por motivo de corrupción y violaciones a derechos humanos, nada tienen que ver con soberanía y autodeterminación. Todo lo contrario. Las violaciones al derecho internacional y a convenios suscritos por Estado de Nicaragua tienen consecuencias de las cuales los cabecillas del régimen están plenamente conscientes.
Esperemos pues que los desenlaces de la presente semana marquen un paso adelante en la lucha por la libertad, la justicia y la democracia.
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