Después de algunos meses de silencio, la Conferencia Episcopal dio a conocer un comunicado con claras posiciones sobre el momento que vive el país. Un mensaje oportuno y concreto. Desafortunadamente el mensaje ha sido recibido con frialdad y está pasando casi desapercibido, tal vez porque la población todavía está bajo el impacto del destierro de Monseñor Silvio Báez. Con seguridad, también influye el turbio papel que ha desempeñado el Nuncio.
Sin embargo, el mensaje es oportuno, porque en un momento de incertidumbre, confusión y borrascas, ofrece luces sobre lo inmediato y señala rutas para avanzar hacia el futuro. Además, con lenguaje sencillo, se enfoca en las realidades y apremios que todos conocemos y palpamos.
De entrada, los pastores católicos afirman que no pueden estar al margen de la situación cultural, política, económica, familiar y social del país.
“Constatamos con dolor cómo continúa el sufrimiento de la familia nicaragüense, afirman los obispos y añaden: Los presos políticos, la falta de respeto a los derechos constitucionales, los exiliados, los refugiados, los asilados, la pobreza, el desempleo, la inseguridad, el conflicto por tierras y sus correspondientes consecuencias…»
En concreto, los obispos hacen un llamado a formar y formarse para la alegría y la esperanza y exhortan a sus feligreses, sacerdotes, religiosos, feligreses y a las personas de buena voluntad a construir:
Una Nicaragua donde todos seamos capaces de lograr una visión de cambio
Una Nicaragua donde se asuma la centralidad de la persona humana y su dignidad
Una Nicaragua donde respetemos y fortalezcamos la democracia y su institucionalidad
Una Nicaragua donde se ejerza sin restricciones la libertad de expresión.
Una Nicaragua donde la paz sea fruto de la justicia.
Dado el carácter orientador del mensaje, vamos a compartir algunos párrafos que a nuestro juicio son particularmente relevantes:
¿Qué nos dicen los obispos sobre la paz? Una paz que permanezca en el tiempo no puede ser resultado de arreglos coyunturales ni de las componendas del pasado. Estamos llamados a construir el concepto integral de la paz y en este sentido edificar un país donde la paz sea perdurable, justa y coherente con los intereses de todos. De lo contrario repetiremos la historia de sufrimiento, muerte, dolor y agonía.
¿Qué nos dicen los obispos sobre la libertad? La libertad de la persona no admite plazos, ni condiciones, ni excusas burocráticas. Es claro que esta frase se refiere a las excusas falaces de los voceros del régimen para mantener encarcelados a centenares de nicaragüenses.
Y siempre hablando de libertad, agregan: Es un imperativo que no existan acciones de represión y persecución. Un clima de irrestricta libertad y confianza requiere que toda persona pueda ejercer sus derechos y libertades públicas fundamentales, al amparo de la constitución política, las leyes y los tratados internacionales.
¿Qué nos dicen sobre la democracia? La vida del ser humano tiene sentido en el marco de valores, principios e instituciones democráticas. Una democracia debe inspirarse en la idea de fortalecer las instituciones y los principios que fundamentan el estado de derecho: supremacía de la ley, división de poderes y respeto a los derechos humanos. Lo cual implica que las estructuras de gobierno no sean un poder arbitrario ni la oportunidad para la repartición de cargos, prebendas y privilegios.
Los obispos también nos hablan de elecciones. Y afirman lo siguiente: es necesario una renovación del poder electoral de tal manera que sea confiable e independiente, de tal modo que se de un proceso electoral neutral, imparcial y observado, nacional e internacionalmente. De lo contrario no se darán elecciones libres.
En cuanto a la administración de justicia debe ser absolutamente independiente, imparcial, profesional y éticamente impartida, al margen de los designios políticos, partidarios e ideológicos. Sin una justicia independiente no hay libertad.
Los obispos dedican un párrafo especial a la libertad de expresión: Sin libertad de expresión todas las otras libertades se marchitan y terminan por fenecer…
Finalmente, los obispos se refieren al vínculo entre verdad, justicia y paz. A este respecto, citan algunos versículos del salmo 85 que dice: El amor y la verdad se dan cita. La justicia y la paz se besan. La verdad será siempre el camino de la justicia.
En este sentido, los obispos expresan apoyo a un diálogo en el cual los acuerdos han estar cargados de un profundo sentido ético y moral capaz de revelar la historia de la tragedia y el dolor de las víctimas. “Esta es la certeza que debe guiar nuestras búsquedas para nuevos horizontes en Nicaragua, lo cual exige contemplar la verdad sobre los hechos, la no impunidad de los culpables, la reparación y reinserción de las víctimas y sus familiares, así como garantías de no repetición. Es lo único que puede darles la verdadera seguridad a los ciudadanos. Solo asi puede construirse moralmente un país.»
Es lo que dijeron los obispos. Nos corresponde celebrar que a pesar del ambiente borrascosos los obispos retomen su labor pastoral frente a las duras realidades del pueblo nicaragüense. Nos anima y nos debe entusiasmar a todos. Esperemos que los pastores sigan desempeñando su misión profética.
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