Está claro que para salir de una dictadura el factor primordial es la lucha del pueblo. Sin embargo, también es claro que en el mundo en que vivimos la comunidad internacional desempeña un importante papel en la dinámica política interna de los países.
Daniel Ortega, durante varios años pasó agazapado, fuera del radar de la comunidad internacional, gracias, principalmente, a que los focos de la opinión pública se centraban en Venezuela.
A partir de abril, la masacre perpetrada por las fuerzas represivas exhibió de cuerpo entero a una camarilla aferrada al poder, a sangre y fuego, que no respeta ni leyes, ni derechos, ni libertades ciudadanas.
Y allí hemos ido, tal vez no con la rapidez que quisiéramos, pero es una realidad que la comunidad internacional ha dado pasos significativos en apoyo al pueblo nicaragüense. Los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de Amnistía Internacional, de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y el reciente informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, establecieron los fundamentos jurídicos, morales y políticos para que organizaciones y países comenzaran a aislar al régimen. De hecho, Ortega se quedó únicamente con el apoyo de Bolivia, Cuba y Venezuela. Un apoyo que está alas de cucaracha con la crisis del régimen de Maduro.
La Organización de Estados Americanos es, indudablemente, el principal foro internacional enfocado en la situación de Nicaragua. Como sabemos, se inició ya el proceso de aplicación de la Carta Democrática. Sin embargo, se requieren 34 votos para tomar la decisión final.
Por tal razón es importante que pasemos revista a nuestro alrededor, porque todo cambio de gobierno incide en la correlación de fuerzas, votos y alianzas.
Una de las características de la democracia es que la orientación de los gobiernos cambia cuando se cumple el período presidencial, pues el electorado decide y frecuentemente modifica sus preferencias. En los próximos meses se realizarán elecciones en países vecinos y conviene que vayamos siguiendo esos procesos desde ahora.
Comencemos por el punto de partida. El año pasado se produjeron cuatro elecciones muy importantes para nosotros. La primera fue en Colombia. Parece un país lejano, pero Colombia es el país vecino con el cual tenemos la frontera más extensa. Es un país influyente y en el momento actual es el principal adversario del régimen de Maduro.
Aun cuando hay una enorme distancia con Brasil, se trata de una potencia regional con gran influencia en América Latina. Si bien las posiciones de Jair Bolsonaro no despiertan simpatías en varios sectores, si lo vemos desde Nicaragua tendríamos que pensar en cuál sería el escenario si estuviera Lula en la presidencia.
Pero las dos elecciones más significativas fueron en Costa Rica y en México. Dos países que a lo largo de nuestra historia han desempeñado un papel incidente en nuestros aconteceres. En Costa Rica, el gobierno del Partido Acción Ciudadana, ha mantenido posiciones firmes y claras ante el régimen de Ortega, apoyando sólidamente la democracia y abriendo las puertas a los perseguidos políticos nicaragüenses.
La contracara es el hasta hoy triste papel desempeñado por Manuel López Obrador, presidente de México. El gobierno mexicano ha tomado como pretexto el poco creíble argumento de la no injerencia, para asumir una posición complaciente tanto con Maduro como con Ortega. Sin embargo, las realidades internacionales son cambiantes y no podemos dar por definitivas las posiciones del gobierno mexicano.
Más cercanamente, la elección de Nayib Bukele, como presidente de El Salvador representa un cambio significativo en la correlación política en Centroamérica. Ortega pierde un compinche y nosotros ganamos un aliado. Vale decir que el vicepresidente electo de El Salvador, Félix Ulloa, residió hasta hace pocos años en Nicaragua y conoce muy bien las realidades de nuestro país.
Las siguientes elecciones presidenciales serán en Panamá, en mayo. Dos candidatos encabezan las encuestas. Laurentino Cortizo, conocido como Nito, por el Partido Revolucionario Democrático, PRD; y Rómulo Roux, del Partido Cambio Democrático. Hasta ahora las encuestas conceden una amplia ventaja a Nito Cortizo, de quien, también hay que agregar como dato curioso, que cursó sus estudios secundarios en el Colegio La Salle, de Managua.
Un mes después, en junio, se realizarán elecciones presidenciales y parlamentarias en Guatemala. Hay más de diez candidatos, más de veinte partidos y todavía no emergen favoritismos claros. Pero es otro proceso que debemos seguir de cerca pues también sabemos que para proteger su corrupción interna, el actual presidente, Jimmy Morales, en la práctica ha dado la espalda a la lucha del pueblo nicaragüense.
Sigamos con atención la marcha de estos procesos electorales en nuestro vecindario.
Dejar una respuesta