Anoche, la Conferencia Episcopal se tomó, literalmente, el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra. Cinco obispos, encabezados por el Cardenal Leopoldo Brenes, compartieron y departieron con quienes tuvimos el privilegio de asistir al acto de presentación del libro más reciente de Monseñor Silvio Báez, cuyo título es “Evangelio de Hoy, Tuits de la Buena Nueva de Jesús de Nazaret”.
Un título bastante extraño que amerita una explicación.
Las redes sociales, gradualmente se van convirtiendo en nuestro país en un importante instrumento de comunicación. A pesar de nuestro rezago tecnológico, cada vez más nicaragüenses utilizan blog, Facebook, twitter y otros medios que posibilita internet, para informarse y para comunicarse.
Resulta que el obispo Báez, desde hace años, con perseverancia viene compartiendo cada día iluminadoras frases religiosas, principalmente extraídas del evangelio bajo la inspiración de las vivencias de su fe y de sus reflexiones como pastor de la iglesia. Sin exageración, Monseñor se ha convertido, con los años, en el mayor tuitero del país. Pocos tienen tantos seguidores como él.
Pues bien, el libro es una recopilación de una parte de esas frases, porque no son todos los tuiter que a lo largo de estos años el obispo ha compartido por las redes sociales. Cada frase bíblica contenida en el libro es seguida de una breve reflexión que orienta o interpreta su sentido.
“Más allá del ámbito meramente religioso –nos dice el obispo en su introducción al texto- hay numerosas expresiones evangélicas que son enunciados incisivos, penetrantes, que siempre hacen pensar, iluminan la conciencia, hacen crecer la esperanza y consuelan el corazón«.
En verdad, no es un libro para leer en unas horas o en unos días, sino, como afirmaba el Cardenal Brenes en su intervención, es un libro para la vida. Para meditar cada página. Monseñor Báez recomendaba que después de leer cada frase, pasar a leer su sentido en nuestra propia conciencia.
«Cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes«, reza uno de los textos y seguidamente viene el comentario “No se dejen dominar ni por la hipocresía religiosa ni por las ansias de poder”. Así está estructurado el libro. Una frase bíblica y después un comentario del autor.
La presentación de la obra estuvo a cargo del obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez.
Más allá del contenido del libro y del acto de anoche, pensamos que lo fundamental es destacar que se trata del testimonio de una nueva iglesia, profética y comprometida con nuestras realidades. Una iglesia más profética que diplomática, como afirmó el obispo Báez.
Creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos, nos sorprendimos al ver al obispo Álvarez cumpliendo su labor misionera, predicando en los buses de su diócesis. Lo vimos también encabezando la defensa de la vida y de la naturaleza en Rancho Grande, ante el acoso de los depredadores. Escuchamos también su palabra de pastor. Báez, por su parte, cada día cumple su misión profética en distintos ámbitos, uno de ellos es la vía de las redes sociales, mismas que Monseñor Álvarez denominó “los púlpitos de este tiempo”.
Ambos obispos, asimismo, cumplen una labor ejemplar que trasciende lo propiamente religioso. Nos enseñan lecciones de vida y para la vida.
Nos enseñan que es posible ser coherentes entre lo que se predica y lo que se practica.
En un país donde los fundamentos morales de la sociedad son cada día asediados desde el poder y desde los poderosos; en un país donde se pretende entronizar la mentira y avasallar la verdad; donde los mafiosos, para justificar sus fechorías, quieren implantar como opinión pública la patraña de que somos una sociedad corrupta; donde se nos quiere imponer la fatalidad como destino, la impotencia y la parálisis como norma de conducta social; la sumisión, el descaro y el servilismo como pauta de conducta ciudadana; donde se manipula la religiosidad y las necesidades de los más vulnerables… ambos pastores nos enseñan que como ciudadanos, como nicaragüenses, podemos construir otro destino. Con dignidad. Con humanidad. Con verdad. Con valentía.
Independientemente de la labor o de la actividad a que nos dediquemos cotidianamente, es posible esmerarnos cada día, como ciudadanos, en dar lo mejor de cada uno de nosotros. Si somos maestros, si somos empresarios, si somos trabajadores, si somos profesionales, si somos estudiantes, mujeres o varones y de cualquier edad, siempre es posible apelar a nuestra propia conciencia como seres humanos para empeñarnos en construir un mejor presente y un mejor futuro para nuestras familias, para nuestros municipios y para nuestro país.
Al final, es el propósito y fin de toda labor pastoral, mover la conciencia de cada ciudadano a construir y vivir un mundo mejor para todos. Es la ruta que marcan los mensajes y el testimonio de Monseñor Báez.
Alfonso Antonio Navarrete Centeno
Gracias por su artículo Enrique….feliz año nuevo 2018 !!