A propósito del 15 de septiembre, en días pasados mencionábamos que dentro de cuatro años se cumplirán 200 años de nuestra independencia como país. Decíamos que dos siglos de historia independiente ofrecían una oportunidad propicia para reflexionar sobre nuestro presente y sobre nuestro futuro como nación.
Pero bien, Nicaragua alcanzó su independencia en conjunto con los otros países centroamericanos. En consecuencia, también es pertinente imponernos esa misma reflexión como subregión, como Centroamérica. Como centroamericanos.
Una revisión sumaria sobre nuestro presente ¿Qué nos revela?
El atraso, la violencia, la desigualdad, la corrupción, la impunidad y la fragilidad de las instituciones persisten, entre otras, como características compartidas por Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Cierto es que cada país posee sus propias singularidades, pero en lo general nos atraviesan las mismas tribulaciones. Aunque disguste a varios, tenemos que hacer la excepción de Costa Rica. Los ticos desde hace tiempo siguen a otro velocidad y por otra ruta.
Veamos el caso de Guatemala. Es la economía más grande de la subregión, sin embargo sus índices en materia de pobreza, desigualdad, inseguridad ciudadana y exclusión, se encuentran entre los más precarios de América Latina. A la par, el Estado se encuentra penetrado por grupos corruptos que impiden el afianzamiento de la democracia. En el presente, transitan por una nueva crisis política cuyo desenlace, para bien o para mal, está por escribirse.
En Guatemala, a diferencia de Nicaragua, tienen la ventaja de preservar todavía un sistema electoral que permite a la ciudadanía elegir. Y así, en el 2015, eligieron a Jimmy Morales como presidente. Morales, un comediante metido a político, fue favorecido por el ambiente de rechazo hacia los políticos tradicionales, luego de que se destapó una olla de corrupción que culminó con la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti, y la destitución del presidente, Otto Pérez Molina. Ambos ex mandatarios se encuentran procesados judicialmente y guardando prisión.
Este golpe a la corrupción, resultado de la movilización popular y de la acción de algunas instituciones, entre ellas la fiscalía y el aparato judicial, abrió esperanzas de renovación. Pero las expectativas de cambio están siendo defraudadas.
¿Qué resultó? Primero, uno de los hijos del presidente, José Manuel Morales, y uno de sus hermanos, Samuel Morales, aparecieron involucrados en actos de corrupción, incluyendo blanqueo de capitales.
Más tarde, se denunció que el mismo presidente Jimmy Morales se encontraba comprometido en actos ilícitos de financiamiento electoral.
La imputación estuvo a cargo de la CICIG, la Comisión internacional contra la impunidad en Guatemala que, recordemos, es una institución que tiene competencia para investigar, denunciar y perseguir penalmente a los grupos delincuenciales que operan al amparo del poder del estado. La CICIG tiene una característica especial: actúa como una entidad internacional, en el marco de un convenio con naciones unidas, y se financia con el aporte de varios países. De esta manera se intenta preservar la independencia de la institución y colocarla fuera del alcance de los grupos de poder locales.
¿Qué hizo Morales ante la denuncia? Al sentirse amenazado intentó expulsar del país al máximo representante de la CICIG. «Declaro no grato al señor Iván Velásquez (…) Ordeno que abandone inmediatamente la República de Guatemala «, anunció Morales en un video difundido a la opinión pública.
No logró su propósito a causa de una resolución del poder judicial que declaró inconstitucional la orden presidencial.
Pero no terminó allí la historia. El proceso siguió su curso. Los tribunales de justicia resolvieron que ameritaba seguir juicio al presidente y, por consiguiente, el caso llegó a conocimiento de la Asamblea Legislativa. Allí, los diputados, rechazaron la solicitud de que se abriera juicio a Morales y procedieron a archivar el caso. Y no contentos con eso, aprobaron un conjunto de reformas al código penal para proteger a Morales y auto recetarse impunidad ante las acciones de la CICIG.
Nuevamente intervinieron los tribunales de justicia y anularon la decisión de los diputados.
En medio de este alboroto se divulgó otro despropósito. Los medios de comunicación informaron que el presidente Morales recibía un cheque mensual de parte del ejército. El presidente de la república recibiendo un cheque del ejército.
Tanto escándalo despertó nuevamente a la población que comenzó a movilizarse exigiendo la renuncia del presidente y de los diputados. Estos últimos tuvieron que salir escoltados del recinto parlamentario pues la gente los tenía encerrados y nos los dejaba salir.
Finalmente, Jimmy Morales decidió cancelar el tradicional desfile en celebración de la independencia. En la otra acera, está convocado un paro nacional para mañana 20 de septiembre.
Y así estamos. Instituciones como la Fiscalía y el poder judicial defendiendo la ley y la democracia. Y una mafia corrupta enquistada en otros poderes del Estado, defendiendo sus privilegios y procurándose impunidad.
A doscientos años de historia, es el presente que viven nuestros vecinos.
Al menos en Guatemala hay algunas instituciones de la democracia que funcionan. Y la gente sale masivamente a la calle a defender sus derechos.
Nosotros, en Nicaragua, estamos más lejos, por el momento. Esperamos que sea por el momento.
Cenag Asociados Alfonso Navarrete Centeno
Todos hechos con el mismo molde….y corruptos muy difíciles de erradicar en nuestras sociedades centroamericanas !!
Cenag Asociados Alfonso Navarrete Centeno
Siempre atento a sus artículos…saludos Enrique.