s de comunicación del régimen exhibía en días recientes el siguiente titular: “Crece el salario de los servidores públicos”. El texto de la nota mencionaba que el gobierno estaba incrementando los salarios de los trabajadores del Estado en el 5% de manera general, y el 9% en el caso de los maestros.
Más de cien mil trabajadores recibirán este beneficio del gobierno, subrayaba el reporte noticioso.
Esta información la repiten una y otra vez los distintos medios oficialistas y la resuenan los paniaguados del régimen con el propósito de fijar la imagen de un gobierno bondadoso, el gobierno que se preocupa por los pobres y que aumenta año con año los salarios de los trabajadores.
Corresponde preguntarnos ¿En realidad se trata de un aumento de salarios?
Comencemos por el ajuste del 5%. Hemos mencionado en otras oportunidades que la política cambiaria del régimen consiste en el denominado deslizamiento cambiario. Esto es, que día a día el valor del córdoba se devalúa respecto del dólar, hasta acumular una devaluación programada del 5% anual. Los márgenes de esta devaluación las publica el Banco Central todos los días.
¿Qué significa esto? Que si usted en enero del año pasado ganaba cinco mil córdobas, al llegar diciembre, al finalizar el año, su salario se encogió en un cinco por ciento. En lugar de los cinco mil córdobas corrientes, ahora en términos de valor real, esos cinco mil córdobas equivalen a 4750 córdobas. En otras palabras, esa devaluación significa para los asalariados una reducción de sus salarios. Uno piensa que sigue ganando los mismos cinco mil córdobas, pero con esos cinco mil billetes ya no puede comprar la misma cantidad de productos. Ya no valen lo mismo. Valen, como decíamos, 4.750 córdobas.
¿Entonces, este anuncio del régimen es en realidad un aumento salarial? En lo absoluto. Se trata de un simple ajuste que, en cuanto lo entreguen, comienza nuevamente a perder valor. Imagine que usted va corriendo detrás de alguien que es más veloz…nunca lo puede alcanzar.
¿Por qué es tan grave el impacto de esta devaluación? Porque Nicaragua es una economía dolarizada. Buena parte de los bienes y servicios que adquirimos tienen como referencia el valor del dólar. Para que nos demos una idea, según cifras oficiales del Banco Central, el 75% de los depósitos bancarios están en dólares y no en córdobas. Y asustémonos más: el 90% de los créditos que otorgan los bancos son en dólares y no en córdobas.
Y ahora preguntémonos ¿Cuántos nicaragüenses tienen sus ingresos en dólares?
En paralelo a la pérdida de valor de los ingresos en córdobas como resultado de la devaluación, debemos sumar el impacto de la inflación. ¿Qué es la inflación? Es el aumento de los precios de los bienes y servicios que uno adquiere. Según el Banco Central, en el año 2016 la denominada inflación subyacente superó el 4%. Los precios aumentaron más del 4%, en promedio.
¿Cuál es el origen de la inflación? Pueden ser varios. Por ejemplo, el mercado de la energía se encuentra monopolizado. Y la energía es de los llamados “precios líderes” pues su comportamiento se expande al conjunto de la economía, tanto a nivel sectorial como a nivel de la economía de los hogares. Un aumento de la energía provoca un aumento de precios y por ende un aumento de la inflación. La inflación también puede ser resultado de factores externos: un aumento de los precios del petróleo. O de factores climáticos: una sequía o inundaciones que dañe productos básicos.
En otras palabras, los ingresos de los asalariados y de la masa de población que tiene sus ingresos en córdobas, se encuentra acosada por dos vías: por la vía de la devaluación y por vía de la inflación.
Los ingresos, amigos y amigas, no se miden por cuántos córdobas usted percibe. El valor de sus ingresos se mide por cuánto puede usted comprar con esos ingresos. Si usted observa que cada vez compra menos frijoles, o arroz, o pollo, eso se debe al impacto de la devaluación y de la inflación
Y la devaluación fue del 5% y la inflación superó el 4%, en el 2016, de acuerdo a las cifras oficiales. Estamos hablando de quienes tienen el privilegio de un empleo estable, con un salario estable. Y esa no es la mayoría.
Pero además, la inflación y la devaluación afectan no únicamente a los asalariados. También acosan a los pequeños y micro empresarios, y aún a aquellos medianos empresarios que tienen sus ingresos en córdobas y deben pagar sus créditos en dólares, o en córdobas dolarizados la energía, el combustible, las comunicaciones. Pero esa es otra historia.
Si le cuentan otro cuento con los presuntos aumentos salariales del gobierno, se trata exactamente de eso, de cuentos.
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