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Buenas noticias

Buenas noticias

En estos días, en las redes sociales están multiplicándose fotografías de padres, madres, y parientes que acompañan, orgullosos, a sus hijos e hijas en actos de graduación. Se trata de jóvenes que estudian en los distintos niveles educativos en Estados Unidos, cuyas familias en su mayor parte se vieron obligadas a emigrar por razones políticas o económicas, en distintos momentos de nuestra historia reciente.

Una proporción significativa de los muchachos exhiben distinciones académicas, incluyendo graduados con honores. Talento de origen de nicaragüense. En el caso de los que egresan de universidades son remarcables los casos de aquellos que cursaron carreras científicas que ni siquiera se imparten en Nicaragua.

Hay varias razones para que esas fotografías provoquen satisfacción y aún orgullo. Casi podríamos afirmar que son nuestros muchachos, aunque no sean parientes o amigos nuestros.

La primera razón es que seguramente, muchos de estos jóvenes, si se hubieran quedado en Nicaragua no habrían tenido oportunidad de recibir una educación de calidad. Tampoco tendrían ante sí los promisorios horizontes que abren sus títulos. Y que tengan esa oportunidad es algo que debería congratularnos a todos.

Una segunda razón de satisfacción es que se trata de familias que mejoran su condición de vida y de oportunidades para continuar prosperando. Y eso también debe congratularnos.

Corresponde pues felicitar a todas esas familias y a todos esos muchachos y muchachas por sus logros. No es difícil imaginar todo el esfuerzo, trabajo y sacrificio que debieron realizar, ellos y sus familias, para alcanzar sus metas. Y alentarles a perseverar porque residiendo en una sociedad tan competitiva deben seguir bregando duramente para seguir avanzando.

Pero a esa sensación de satisfacción y de orgullo compartidos, le acompaña otra. Es la pesadumbre por la constatación de que en nuestro país no pueda ofrecerse la misma oportunidad ni de educación de calidad, ni de empleo digno, ni horizontes de superación y prosperidad personal y familiar, a buena parte de nuestra juventud. Igualmente, es motivo de pesadumbre que no todos nuestros migrantes tienen posibilidad de obtener la misma satisfacción porque es obvio que con un salario de doméstica o de vigilante difícilmente se pueden sostener los estudios en una universidad extranjera. Con mucho apuro se cumple con las necesidades básicas de las familias.

Pero la tristeza mayor reside en que el modelo impuesto por el régimen, social y económicamente excluyente, sigue expulsando nicaragüenses hacia el exterior. Ese flujo, con el cierre de los espacios políticos y sus consecuencias, muy probablemente tenderá a agravarse.

La población nicaragüense residente en el exterior es un patrimonio que no podemos medir en remesas. Con todo y su importancia, es una mezquindad reducir su valor a las remesas.

Debemos comenzar por valorar la dimensión humana. Nadie abandona el terruño y su familia por su puro gusto. Y esto ya supone una elevada cuota de sacrificio. Sacrificio personal. Sacrificio familiar. Y sacrificio social. Lo que el país pierde en términos humanos no lo pueden compensar las remesas.

Y aquí tenemos otra dimensión. La dimensión cultural. Es indispensable adoptar una sana política de Estado y establecer instituciones que promuevan los lazos culturales entre quienes estamos aquí y quienes están allá. Sin duda, nos enriqueceríamos como nación.

¿Por qué no decirlo? Muchos hábitos, valores, prácticas sociales, actitudes que se cultivan en otras sociedades y que adquieren nuestros nacionales, mucho bien nos harían si fluyeran y arraigaran aquí, en Nicaragua. Igualmente, es trascendente alimentar las raíces culturales de nuestros compatriotas en el exterior. Porque nuestra aspiración debería ser crear condiciones para su retorno y para que apliquen su formación y talento en el desarrollo del país. A nadie puede atraer un retorno sin estabilidad, sin libertad y sin condiciones de prosperidad.

En última instancia debemos aspirar a que esas raíces no se corten, sino que sobrevivan a pesar del tiempo.

Siempre es oportuno repetir que Rubén Darío fue un migrante. Igual lo fue Salomón de la Selva. Y también Sandino.

Seguramente hoy, más allá de nuestras fronteras, se cultivan talentos y trayectorias destinadas a enorgullecernos todavía más.

  1. oaru

    Ohe! Hay emigrantes nicas en USA que no tienen acceso a estudiar carreras. Eso también debe darnos lastima. Algunos han venido de nuevo a su país para estudiar. Ya que es más barato. Conozco casos.

  2. odaom@aol.com

    Don Enrique: Este es un buen reconocimiento a estas generaciones que, pudieron superarse en este Paiz de oportunidades, Nuestra hija Oralia Ortega, egresada F.I.U. de la Florida, se graduo en periodismo. y trabaja como reportera en el Canal 4 de T.V. C.B.S. de Miami Florida

    Don Enrique. Me gustaria darle un saludo. si puede darme su Numero de telefono, para desde aquidarle una llamadita, admiro en gran manera su estilo de abordar la vida diaria Nicaraguense. Le abraza

    Odanel Ortega odaom@aol.com

  3. Henry Garcia

    !Que belleza de articulo! Una realidad super bien presentada! Nos queda a los Nicaraguenses en el extranjero, quienes tenemos la capacidad economica (Todos la tenemos en este pais) fomentar el lazo cultural que este articulo menciona, El cual se encargara de ayudarnos a mantener nuestras raices, las cuales serviran para que cuando las nuevas generaciones las conoscan, a traves de eventos culturales, patrocinados por entidades serias, como las universidades, se sientan orgullosos de ser lo que en realidad son: !!!Verdaderos Nicaraguenses!!!.
    Queda mas facil, costaria menos y seria fuente de algunos empleos para personas academicamente preparadas en cada uno de los ramas necesarios, si mi idea se pone en practica en Managua.
    Hojala que alguien en Nicaragua lea este articulo y se anime a formar el «Club Cultural Nicaraguense», sostenido por una cuota anual de $100.00. Pagaderos en partes, si es necesario.
    Se me llena mi mente de ideas potenciales, faciles de lograr, que beneficiarian a lojovenes nicaraguenses, tanto en lo academico, como en el arte.
    Ya me volvi loco… otro jodido en el extranjero… que me ayude a seguir redondeando esta ideota.
    Su amigo de siempre: Henry Garcia (813) 767 7506 gaxeda2005@yahoo.com
    Gracias amigo Saenz por tan lindo articulo… muy motivador.
    Los otros temas… robo, gurra, abusos…. ya estamos cansado de eso… cada dia la politica es mas cochina!
    Pero… no le sueltes la cola… aunque te …………. la mano!!! Si tu dejas de hablar o escribir…. estonces estos si de verdad nos joden!!!

    • Rafael Barrios

      Enrique te felicito que estas sacando estos artículos y de la belleza de la democracia que da oportunidades para la preparación profesional de ciudadanos nicaragüenses, ya que en su tierra natal encontraron cero (0) oportunidades.

      Que el Dictadorzuelo que tenemos en nicaragua queda una vez claro que odia a los nicaragüenses y al mismo tiempo le tiene miedo ya que somos un pueblo valiente y aguerrido en todo terreno somos cuatro por cuatro.

      El dictador no quiere a su pueblo que en ves hacer mas educación, mas desarrollo mejor futuro hacia el pueblo.

      Soy Sandinista y tengo fe en Dios y este dictadorzuelo es anticristiano igual que Hitler, y algunos musulmanes ya que ustedes han escuchados noticias

      Pueblo de Nicaragua recordemos la década de 1980 a 1990 que solo vivimos hambre, guerra, muerte, ojo padres y madres sus hijos están en peligro el dictadorzuelo los utiliza como escudo para el lograr sus objetivos, padres, madres y familiares después no lloren sus muertos que va hacer muy tarde.

      Acuérdense que viene tanques, armas, antiaéreas, aviones, helicópteros, aviones, etc. ( que solo sirven para matar, enlutar a las familias nicaragüenses.

      Escribo estas cuatros letras para que refresquemos la memoria recordar es volver a vivir.

    • Henry, tu comentario me abre ideas que no se me habían ocurrido. En verdad, como sociedad podemos emprender acciones sin tener que estar esperando al gobierno y a las instituciones oficiales. Te invito a pensarla más y proponer iniciativas que podríamos intentar. Saludos,

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