Aunque parezca contradictorio, uno de los pilares de la estrategia de comunicación del régimen es no comunicar. Parece un contra sentido: Utilizar como estrategia de comunicación, no comunicar.
¿En qué consiste este mecanismo y qué propósito persigue?
Consiste en enterrar en el silencio determinados hechos o noticias inconvenientes para el régimen, mientras, a la par, procuran distraer la atención de la gente hacia otros asuntos con su avalancha propagandística.
El propósito de fondo es provocar el olvido. Buscan que los agobios cotidianos de la gente, más la sucesión vertiginosa de hechos, sumado a la sistemática propaganda de manipulación vayan dejando en el olvido hechos que en su momento despertaron interés de la gente. Borar de la mente de la gente lo que verdaderamente importa y colocar lo que es de interés del régimen.
Pondremos cinco ejemplos que nos servirán a la vez para rescatar del olvido los hechos a que se refieren:
Vamos con el primero. El proyecto hidroeléctrico Tumarin fue por mucho tiempo un eje de propaganda del régimen. Lo presentaron como una inversión extraordinaria que resolvería de una vez el problema de la energía en el país. Más de mil millones de inversión y una tajada apetitosa como coima. La construcción se pospuso una y otra vez hasta que el año pasado sin justificación alguna, los inversionistas brasileños anunciaron, según autoridades nacionales, que las obras se iniciarían a más tardar en febrero de este año. Bueno ya febrero pasó y lo único que se sabe es que los presuntos inversionistas están presos, o encausados judicialmente o venadito entre tu huerta. Y de Tumarin nada. Y la camarilla gobernante calla para enterrar el asunto.
El presidente de la cámara de la cámara de energía de Nicaragua, César Zamora declaró en un foro público que Tumarin tenía más secretos que su abuela. Ya que el grupo gobernante calla, habría que preguntarle al embajador brasileño que tan locuaz fue sobre este asunto, qué nos puede informar.
Vamos con el segundo. Los medios de comunicación independientes cubrieron ampliamente el intento de asesinato de los activistas Carlos Bonilla y su esposa Gabriela García. Fueron atacados por un grupo de vándalos y salvaron la vida de milagro. La policía todavía no ha dicho esta boca es mía. ¿Cuál es la razón? Por las características del ataque y el silencio de la policía uno está obligado a presumir que no informan porque están protegiendo a los autores materiales. Pero sobre todo a los autores intelectuales. ¿De dónde pudo provenir el golpe? ¿Quiénes lo planificaron? Obvio. No necesitamos jugar a las adivinanzas.
Pasemos a otro. A inicios del año el diario La Prensa documentó una denuncia sobre créditos amañados otorgados con fondos del INSS. La denuncia desnudó la operación fraudulenta: inventaron una sociedad en la que colocaron como presidente a un ciudadano que trabaja como guirisero en uno de los rincones del país. El INSS otorgó el crédito a la sociedad y la sociedad ficticia contrató a una empresa constructora propiedad de un directivo del INSS. Ni la Fiscalía, ni el INSS, ni la Corte Suprema de Justicia, ni la Contraloría General de la República han dicho esta boca es mía.
El COSEP por su parte anunció la formación de una comisión para tomar posición sobre el asunto. Creo que el COSEP está debiendo el informe de esta comisión.
Pasemos al siguiente: En septiembre del 2015 en medio de un gran escándalo la bancada oficialista expulsó de la Asamblea Nacional a su hasta entonces aliado, el líder miskito Brooklyn Rivera. La acusación fue gravísima: se dijo que Rivera era autor de al menos 16 casos de venta ilegal de tierras comunales indígenas. Se afirmó que el despojo fue de más de 155 mil hectáreas de tierra, esto es, más de 1500 kilómetros cuadrados.
Después de semejante acusación era natural esperar un juicio de grandes proporcionados. ¿Alguien volvió a escuchar algo sobre este tema? Una de dos, o se trató de una soberana mentira, o de una soberana impunidad. Pero lo que quedó fue la destitución del diputado y el silencio.
Finalmente, A inicios del presente año la camarilla gobernante se burló de los nicaragüenses anunciando una ridícula reducción de la tarifa eléctrica del 4%. Como consuelo, se dijo que la tarifa sería revisada en marzo. Bueno, ya estamos a mediados de marzo y no se oye nada del asunto. No podemos dejar en el olvido ese compromiso. Esperaremos a que transcurra el mes, pero no vamos a quitar el dedo de la llaga porque seguramente están esperando a que se nos olvide.
Como podemos observar en estos pocos ejemplos, el silencio es una de las armas de la camarilla gobernante. Si esto es así, pues una de las armas de nuestra resistencia al régimen debe ser la memoria. Mantener en nuestra memoria los hechos y no quitar el dedo de la llaga.
Cada atropello que olvidamos, cada abuso que olvidamos, es una concesión que le hacemos a la camarilla gobernante. Y en esta lucha no podemos hacer concesiones.
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