Hace algunas semanas tuve oportunidad de visitar Bogotá. Caminé y caminé por las calles del viejo centro de la capital colombiana. Visité museos, plazas, librerías, centros culturales. Tengo mucho que contar sobre esa corta pero intensa vivencia. Vamos a comenzar por el Museo del Oro.
En un edificio de cuatro pisos, cuidado y ordenado con esmero, está el museo del oro. Se exhiben joyas, cerámicas, maderas, piedras preciosas y las más diversas obras de orfebrería, principalmente del período precolombino. En los territorios que hoy ocupa Colombia no se asentó ninguna civilización indígena de los niveles alcanzados en México o Perú, sin embargo sorprende observar la calidad de los trabajos que van desde máscaras, adornos, miniaturas, insignias de autoridad y de guerra, hasta piezas funerarias, principalmente en oro. La sencillez y claridad de las explicaciones escritas que acompañan cada creación, transforman la visita en un verdadero aprendizaje.
Mientras recorría los pasillos del museo y a medida que observaba las piezas precolombinas reflexionaba sobre nuestro país y me preguntaba por qué nosotros, en Nicaragua, en el presente, no tenemos establecida toda una industria alrededor del oro y la plata.
¿Saben cuántas onzas de oro se han exportado en los últimos cuatro años? Un millón cien mil onzas, de acuerdo a los registros oficiales.
¿Y saben cuántas onzas de plata? Más de un millón y medio de onzas, en los últimos cuatro años
¿Se imaginan ustedes cuántos millones de onzas se han exportado desde este país, digamos, a lo largo del siglo XX?
Si por tanto tiempo hemos sido productores de oro ¿por qué no tenemos instalado un instituto nacional de orfebrería, de alta calidad? ¿Por qué no tenemos la mejor industria de orfebrería de Centroamérica? ¿Por qué no tenemos la mejor joyería de la región?
Qué bueno sería ver en el registro de nuestras exportaciones artículos como orfebrería de metales, joyería de oro y plata, artículos procesados en oro y metales.
En México, en Perú, uno puede ver en tiendas y tiendas colmadas de verdaderos primores en oro y en plata. Filigranas, les dicen en Perú a los trabajos artísticos que hacen con oro y plata.
¿Y nosotros? Tristemente, a pesar de producir tanto oro, más bien importamos desde el exterior latones o baratijas adornadas con el color de los preciosos metales.
Igual que ayer, se llevan el oro y nos dejan con las baratijas y, literalmente, adornándonos con cuentecitas de vidrio.
Aquí teníamos joyeros y joyerías. Hasta en Corinto, que es una ciudad pequeña, recuerdo que teníamos joyeros y joyerías donde se elaboraban los anillos de bachillerato y de bodas. Las cadenitas y pulseritas para niñas, niños, adolescentes, novias y parejas. Seguramente así, en distintos pueblos.
Pero los joyeros se volvieron una especie en extinción, si es que no están ya extinguidos. Una tristeza.
Sin embargo, el hecho de que no tengamos una orfebrería o joyería de renombre no significa que estemos condenados a no tenerla nunca. Disponemos de lo principal. El oro.
Recientemente, el gerente de la empresa minera que explota el yacimiento en Mina El Limón expresaba que la mina tiene, cuando mucho, una existencia de dos a tres años.
Cuando leí estas declaraciones recordé un párrafo de la encíclica del papa Francisco, sobre el medio ambiente, que dice, refiriéndose a las minas: ¨Generalmente, al cesar sus actividades y al retirarse, dejan grandes pasivos humanos y ambientales, como la desocupación, pueblos sin vida, agotamiento de algunas reservas naturales, deforestación, empobrecimiento de la agricultura y ganadería local, cráteres, cerros triturados, ríos contaminados y algunas pocas obras sociales que ya no se pueden sostener¨.
¿Ese es el destino de los poblados y territorios mineros una vez que no haya más riqueza que extraer?
Si B2gold, la empresa minera que explota los principales yacimientos del país, y las otras empresas mineras que siguen extrayendo el oro de las entrañas de nuestra tierra, en realidad no mienten cuando afirman que les interesa el desarrollo del país, desde aquí les lanzo el siguiente desafío.
Por supuesto, en primer lugar al gobierno, que otorga y tutela los contratos de conexión. Al presidente del COSEP, que tan ardorosamente defiende a las empresas mineras, y a las mismas empresas mineras.
Con los fondos que presuntamente destinan las empresas a lo que llaman desarrollo social pongan en funcionamiento un instituto nacional de orfebrería y joyería, de alta calidad, al que puedan asistir, de manera privilegiada, jóvenes de los principales distritos del país. Este instituto serviría como pivote para la ejecución de un programa, de largo plazo, para desarrollar la orfebrería en el país.
¿Quién dice que no podemos convertir a Nicaragua en exportador de filigranas de oro o de plata?
¿Quién dice que estamos condenados a ser exportadores de oro en bruto?
Un proyecto como este permitiría agregar valor a nuestras exportaciones, diversificarlas, calificar recursos humanos, impulsar una nueva actividad económica, generar empleo, ampliar oportunidades empresariales, abrir alternativas de mercado a la pequeña minería e implantar un nuevo atractivo turístico.
Este es el tipo de visión y de iniciativas que transforman de verdad la vida de la gente, transforman la vida de las familias, mejoran las capacidades para superar el atraso y la pobreza. En definitiva, mejoran nuestro futuro como país.
Si el gobierno tuviera la voluntad y la capacidad, y las empresas mineras tuvieran las intenciones que proclaman tener, aquí tienen una propuesta viable.
Manuel
En la vieja Managua había una joyería con excelentes productos, la joyería La Princesa, en la calle 15 de Septiembre. Desafortunadamente, desapareción. En la actualidad está la Joyería Garzón. Dése una vuelta por ahí. A lo mejor, le dan otras ideas.
Manuel
En la vieja Managua había una joyería con excelentes productos, la joyería La Princesa, en la calle 15 de Septiembre. Desafortunadamente, desapareción. En la actualidad está la Joyería Garzón. Dése una vuelta por ahí. A lo mejor, le dan otras ideas.
MARIO
La otra famosa Joyería era la Joyería Dreher.
MARIO
La otra famosa Joyería era la Joyería Dreher.
Edgar Espinosa
Y también, las Dos Cruces.
Pero el caso es que, con el gobierno actual, las cosas en Nicaragua van a estar siempre «… en río revuelto, ganancia de pescadores …» porque el desarrollo del país no es su meta, sino su botín personal. La Cultura de Saqueo está en su formación y naturaleza. Creo que ante esto muchos pierden perspectiva, porque Nicaragua esta sembrada en el tercer mundo con posibilidades de caer al cuarto mundo en la region, por las políticas de cacicazgo que se mantienen … Una Nicaragua próspera de justicia y equidad es ahora sólo un sueño … la estamos perdiendo ante la ignorancia masificada con la cara visible de la necesidad y la indolencia de quienes aún están a salvo!
Edgar Espinosa
Y también, las Dos Cruces.
Pero el caso es que, con el gobierno actual, las cosas en Nicaragua van a estar siempre «… en río revuelto, ganancia de pescadores …» porque el desarrollo del país no es su meta, sino su botín personal. La Cultura de Saqueo está en su formación y naturaleza. Creo que ante esto muchos pierden perspectiva, porque Nicaragua esta sembrada en el tercer mundo con posibilidades de caer al cuarto mundo en la region, por las políticas de cacicazgo que se mantienen … Una Nicaragua próspera de justicia y equidad es ahora sólo un sueño … la estamos perdiendo ante la ignorancia masificada con la cara visible de la necesidad y la indolencia de quienes aún están a salvo!