Una de las características principales de la economía de mercado es la libre competencia. La teoría económica convencional plantea que el libre juego de la oferta y la demanda permite la asignación más eficiente de los recursos disponibles en una sociedad.
En una economía de libre competencia, teóricamente existen muchos compradores y muchos vendedores y la interacción entre ambas categorías de agentes económicos promueve la innovación, la eficiencia, la productividad y precios de equilibrio para compradores y vendedores.
Por ejemplo, si hay muchos productores de queso y muchos consumidores de ese producto, cuando hay abundancia de queso los precios tienen a bajar, si hay escasez, los precios tienden a subir. Si los precios bajan mucho por el exceso de oferta, los productores tenderán a producir menos, para no perder, hasta llegar a un nivel que permita alcanzar un precio de equilibrio. Si los precios suben mucho, los consumidores comprarán menos queso hasta que los productores, incentivados por el precio, lleven más queso al mercado y, por esta vía, la oferta y la demanda encuentren un precio de equilibrio.
La libre competencia a su vez, además de incidir en los precios, incentiva a los productores a mejorar la calidad de su producción y a introducir innovaciones y mejorar sus plantas para abaratar costos y poder alcanzar ventajas frente a sus competidores. Esta es una de las virtudes del libre mercado. El incentivo permanente a la modernización tecnológica.
Esto es en teoría, pero funciona más o menos así cuando hay muchos consumidores y muchos vendedores de un producto determinado, además de otras condiciones del libre mercado como reglas claras y respeto a las mismas.
Sin embargo, entre los factores que distorsionan el funcionamiento y las ventajas del libre mercado destacan dos: el intervencionismo estatal y los monopolios o los oligopolios.
Me voy a referir a los monopolios. En este caso, hay un solo productor de un determinado bien. En una situación semejante, los consumidores que necesiten consumir ese bien, no tienen otro palo en qué ahorcarse y deben comprarlo al precio y en las condiciones que la empresa monopolista imponga. Cuando son pocas las empresas que controlan un mercado se llama oligopolio, y sus efectos son muy parecidos al monopolio porque estas pocas empresas se ponen de acuerdo para imponer sus precios y condiciones.
Los monopolios son una aberración que distorsiona completamente las ventajas de una economía de mercado.
Les voy a poner un ejemplo real. Hace más o menos un cuarto de siglo en los aeropuertos uno tenía que salir a la pista para abordar el avión, lloviera, tronara o relampagueara. Además, muchos aviones eran de hélice o turbo hélice. Gradualmente los aeropuertos se modernizaron y permiten abordar directamente los aviones por medio de pasarelas de acceso, conocidas también como mangas o gusanos. Gradualmente las líneas aéreas fueron modernizando sus flotas.
En Centroamérica, en cada país había una línea aérea: Aviateca, en Guatemala, Aeronica en Nicaragua, Lacsa en Costa Rica, Taca en El Salvador y Sahsa en Honduras. Poco a poco, TACA, la aerolínea salvadoreña, se fue comiendo a las otras líneas centroamericanas hasta establecer un monopolio en la región. Hace poco tiempo a TACA se la comió la línea aérea colombiana AVIANCA y se apoderó del monopolio.
¿Cuál es el resultado de la operación de ese monopolio? ¿Bajaron los precios? No. Qué va. En determinadas temporadas un viaje a Panamá le puede costar casi el equivalente de un viaje a Europa.
¿Mejoraron las condiciones? Tampoco. Retrocedimos 25 años. Y esto no me lo contaron. Lo viví la semana pasada. Para abordar en El Salvador el vuelo hacia Nicaragua los pasajeros no utilizamos las pasarelas. Tuvimos que bajar a la pista y caminar hasta la aeronave, con todo y equipaje y subir las escaleras para entrar al avión. Estaba brisando. Una señora iba en silla de ruedas. Después abordamos un avión de turbo hélice. Un avión de turbo hélice como hace más de 25 años.
Nos pasó las del cangrejo, en lugar de caminar para adelante, caminamos para atrás. El monopolio de TACA primero, y de AVIANCA ahora nos ha retrocedido 25 años. Ese es el efecto pernicioso de los monopolios.
En Nicaragua tenemos algunos monopolios y oligopolios en sectores claves de la economía que provocan un efecto parecido. El combustible, la electricidad, para citar algunos. Pero ya ese es tema de otro artículo.
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