La comunicación masiva y la propaganda tienen bases científicas. Psicología social, estadísticas, sociología, lingüística, economía, entre otras ramas del conocimiento, se utilizan en las campañas publicitarias. La reacción a los colores, a los sonidos, a las formas, a las palabras, forman parte del arsenal que utilizan los estrategas de la comunicación.
El propósito de las estrategias de comunicación es condicionar la mente de la gente, inducirla a una acción o a la inacción, crear una preferencia, una opinión, o un estado de ánimo. Cuando son de carácter comercial, usualmente la finalidad es llevar a la gente a comprar determinado producto o adoptar determinados hábitos de consumo. Pero también existen estrategias de comunicación política, las cuales normalmente tienen como fin generar preferencia hacia un candidato o personaje público, apoyar una posición política o una ley, o bien, distraer la atención, alentar una emoción o conformar la opinión de la población.
Por esta razón suele afirmarse que en política importan tanto las percepciones como las realidades. De hecho, no es extraño que las opiniones de la gente vayan por un lado y las realidades vayan por el otro. Precisamente por este motivo los regímenes dictatoriales lo primero que hacen es apoderarse o controlar los medios de comunicación para intentar influenciar las actitudes de la población, o bien, impedir que los opositores lo hagan.
Un especialista en comunicación de origen francés, Christian Salmon, en los últimos años ha publicado un conjunto de obras que desentrañan los mecanismos y las estrategias de comunicación política más usuales en el presente. En general, se concentra en el poder del relato para influenciar a la gente. Las técnicas de narrar historias se ajustan a la estructura mental de las personas. Una de ellas la denomina la estrategia de Sherezada.
Recordemos un poco el libro ¨Las mil y una noches¨. Es una de las obras de literatura más conocida a nivel universal. Les recordaré brevemente el argumento central: Un sultán de un reino oriental fue traicionado por su esposa. En venganza, cada noche se casaba con una doncella y después de consumar el matrimonio le quitaba la vida.
Una de las muchachas del reino, llamada Sherezada, resolvió enfrentar la fatal condena que pesaba sobre las doncellas de su pueblo. Se casó con el sultán y utilizó la siguiente estratagema: cada noche comenzaba a contarle un cuento que alargaba hasta la madrugada. El sultán intrigado por el deselace del cuento le perdonaba la vida a la espera de escuchar el final al día siguiente. Y así, noche tras noche, cuento tras cuento, Sherezada salvó su vida.
El régimen orteguista pareciera que está aplicando puntualmente la estrategia de Sherezada. Inventan un cuento tras otros para mantener las esperanzas o las expectativas de la población y así hacerles creer que las penurias del presente son temporales y que solo se requiere aguantar un poquito más.
Presentaré una lista de algunos de estos cuentos:
• La Carretera hacia Bilwi, en el Caribe. Dijeron que sería construida por el ejército venezolano. Incluso vinieron algunos ingenieros militares, hicieron el cuadro pero nada de la carretera.
• Un satélite espacial sería construido por una empresa china. Hasta el costo dieron. Y del satélite, nel pastel.
• Un puerto de aguas profundas en el Caribe. En verdad disponer de un puerto en el Caribe tendría un impacto económico formidable. Abarataría las importaciones y las exportaciones, mejorando la competitividad de nuestra economía. Pero el puerto, hasta hoy, quedó en nada.
• Una imponente fábrica de aluminio sería construida con capital venezolano. Se generaría empleo y se elevarían las exportaciones. Ni señas de la tal fábrica.
• Un gasoducto atravesaría el país desde el Caribe y nos permitiría procesar y exportar gas natural.
• La reanudación del cultivo del algodón en el occidente del país fue anunciada y muchos se entusiasmaron con la esperanza del retorno de los tiempos dorados de la fibra blanca. Aunque esta vez el algodón florecería en distintos colores y se articularía con una vibrante industria textil. Un cuento en verdad creativo. Pero igual, quedó en llamarada de tuza.
• Uno de los cuentos más relumbrantes fue la refinería ¨El supremo sueño de Bolívar¨. La primera piedra se colocó en dos ocfasiones.. Quedó reducida a unos tanques para almacenar combustible. La refinería duerme el sueño de los justos, más bien, el sueño de los injustos, pero del sueño de Bolívar, nada.
• Finalmente está el cuento del canal interoceánico. Un cuento que enlaza con un mito fundacional de Nicaragua. Desde su lanzamiento por el régimen, han inventado un cuento tras otro. Hasta inventaron una inauguración de obras que, lastimosamente, les quedó patética. Pero más patética es la obra a que el canal está reducido después de seis meses: una maltrecha trocha, y nada más. Ahora están con el cuento del estudio de impacto ambiental. Lo van a estirar y después vendrán con otra historia.
Estamos pues ante la estrategia de las mil y una noches, en plena acción. A la par, miles de nicaragüenses viven la pesadilla del desempleo, subempleo, migraciones, quiebras de empresas, alto costo de la vida. Es imperativo pegarnos una buena sacudida para que no nos sigan engatusando, día a día, con las fantasías de las mil y una noches.
Ah! Se me olvidaba: uno de los cuentos de las mil y una noches se llama ¨Ali Babá y los cuarenta ladrones¨.
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