¿Peor es nada? El caso de la tarifa eléctrica

Si en un establecimiento comercial a usted indebidamente le cobran 300 córdobas de más, por la compra de algún producto, su derecho elemental es que le restituyan la totalidad del dinero que ha pagado en exceso.

Si los dueños del establecimiento le devuelven solamente la tercera parte, esto es, cien córdobas, y se embolsan los otros 200 córdobas, obviamente están despojándole de sus reales de manera ilegítima. Si al devolverle los cien córdobas todavía le dicen que debe estar agradecido por la devolución de su dinero, están burlándose de usted y haciendo escarnio de su dignidad. Le están diciendo que debe agradecer el despojo de sus doscientos córdobas.

Es como decirle a un ladrón, gracias, ladrón, porque me robaste.

Esto es lo que ha ocurrido con la ley que el orteguismo impuso en la Asamblea Nacional sobre la reducción de la tarifa eléctrica. Una ley que llega con retraso. Reintegra muy poquito. Y además es turbia. .

Es una medida que llega con retraso. Desde hace 9 meses comenzó a bajar el precio del petróleo. Desde hace meses la tarifa eléctrica debió ajustarse a esos bajos precios. Hace meses la bancada de la Alianza-PLI presentó una iniciativa de ley destinada a reducir la tarifa. Desde hace meses los consumidores hemos estado pagando un sobreprecio en la tarifa eléctrica. Ahora, Ortega, como es su costumbre, queriendo aparecer como salvador de la patria, presenta su propuesta con trámite de urgencia y la impone sin consulta, ni debate público.

Es muy poquito. Les explico brevemente la razón: Los precios internacionales del petróleo se han reducido en más del 50%. Se estima que seguirán a ese nivel durante buen tiempo. De ser así, el sobreprecio que pagamos los consumidores representaría en 2015 más de 125 millones de dólares. A este sobre precio le llaman ahorro. La reducción de ese sobreprecio mediante el ajuste de la tarifa a su justo nivel representaría una disminución aproximadamente del 25% del precio actual. Pero Ortega resolvió reducir solo el 8% y no el 25%. Por eso afirmamos que es muy poquito.

Veamos un ejemplo Si usted paga 400 córdobas mensuales de luz, la reducción de sería de cien córdobas menos. Con la medida de Ortega en lugar de 100, serán únicamente 35 córdobas.

¿Cuál es la razón? Porque Ortega resolvió dividir en tres tantos el llamado ahorro: una tercera parte para los consumidores, otra tercera parte para auto-pagarse la deuda intermediada por CARUNA y una tercera parte para constituir un presunto fondo social.

Es una maniobra turbia. Turbia porque ningún funcionario público ha dicho a cuánto asciende, a esta fecha, la deuda del INE con CARUNA. A mediados del año pasado eran 200 millones de dólares. Ahora es un secreto.

Es turbia porque el ajuste de la tarifa será efectivo probablemente a partir del próximo mes. ¿Y qué pasa con el ahorro generado en los nueve meses anteriores? ¿Cuánto es ese ahorro? …Es un secreto. Aunque los expertos lo calculan en 65 millones de dólares. ¿Quién se está quedando con esos 65 millones de dólares?

Es turbia porque esa tercera parte que se está reservando Ortega con el pretexto de crear un fondo para programas sociales, en realidad es una buchaca que pretende manejar discrecionalmente con fines electoreros.

Y todavía los pregoneros del régimen y sus cómplices le piden a la gente que aplauda el despojo, que aplauda la arbitrariedad y que aplauda lo turbio.

Dos amigos poderosos de un régimen dictatorial son el miedo y la resignación. El miedo, mientras dura, paraliza toda resistencia frente a la arbitrariedad. La resignación, por su parte, lleva a aceptar dócilmente una situación indeseable, o aceptar y agradecer mansamente las migajas. Los resignados expresan frases como “peor es nada” o “algo es algo”. Esa actitud de sometimiento es la que persigue todo régimen dictatorial.

No hay tales pues de que algo es algo, o que peor es nada. Estamos ante un despojo. Debemos explicarle esto a la gente, denunciar la turbia maniobra y exigir una tarifa justa.