Para agobio de pequeñas y medianas empresas, agricultores, comerciantes y consumidores, y en general para la economía del país, nuevamente subieron los precios del combustible. Veamos cómo se comportaron los precios en el resto de países de Centroamérica:
Entre la primera semana de enero y la última de febrero, esto es, en los primeros dos meses del año, el precio promedio del galón de gasolina regular en Centroamérica disminuyó en más del 6%, en cambio en Nicaragua en el mismo período se elevó en el 8%.
En Centroamérica, el precio promedio del diésel, en los mismos dos meses disminuyó en casi 8%, en cambio en Nicaragua aumentó en el mismo porcentaje, en el 8%.
¿Y cómo se han movido los precios del petróleo en ese período? El primero de enero el barril costaba 53.27 dólares, el 31 de enero 48.24 y el 28 de febrero 49.76 dólares. O sea que no ha subido cambios drásticos y más o menos se ha mantenido oscilante alrededor de los 50 dólares por barril.
Ajá, y ahora cuál es el cuento para explicar las razones por qué los precios van para arriba y en nuestro vecindario para abajo. Refresquémonos un poco la memoria.
Primero nos dijeron que no teníamos puerto en Caribe y por eso era más caro. Pero El Salvador tampoco tiene y Guatemala recibe el 90% de sus hidrocarburos por el Pacífico y ahí los precios son menores.
Después dijeron que era la capacidad de almacenamiento. Pero la capacidad de almacenamiento se mide no por las dimensiones de los depósitos sino por la capacidad de días de consumo que un país puede almacenar. Y resulta que la capacidad de almacenamiento de Nicaragua es mayor que el promedio centroamericano.
Más tarde salieron con el cuento del tamaño del mercado. Pero en Centroamérica las diferencias en el tamaño de los mercados no son tan considerables como para justificar semejantes distorsiones.
Después inventaron que era por los impuestos. Pero resulta que si se eliminaran todos los impuestos en todos los países centroamericanos en Nicaragua siempre tendríamos los precios más elevados, así que no son los impuestos.
Ahora el cuento es los precios en el mercado de combustibles es distinto al petróleo. Este es el argumento más tonto. Si esto es así, entonces hay que decirles a estos señores que vayan a preguntarle a nuestros vecinos centroamericanos dónde compran ellos la gasolina y el diésel, que lo encuentran más barato. Tal vez así.
Pero ya sabemos que todos esos cuentos son como los cuentos del chino.
La verdad la mencioné en una ocasión anterior, y ahora la repito.
Un estudio elaborado por la Comisión Económica para América Latina llamado “Centroamérica: impactos de los choques petroleros”, revela que la tasa de ganancia de los que operan el negocio del combustible en Nicaragua supera en un 40% el margen de utilidades que obtienen los otros agentes económicos centroamericanos que participan en el negocio de los combustibles. Aclaro, esto no se refiere a las estaciones gasolineras, sino a quienes importan el petróleo, lo almacenan, lo transportan, lo refinan y lo distribuyen. En Nicaragua ya sabemos que todo esto se encuentra bajo el control del grupo económico que se apoderó de la cooperación petrolera venezolana. Y que además detenta el gobierno. ¿Saben cuánto representa eso en dólares contantes y sonantes? Más de 50 millones de dólares en sobreganancia.
Todo lo anterior sin considerar que el precio del petróleo venezolano es menor que el precio internacional y que Nicaragua compra el barril de petróleo a mitad de precio.
¿Cuáles son las verdaderas razones? Pues las mismas que existen para no bajar la tarifa eléctrica.
La primera es que al disminuir los precios internacionales del petróleo en más del cincuenta por ciento, también se ha reducido en la misma proporción la tajada de quienes se apropiaron de la cooperación petrolera venezolana. En consecuencia necesitan compensar esta disminución. ¿Cómo? Quedándose con un sobre precio a costillas de los bolsillos de los nicaragüenses.
La segunda es que ante la precaria situación económica y política venezolana tienen el temor de que cambien las condiciones preferenciales de la cooperación venezolana, en consecuencia están acumulando lo más que pueden antes de que se presente esa eventualidad.
En buen nicaragüense a eso se llama prepearse. Están prepeándose a costillas de pequeños y medianos empresarios, agricultores, comerciantes y consumidores. Así de sencillo.
Mauricio Solorzano
Leo todos tus comentarios, siempre me ha parecido que sos muy suave al criticar este Gobierno, ladrón, chantajista, oportunista, dictatorial y lleno de una jauría de serviles y orejas
.
jesaenz
jejeje…Mauricio, es que soy de temperamento moderado…lo importante es si te informan sobre la realidad
jejeje…lo que pasa es que soy de temperamento moderado. No soy amigo de las retóricas altisonantes y vacías. Lo importante es si los artículos te proporcionan información para analizar la realidad, porque en realidad ese es mi propósito…