Los presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala -el llamado triángulo del norte- constituyeron en los últimos meses del año pasado una “Alianza para la prosperidad” y anunciaron un plan conjunto que consigna los siguientes objetivos:
• Dinamizar el sector productivo
• Desarrollar oportunidades para su capital humano
• Mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia
• Fortalecer las instituciones para aumentar la confianza de la población en el Estado
El plan contiene un conjunto de lineamientos de acción y disposiciones instrumentales, que incluyen emprendimientos conjuntos en corredores logísticos, integración fronteriza, cooperación energética, para mencionar algunos alcances.
Con ese plan los presidentes viajaron a Washington y sostuvieron entrevistas con las más altas autoridades del gobierno norteamericano y con representantes de organismos financieros con sede en la capital gringa. Y las gestiones dieron resultado. A fines de enero Obama presentó al congreso norteamericano una petición de ayuda por un mil millones de dólares en beneficio de los tres países, en el marco de una asignación que contempla 400 millones de dólares destinados a promover el comercio y el empleo. 300 millones para combatir el crimen organizado. Y 300 millones para el fortalecimiento de las instituciones. Ciertamente, no es una suma colosal pero, para comenzar algo es algo. Además que lleva implícitos mensajes y señales sobre todo para los inversionistas.
Ayer jueves 26, en la ciudad de Tela, Honduras, se reunieron los mismos presidentes del “triángulo del norte”. A esa reunión asistieron el canciller mexicano, representantes del Banco Interamericano de Desarrollo, del Consejo Empresarial de América Latina y del gobierno norteamericano. Este encuentro sirve también como preámbulo a la reunión que los presidentes de nuestros países vecinos sostendrán con el vicemandatario estadounidense, Joseph Biden, en ocasión de su visita a Guatemala, los días 2 y 3 marzo.
Hay movimiento en Centroamérica.
Y está bien que los presidentes se muevan en beneficio de sus pueblos. Pero todos estos movimientos conducen a un conjunto de interrogantes e inquietudes que quisiera compartir:
• Primero ¿Cómo se explica que los presidentes centroamericanos, comenzando por un aparente aliado político como el presidente de El Salvador, hayan excluido a Ortega de esa iniciativa denominada “Alianza para la prosperidad”?
¿Acaso Ortega se ha convertido en un aliado incómodo?
Porque, más allá de los discursos inflados del régimen orteguista, la realidad es que Nicaragua, salvo en materia de inseguridad, sigue a la cola de los demás vecinos centroamericanos en todos los demás campos. Y si bien, nuestra niñez no peregrina hacia Estados Unidos, hay un sendero de peregrinación hacia Costa Rica.
Por cierto, Costa Rica aspira a jugar en otra liga pues pretende ingresar a la denominada Alianza del Pacífico.
• Segundo. ¿La exclusión de Nicaragua del programa de ayuda norteamericano es por determinación política del gobierno de Obama o porque los presidentes centroamericanos se percataron de que con Ortega de por medio su iniciativa perdería viabilidad?
Si así fuera, estaríamos ante una clara indicación de que las pretensiones de liderazgo internacional acariciadas por Ortega no llegan ni a primera.
• La tercera pregunta: ¿será que la propaganda triunfalista de Ortega y sus aliados de la cúpula empresarial ha llevado a creer a nuestros vecinos de que en realidad los nicaragüenses nadamos en bonanza y abundancia, y que verdaderamente nos encontramos bendecidos y prosperados?
Si así fuera, mal favor nos hacen los embustes del régimen que ocultan el drama de la inmensa mayoría de los nicaragüenses que laboran en el sector informal (80% de la población), padecen subempleo (casi el 50%), bajos salarios y falta de oportunidades.
• Finalmente ¿Cuánto nos cuestan a los nicaragüenses, en términos de apoyo internacional, las bravuconadas de Ortega como las de la CELAC, o los desplantes que ha anunciado realizará en Panamá, en ocasión de la próxima Cumbre de las Américas?
¿Y el cuento de los MIG rusos? ¿Sale barato o sale caro?
Evidentemente, como país no nos conviene tener un presidente que se esmera en cultivar aislamiento con nuestros vecinos y con el resto de la comunidad internacional.
Y sus aliados locales que tantos beneficios han obtenido de su acercamiento a Ortega deberían parar bien las orejas.
Pedro Caldentey
Muy interesante Enrique. Estaba justo leyendo sobre este tema hoy. Es un tema aparecido casi por sorpresa aunque no venga de la nada. Seguro tiene que ver con las expectativas frustradas de la Estrategia de Seguridad y la incomodidad USA con el espacio SICA…
jesaenz
Hola Pedro. Espero que estés bien. ¿Cómo podemos explicar la presencia del gobierno salvadoreño?
saludos,
Pedro Caldentey
Muy interesante Enrique. Estaba justo leyendo sobre este tema hoy. Es un tema aparecido casi por sorpresa aunque no venga de la nada. Seguro tiene que ver con las expectativas frustradas de la Estrategia de Seguridad y la incomodidad USA con el espacio SICA…
jesaenz
Hola Pedro. Espero que estés bien. ¿Cómo podemos explicar la presencia del gobierno salvadoreño?
saludos,
Madeline Mendieta
Estimado Enrique: Nicaragua fue excluida de esta «Alianza para la prosperidad» simplemente porque el Chino-Canal catapultará a nuestro país a índices estratoféricos de abundancia y riqueza. Saludos.
jesaenz
jejeje…no había visto este ángulo, Madeline…que se queden esos pobres centroamericanos con sus mil millones y su tal alianza para la prosperidad, cuando seamos ricos ¡ni los vamos a volver a ver!
Madeline Mendieta
Estimado Enrique: Nicaragua fue excluida de esta «Alianza para la prosperidad» simplemente porque el Chino-Canal catapultará a nuestro país a índices estratoféricos de abundancia y riqueza. Saludos.
jesaenz
jejeje…no había visto este ángulo, Madeline…que se queden esos pobres centroamericanos con sus mil millones y su tal alianza para la prosperidad, cuando seamos ricos ¡ni los vamos a volver a ver!