Cuando uno revisa los medios de comunicación internacionales, especialmente mexicanos, puede constatar la trascendencia que se concedió al recital que ofreció Ernesto Cardenal, el 13 de diciembre, en el Palacio de Bellas Artes, de la capital azteca. Hasta el New York Times y el Ángeles Times, dos medios norteamericanos, se ocuparon de la presentación. Pero en Nicaragua pasó inadvertido. Es una lástima.
Algunos podrían decir: ¿Y cuál es la trascendencia de un recital de poesía de Ernesto Cardenal en el Palacio de Bellas Artes? Pues sí, la tiene, y mucha. El Palacio de Bellas Artes de México es uno de los templos mayores de la cultura latinoamericana, reconocido en el plano internacional por su nivel de excelencia. Y usualmente no es un sitio para recitales poéticos. De hecho, son muy pocos los poetas que han tenido oportunidad de presentarse: Octavio Paz, el premio nobel mexicano es uno de esos pocos.
Así que la presentación de Cardenal, en la sala mayor del Palacio de Bellas Artes, es un hecho singular que enaltece a la cultura nicaragüense y debería enorgullecernos a todos.
He tenido oportunidad de leer crónicas y ver fotografías del evento y es emocionante observar la sala llena, con un público aplaudiendo de pie los versos de Cardenal.
Como hombre que ha tomado posiciones claras y rotundas a lo largo de su vida, puede entenderse que esas posiciones puedan generar en algunos opiniones encontradas. Su diáfana posición sobre el canal, por ejemplo, le dio la vuelta al mundo. Pero nadie puede poner en entredicho su personalidad vertical, transparente, consecuente y su honradez intelectual, mucho menos el valor de su arte. Un arte que nos cobija a todos, en su poesía, en sus ensayos, en sus esculturas. Y aún en su único cuento: El sueco. Por cierto, a quienes no lo han leído les invito a hacerlo, de manera divertida en unos pocos párrafos retrata la historia del país.
La mezquindad del gobierno no puede ser acompañada por la indiferencia de la sociedad ante uno de sus valores. Porque sin duda Ernesto Cardenal es el intelectual nicaragüense más emblemático a nivel internacional y uno de los principales representantes de la cultura nicaragüense, de la cultura latinoamericana e hispanoamericana.
Jamás tendremos una patria para todos si como sociedad no alcanzamos la madurez para reconocer los valores nacionales, más allá de las divergencias.
Resulta que Ernesto Cardenal cumplirá noventa años el próximo 20 de enero. Dentro de un mes. En México publicaron el libro Noventa en los Noventa –selección e introducción de Sergio Ramírez- como tributo a su poesía y en conmemoración de sus noventa años. También le hicieron diversos homenajes. En otros países, incluso europeos, también se realizarán actos. Aquí todavía no hemos hecho nada.
Ernesto Cardenal en el Palacio de Bellas Artes de México, pero excluido del Teatro Nacional Rubén Darío. ¡Qué les parece! El Teatro Rubén Darío no puede ser patrimonio familiar y debe abrirse para Ernesto Cardenal.
Yo quisiera hacer un llamado a todos los creadores y promotores, intelectuales, organizaciones culturales y organizaciones sociales, que nos juntemos para realizar un homenaje nacional, en ocasión de sus noventa años, a este nicaragüense que es expresión, valor y gloria de nuestro arte y de nuestra cultura. Sumemos voluntades y pongamos manos a la obra.
También así hacemos patria.
Manuel
No sé exactamente por qué Ernesto Cardenal no me termina de llamar la atención o de «hacer clic» (en el nuevo lenguaje coloquial). Pero es un hecho que no me lo trago, aunque reitero que no sé exactamente por qué aunque tengo mis hipótesis al respecto. Tal vez será por ese hecho, que a mí, no sé si a otros, ni fu ni fa si se presenta en el Palacio de Bellas Artes o en el Teatro Rubén Darío.
jesaenz
¿hay diferencia entre la opinión subjetiva derivada de un «no me lo trago» y un balance objetivo sobre su valor literario…? ¿qué debe guiar nuestras actuaciones…la subjetividad o el esfuerzo consciente por buscar un punto de vista equilibrado? ….saludos Manuel…
Manuel
Muchos actos se derivan de apreciaciones subjetivas. No todo es razón, no todo es conciencia. Por lo menos, esa es mi vivencia y mi observación. Y sigo en mis trece: no me trago a don Ernesto.
Melanio Enrique
La posición de Manuel refleja la mezquindad tradicional del Nicaragüense, la cual se ha manifestado en varios momentos de la vida de Ernesto Cardenal. Recuerdo por ejemplo en los años ochenta cuando el poeta Ernesto Cardenal era sandinista La Prensa Literaria lo marginaba y descalificaba. Hoy hace los mismo el gobierno de Daniel Ortega. Ha pasado también con otras glorias nacionales. La verdad de las cosas es que Cardenal, nos guste o no, es un poeta de importancia internacional y el gobierno y la sociedad civil nicaragüense le debemos todo el respeto que se merece.
Manuel
Melanio Enrique: Creo que no hay que mezclar las cosas. Que a mí en lo particular no me guste Ernesto Cardenal no quiere decir descalificación. Simplemente no me gusta y no incurro en ningún respeto al decir lo que siento. Y si ese sentir te lleva a magnificarlo y a calificar al nicaragüense de «mezquino tradicional» estás doblemente equivocado: uno, al magnificar un simple sentir, y dos, al llevarle la contraria al sentir de la gente que visita Nicaragua y encuentra miles de personas amables, generosas y abiertas. Nada de «mezquindad tradicional», pues.
jesaenz
Reblogueó esto en Enrique Sáenzy comentado:
Con regocijo comparto la noticia de que el 27 de enero será el homenaje nacional a Ernesto Cardenal…en el Teatro Nacional Rubén Darío, a las 7.30pm….