Anoche, en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, Nicolás López Maltez compartió un verdadero tesoro. Un verdadero tesoro.
Como parte del ciclo “Managua en la Memoria”, organizado por el Instituto, Nicolás presentó, a quienes tuvimos la suerte de asistir, un testimonio gráfico sobre la antigua Managua. No sobre la que llamamos vieja Managua, que es la Managua de antes del terremoto de 1972. No. La presentación fue sobre la Managua de antes del terremoto de 1931. La Managua de principios del siglo XX. La Managua de hace más de un siglo.
¿Qué presentó Nicolás? Presentó fotografías y un video, acompañando cada ilustración de anécdotas, chispazos e historias, con una calidad expositiva sencillamente magistral.
Como fue algo tan aleccionador, considero útil compartir parte –sólo parte- de lo que pudimos apreciar:
• El mercado central, destruido por el terremoto de 1931. Observamos fotografías por sus cuatro costados. Créanme. No exagero. Managua, en pleno siglo XXI, no tiene aún un mercado como el que tenía hace un siglo.
• Desde distintos ángulos tuvimos a nuestra vista el hospital central. Quedaba donde hoy está el Teatro Rubén Darío. Igualmente, no hay un hospital público, en Managua, con el porte y aspecto de ese hospital, también destruido en 1931.
• La casa presidencial de Zelaya, a inicios del siglo. Una construcción que aún hoy sería un edificio envidiable.
• El edificio del banco nacional era impresionante. También sucumbió en 1931. El nuevo edificio del Banco se construyó posteriormente y en la actualidad alberga la sede de la Asamblea Nacional.
• Los muelles del lago de Managua, porque eran varios, y los barcos que lo surcaban. Las carretas acarreando agua desde el lago para distribuirla luego a los habitantes de la capital, antes de que comenzara la contaminación.
• Vimos la calle del comercio o de las boticas. Observamos a los managuas en su vida cotidiana a principios de siglo. Cuarteles militares, la fortaleza de la Loma, establecimientos comerciales, parques, coches, carretones. El hotel Lupone. El hotel Lido, acabadito de estrenar para que unos meses después el terremoto enterrara los sueños de sus propietarios.
• Y el cuerpo de marines. Y la guardia nacional en sus primeros entrenamientos.
• Incluso una fotografía de un cantón electoral, en las elecciones de 1928.
Francamente, no imaginaba yo que antes de 1931 podían existir construcciones como esas. A pesar de su pobreza, Managua mostraba sus altas aceras, sus calles sin pavimentar, pero bien cuidadas.
El video es tesoro aparte. Una procesión de Semana Santa. Una celebración de Santo Domingo. Una corrida de toros. Y un baile en un club de la época. Todo, de principios del siglo XX.
Quiero rescatar aquí que en la semana anterior, siempre en el ciclo “Managua en la Memoria”, del INCH, el Instituto de Historia y la facultad de arquitectura de la UCA presentaron una reconstrucción virtual de edificios emblemáticos de la vieja Managua. Esto es, la Managua de antes del terremoto de 1972. El Ramírez Goyena, el Club Social de Managua, la escuela de artes, el instituto pedagógico, la iglesia San Antonio, el palacio del ayuntamiento, para mencionar algunos. Y utilizando tecnología informática nos hicieron un tour por una Managua de ficción: la Managua de hoy, pero con los edificios antiguos. Después un video sobre la Managua terremoteada. Conmovedor.
Después de estas presentaciones me queda una reflexión que también quiero compartir con ustedes: cuánto trabajo, cuantos sueños, cuánto esfuerzo, cuántas esperanzas de tantos nicaragüenses se anidaron en esa Managua antigua y en esa vieja Managua. Varias veces construida. Y varias veces destruida. Porque también hubo otro terremoto en 1885.
Los designios de la naturaleza, en unos casos, y, en otros, las ambiciones y obsesiones de quienes han estado al frente del país nos han llevado como pueblo, a caer una y otra vez, y a volver a levantarnos. A destruir y a construir. ¿Cómo sería nuestro país si en lugar de tanta destrucción, hubiéramos tenido la lucidez y la generosidad de reconocer valores en el otro, o en los otros? ¿cómo sería nuestro país si hubiéramos tenido la oportunidad de acumular y edificar sobre lo construido por quienes nos precedieron?
Una reflexión sobre el ayer, pero válida para hoy, y sobre todo, para el mañana.
Lucía Martínez
Definitivamente que debió de haber sido una experiencia hermosa con mucho sabor a nostalgia y amor por nuestra bella, herida pero valiente Managua, lo felicito por haber presenciado una joya tan grande. siempre he sido enamorada de mi vieja Managua, que aunque no la conocí, pero lo poco que he llegado a ver de ella por medio de fotos y videos ha sido muy bello, y asi como usted dice «¿cómo sería nuestro país si hubiéramos tenido la oportunidad de acumular y edificar sobre lo construido por quienes nos precedieron?»………