Escritos económicos

Vuelo de cuervos sobre las relaciones económicas con Venezuela

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Con el fallecimiento del coronel Hugo Chávez se ha producido una marea de especulaciones sobre las repercusiones que se podrían generar para la economía de Nicaragua, dado que en buena medida las relaciones económicas con Venezuela han descansado en los vínculos personales que existían entre Chávez y Ortega. Una opinión fundamentada debe partir de los datos y de las características de las relaciones económicas existentes entre ambos países. Aquí están algunas cifras:

 Las relaciones comerciales

En el 2012 se exportaron a Venezuela 444 millones de dólares. Como destino de nuestras exportaciones, Venezuela solamente es superada por Estados Unidos. Para que tengan una idea, las exportaciones a Venezuela son mayores que la suma de las exportaciones de Nicaragua a Europa y el resto de países de América Latina, juntos.

 ¿Y qué se exporta? Principalmente carne, café, y azúcar. En carne se exportaron 209 millones de dólares; Cien millones de dólares en café y 34 millones de dólares en azúcar. Además se exportan cifras importantes en ganado y frijoles. El problema es que un empresario nicaragüense no puede venderle directamente a una empresa venezolana. Todas las transacciones deben realizarse por medio de Albanisa o sus filiales.

 Es obvio que conservar ese mercado resulta fundamental para la economía nacional, más aún cuando hay presagios de estancamiento o recesión en las principales economías del mundo. De ahí la importancia de que los lazos comerciales con Venezuela sean respaldados por un acuerdo comercial debidamente institucionalizado, de estado a estado, que permita a los agentes económicos de nuestro país hacer sus contratos y realizar sus transacciones de manera directa con empresas o empresarios venezolanos.

 La cooperación petrolera

Aunque los datos del 2012 no han sido publicados, las cifras del 2011 pueden servir de referentes porque entre un año y otro no hay variaciones significativas.

 La cooperación petrolera, cuya gestión ha sido privatizada por Ortega, ascendió a 556 millones de dólares. Esta cifra representa más del 7% del PIB y equivale a una tercera parte del presupuesto general de la república. Por su uso, esa cantidad de dinero la podemos dividir en dos partes: la que es destinada a financiar programas sociales y la que se embolsa el grupo de Ortega por distintos conceptos.

 En el caso de los programas sociales, los más importantes son: el subsidio al transporte, con 46 millones de dólares; el bono solidario, con 59 millones de dólares; las casas para el pueblo con 31 millones de dólares. En total 136 millones de dólares en estos tres programas.

En el caso de que los flujos de cooperación se redujeran, o se cancelaran, el impacto sería inmediato. ¿Qué caminos quedarían? O esos programas se eliminan, lo que ocasionaría rudas consecuencias sociales; o se incorporan al presupuesto nacional, en cuyo caso tendrían que elevarse los impuestos o eliminar otros gastos incluidos ahora en el presupuesto.

En el caso de los fondos que por distintos conceptos terminan en los bolsillos de Ortega y de sus allegados, en el 2011 se situaron en la cifra de 345 millones de dólares. Estos fondos se utilizan para otorgar créditos que después son reembolsados, principalmente a CARUNA (qué hacen con los reembolsos de esos créditos, lo dejo a la imaginación de cada quien). Otra parte la asignan a un rubro que llaman “disponibilidad”, es decir, no lo gastan, y nadie sabe para dónde van. En el 2011 fueron 116 millones de dólares sin destino conocido. La reducción de estos montos, por supuesto que tendría un fuerte impacto en el grupo económico de Ortega, en sus inversiones y en sus actividades económicas. Pero es evidente que a estas alturas se han prepeado lo suficiente como para asimilar el golpe.

El impacto macroeconómico

Aunque no es previsible que en el corto plazo se cancele en su totalidad la cooperación petrolera venezolana, de producirse alguna reducción o afectación, otro impacto relevante sería en los balances macroeconómicos, ya que se tendría que pagar en dólares líquidos el precio de mercado de cada barril de petróleo. Por hoy, como se sabe, sólo se paga la mitad del precio. Si el barril de petróleo vale 100 dólares, se pagan nada más 50 dólares. Aunque al consumidor nicaragüense le clavan el combustible como si se pagara el cien por ciento del costo de cada barril.

Explicar el impacto macroeconómico es un poco más complejo, pero lo intentaré: si tenemos que pagar el precio real del barril del petróleo, esos casi seiscientos millones de dólares anuales que ahora no se pagan, tendrían que pagarse, o todos o en parte. Como resultado, las reservas en divisas del Banco Central comenzarían a disminuir. Para mantener las reservas dentro de los márgenes fijados por el Fondo Monetario Internacional (que trabajo bajo el llamado enfoque monetarista de la balanza de pagos), se tendría que reducir el circulante en córdobas. Y la manera de reducir los córdobas circulantes es disminuir el gasto público y el crédito privado, y contener los salarios. Es decir, menos crecimiento económico, menos salud y educación, menos salarios y más pobreza.

 Esos son los riesgos que tenemos enfrente. No es previsible que se concreten en corto plazo ni de un solo tajo, pero es útil mantener en nuestros radares esos datos porque más temprano o más tarde –ojalá y que no- van a crujir sobre nuestras espaldas.

  1. maximino rodriguez

    Bueno, Enrique, lo que hay actualmente es un grupo de mafiosos que se roban no sólo la cooperación de Venezuela, sino que han defraudado al fallicido Hugo, pues los nicaragüenses pagamos los combustibles más caros, fíjate que la república del Salvador, para el día jueves el diesell se cotizó a 4.01, dólar que son unos 97 córdobas y en nuestro país que tambien recibe el subsidio de Venezuela, está a unos 113, córdobas. De tal suerte que estamos ante un grupo de mafiosos que dicen ser los representantes de los pobres, que cara hermano, de estos personajes del orteguismo.

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