La semana anterior asistí a un encuentro sobre “microliteratura”, promovido por un grupo de jóvenes, varones y mujeres, que cultivan el relato y la poesía bajo la modalidad “micro”. Solapadamente nos colamos algunos no tan jóvenes que, primero como gallinas compradas, después un poco más animados, terminamos como participantes improvisados, al contagio de la frescura, brío y brillo de la juventud presente.
Varias lecciones aprendí, que ahora comparto con ustedes:
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Un piñazo de agua, de entrada, puso a prueba el temple y vocación de los asistentes. Los chorros de agua se filtraban por el techo, por el piso o por la espalda, pues el local ofrecía sólo piso y techo, sin pared. Así que uno tenía las siguientes alternativas: O se levantaban los pies, para evitar empaparse los zapatos; o se abrían o cerraban las piernas para evitar los chorritos que se desgajaban por el techo; o se movía la silla, aunque poco, dado lo reducido del espacio. Ninguna de estas alternativas aseguró a nadie escapar a su ración de lluvia.
Pero nadie se marchó. ¿Amor al arte podríamos decir?
2. El desorden e improvisación inicial confieso que me desconcertaron. Después entendí que era parte del encanto del encuentro. Y resultado de las limitaciones. En tierra de poetas y literatos ¡qué difícil es ser poeta o hacer literatura!
3. Martha Illescas, que no asistió al encuentro, me corrigió al día siguiente creo que con justa razón: Literatura es Literatura. Hay micro cuentos, micro relatos y demás, pero no microliteratura. Tomen nota, muchachos, al menos para que lo discutan.
4. Las sensibilidades de la juventud son las mismas, en todo tiempo. Al menos eso me pareció. Son los planos y las épocas los que marcan la diferencia. Pero el tema que escogieron para expresar su creatividad, además de extraño exhibe escaso perfil romántico: la muerte. Sí. El tema central fue la muerte. Así, escuchamos relatos y poesía sobre la muerte. Suicidios. Conversaciones. Despedidas, como muertes. En fin, la muerte fue y vino, y se paseó unas veces desnuda, otras veces vestida de vida, pero siempre muerte.
Fuerte, pero no tétrico. Hasta la calavera que adornaba y presidía el encuentro yo la miraba como complacida. Y no por los humores del vino, porque sólo me tomé una copa. Valga la aclaración, no se regalaba. Se compraba.
Por si hacía falta, con el aguacero se fue la luz y después se dañó el sonido. Solamente sirvió para colocar el ambiente a tono con el tema. Nadie se desanimó.
5. Los muchachos tomaron dos referentes nacionales que se anticiparon al género. Juan Aburto y Michele Najlis. Algunas lecturas se presentaron como “abrebocas”. De Michele leyeron un escrito que es francamente de antología. Se llama “menstruación”, y si no recuerdo mal dice así: “Este es mi cuerpo…esta es mi sangre”. Eso es todo. Así es la micro-literatura.
6. Es alentador que en los afanes e inquietudes de esa juventud sensible, creativa, alegre y entusiasta no hay banalidades, ni siquiera los tópicos envueltos en banalidad, me parecieron banales. Esto para no mencionar los puños en alto y el ardor juvenil que ya comienza a insinuarse en las producciones literarias ante los desafíos que nos impone el régimen. Sobre todo a ellos.
7. Descubrí que soy aprendiz en un género que desconocía: la micro-crónica. Y esta fue mi enseñanza mayor.
ubedavargas
Me gusta mucho la humildad con que confiesa haber aprendido de los muchachos.. yo estoy en igual situación, aprendiendo de ellos, aprendiendo de mi hijo…. Igual pienso que es tan difícil hacer literatura en este país,lo bueno es que el poeta, el literato es soñador y los obstáculos los sabe convertir en inspiración. Saludos don Enrique!
jesaenz
Muchas gracias por su comentario. Mi correo electrónico es enrique.saenzn@yahoo.es, tal vez pudiera enviarme el poema sobre el canal. Abrazos,
ubedavargas
Vea que barbaridad! Hasta ahora leo su mensaje. Ya le envio el poema. Gracias por apreciarlo. Saludos!
Manuel
No sé cómo los jóvenes escogieron el tema pero me parece que no fue casual. En una sociedad con pocas opciones y con una dictadura consolidándose, la vida se convierte en algo tan sin sentido que cada día es una rutina que evoca a la muerte. Sin embargo, estos jóvenes no le huyeron al tema sino que lo reconocieron y lo plantearon, y ese es un primer paso para enfrentarlo y resolverlo. Nuestro juventud, que no nos quepa duda, es la solución.
jesaenz
totalmente de acuerdo, Manuel. Pero tienen que acelerar el paso…A lo largo de nuestra historia las universidades y los universitarios han sido el fermento de protestas y rebeldías…algo falta…
German Mayorga Lopez......Montréal. canada.
Micro- Protesta……Prohibido prohibir….D.Combendit Paris 1968……
Canallocracia–Democratura = Poder popular,Cristiano y Solidario….
jesaenz
Hola Germán. Gracias por tu comentario. Te invito a leer el artículo sobre la historia de las reelecciones en Nicaragua
Nica
En los años 80 tambien los jovenes nos tiramos a los brazos de la muerte cuando nos hicimos enemigos de somoza y el somocismo, ahora talvez con las redes, es mas facil hablar aunque sea de poesia, pero que es interesante es que los jovenes siempre estan alli esperando que los viejos los guien, pero que les den su espacio de participacion.
jesaenz
Hola Nica. Gracias por tu comentario. Pero tengo una divergencia: nunca en la historia de Nicaragua, ni en ningún otro país la juventud ha solicitado o esperado un espacio de participación…los espacios se pelean y se ganan…