Julius Fucik legó a la humanidad uno de los más hermosos y conmovedores testimonios. Nada más y nada menos que el testimonio de un condenado a muerte, camino al patíbulo. El testimonio fue escrito en la cárcel, hoja por hoja, de manera clandestina, y sacado también desde la cárcel, hoja por hoja, con la complicidad de un vigilante.
«He vivido para la alegría y por la alegría muero. Agravio e injusticia sería colocar sobre mi tumba un ángel de tristeza…» escribió Fucik, poco antes de morir, en 1943, a manos de la GESTAPO, el tenebroso cuerpo represivo de los nazis alemanes. En memoria de este periodista checo se estableció el día en que fue ejecutado, un 8 de septiembre, como Día Internacional del Periodista.
El testimonio, publicado en forma de libro con el título de ¨Reportaje al pie de la horca¨ ha sido traducido a más de 90 idiomas.
Corresponde pues expresar, hoy, una vez más, nuestro reconocimiento al periodismo #nicaragüense, un combativo gremio que en distintos momentos de nuestra historia ha sabido estar a la altura de las circunstancias.
Con independencia de la época o de la latitud geográfica, es un hecho repetido que una de las primeras libertades que un régimen dictatorial busca cercenar es la libertad de prensa, por la simple razón de que la verdad es el enemigo número uno de un dictador. En nuestro país, ocurrió en el somocismo. Ocurrió en la década de los ochenta. Y ocurre ahora con Daniel Ortega en su segunda fase.
En la #Nicaragua de hoy, las nuevas generaciones de periodistas, varones y mujeres, han hecho gala de valentía, profesionalismo y compromiso, arriesgando su libertad, su integridad física y sus bienes. Los hemos visto y los hemos escuchado, a lo largo de estos más de dos años, en medio de detonaciones, gases lacrimógenos, gritos, ofensas, agresiones, golpes, embestidas criminales, llevando la información al pueblo, reflejando la realidad y desmontando los embustes del régimen. El precio ha sido elevado: cárcel, persecución, exilio, confiscación de propiedades y equipos. Y la vida. Ángel Gaona pagó con su vida el ejercicio de su profesión.
Con todo y lo adverso de las condiciones y los afanes del régimen por sofocar la libertad de expresión y de opinión, a fin de cuentas, el tiro le ha salido por la culata. Allanó, saqueó y clausuró medios de comunicación, pero el empeño, la osadía y la imaginación ha dado origen a decenas de emprendimientos periodísticos. Ahora tenemos más y mejores medios de comunicación. Los esbirros persiguen y acosan periodistas y lo que consiguen es que los comunicadores multipliquen los canales informativos aprovechando las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías digitales. De ninguna manera es exagerado afirmar que hoy por hoy los nicaragüenses estamos más y mejor informados.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que, si bien la libertad de prensa se ejercita principalmente desde el periodismo y por periodistas, en realidad es un derecho que concierne a todo ciudadano. Solamente teniendo acceso a la verdad se puede ejercer ciudadanía. Por consiguiente defender la libertad de prensa y promoverla es responsabilidad de todos.
No quisiéramos concluir este comentario sin recoger un párrafo del reportaje de Fucik, dice así:
Has tardado mucho en llegar, muerte. Pese a todo, esperaba conocerte más tarde, después de largos años. Esperaba vivir aún la vida de un hombre libre: poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo. Precisamente ahora, cuando llegaba a la madurez y disponía todavía de muchísimas fuerzas. Ya no las tengo. Se me van agotando. Amaba la vida y por su belleza marché al campo de batalla. Fui feliz cuando correspondían a mi cariño y sufrí cuando no me comprendían. Que me perdonen aquellos a quienes causé daño. Que me olviden aquellos a quienes procuré alegrías…
Que la tristeza jamás se una a mi nombre. Ese es mi testamento para todos ustedes….
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