Escritos económicos

Mil cuatrocientos millones en remesas!

Para algunos, en particular para la camarilla gobernante, la significación de los nicaragüenses residentes en el exterior se reduce a un flujo de dólares o de euros. No para nosotros. Para nosotros es evidente que la significación de los nicaragüenses residentes en el exterior encierra múltiples dimensiones. Hay aspectos sociales, como su impacto en la estructura y dinámica de las familias, en hijos, hijas y parientes. Aspectos políticos, como el derecho al voto y a la cedulación. Aspectos culturales, como el reconocimiento a los aportes a la cultura nacional de nuestros intelectuales, artistas y escritores residentes más allá de nuestras fronteras.

Pero bueno, hoy nos concentraremos en la dimensión económica de las remesas. De acuerdo al informe que acaba de publicar el Banco Central, el aporte del trabajo de nuestros compatriotas a la economía nacional cerró, en el 2017, en un total de 1400 millones de dólares, en números redondos. Para que se lo retengamos en nuestra memoria: Un mil cuatrocientos millones de dólares fueron los ingresos en remesas, en el 2017, de acuerdo con los registros oficiales. Por supuesto, sabemos que la cifra es mayor, si consideramos el valor de las encomiendas que en toda una diversidad de bienes nicas envían a sus familias.

Quedémonos con la cifra oficial. Esos 1400 millones de dólares supera el total de la cooperación internacional que llega al país. Supera, también, el total de las inversiones extranjeras que ingresaron en ese mismo año. Y representa más de la mitad de los ingresos por exportaciones del país.

Hay otro indicador de relevancia. Las remesas superan ahora el 10% del producto interno Bruto. En cristiano ¿qué significa esto? En otras ocasiones hemos utilizado ejemplos parecidos. Podemos verlo de la siguiente manera. De cada diez tortillas que nos comemos, una es aportada por los nicaragüenses que residente en el exterior. De cada diez pares de zapatos, uno es comprado con el aporte de nuestros compatriotas.

Pero el impacto de las remesas debemos analizarlo en un contexto más amplio.  Como se trata de dólares contantes y sonantes, contribuyen a la estabilidad macroeconómica del país y al balance de las cuentas externas. También contribuyen al crecimiento ecoómico ya que uno de los componentes del crecimiento es el consumo. Y ya sabemos que la mayor parte de estos recursos están destinados al gasto de las familias receptoras. Para la comida, para la ropa, para los gastos del hogar, para la educación, para medicinas. Sin embargo, la principal contribución es al alivio de la pobreza. Está demostrado que las remesas familiares contribuyen más al alivio de la pobreza, que las políticas y programas sociales del régimen.

Solo imaginemos las siguiente cifras del mismo régimen: Más del 75% de la población laboral se encuentra en la economía informal, esto es, ni siquiera ganan el salario mínimo. Y, según las mismas cifras, más del 60% de la fuerza laboral se encuentra en subempleo o desempleo. Qué tal la pasarían muchas de estas familias sin la contribución del trabajo de sus parientes en el exterior.

Examinemos más detenidamente de dónde provienen las remesas. Más de la mitad, el 55%, llegaron con procedencia de Estados Unidos. 770 millones de dólares. Ese monto creció de un año para otro en casi diez por ciento. De Costa Rica llegaron casi 300 millones de dólares. Uno de cada cinco dólares proviene de Costa Rica. Y también crecieron. Siguen España y Panamá, también allí crecieron los flujos provenientes de esos países.

El monto promedio por envío es de 190 dólares. Una cifra que supera al salario mínimo agrícola.

¿Cuáles son los departamentos hacia donde llegan las mayores cantidades? En primer lugar está Managua, después siguen Chinandega, Estelí, León y Matagalpa, en ese orden.

Por supuesto, en la otra cara de la moneda hay costos. Se va la gente joven y con mayores niveles de educación. Queda también el costo de hogares desintegrados. Y todos los sentimientos que genera el abandono del terruño.

Nos corresponde pues reconocer y agradecer el trabajo y el sacrificio de nuestros compatriotas residentes en el exterior.

Dejar una respuesta