Una de las evidencias del aislamiento internacional de Ortega es el escaso número y la calidad de los gobiernos que le han felicitado por su “reelección”. El más reciente es Putin, o más bien, el ministro de relaciones exteriores de Rusia, un señor llamado Serguei Lavrov.
Es importante remarcar estas declaraciones porque ayudan a saber dónde estamos sentados y, además, por los gritos frecuentes de las plañideras de Ortega que se desgañitan ¡intervención! ¡intervención! cada que vez que el gobierno de otro país expresa una posición crítica sobre el régimen. Y sin embargo aplauden con frenesí este tipo de declaraciones que en verdad son ofensivas para la mayoría de los nicaragüenses.
El señor Lavrov expresó:
La pureza de la victoria del Comandante Daniel Ortega así como la limpieza de todo el proceso democrático relacionado con las elecciones presidenciales, las confirmaron y testificaron numerosos observadores quienes acompañaron los comicios (totalmente más de 100 personas), incluyendo los representantes de los países latinoamericanos, en particular ex presidentes de los Estados de esta región.
Lo que para todo mundo fue una farsa electoral, para el ministro ruso fue un ejemplo de limpieza, de pureza democrática…y como respaldo apela al testimonio de expresidentes de los estados de la región. Seguramente se está refiriendo al refugiado expresidente salvadoreño, Mauricio Funes, perseguido por la justicia en su país por actos de corrupción y que tuvo el descaro de sacar la cabeza para declarar en favor de su protector.
No tenemos dudas acerca de la pureza de estas elecciones, reafirmó el jerarca ruso y agregó: Los resultados de las elecciones no los pone en cuestión prácticamente nadie de la oposición nicaragüense, con excepción, tal vez, de su parte marginal.
Así dijo. La mayoría, somos marginales.
Imagínese usted. Para el jerarca ruso no hubo irregularidades, ni exclusiones, ni abstención masiva.
Es natural que el ministro de Putin opine de esa manera pues es el tipo de elecciones que se acostumbran en Rusia. De hecho Putin se encuentra en el poder desde el año 2000. Lleva 16 años el zar ruso del siglo XXI.
Si solamente se tratara de una opinión política no sería grave. Pero ese no es el fondo del asunto. Lo que debe ocuparnos son las razones del jerarca ruso.
Evidentemente, el motivo de fondo es la alianza que los rusos han construido con Ortega. Una alianza cuyos alcances e implicaciones desconocemos. Solamente se conocen el acuerdo que autoriza a naves de la flota de guerra rusa para abastecerse en puertos nicaragüenses; el acuerdo para el establecimiento de estaciones de control de satélites; el acuerdo para asistencia técnica a la policía; y el acuerdo mediante el cual se suministraron 50 tanques y no se sabe cuánto armamento más. Es decir, todos acuerdos de carácter militar o geoestratégicos.
En contraste con la visión de los aliados rusos de Ortega, el gobierno de Estados Unidos expresó oficialmente lo siguiente:
Estados Unidos se encuentra profundamente preocupado por el proceso viciado de elecciones presidenciales y legislativas en Nicaragua, que impidió toda posibilidad de realizar elecciones libres y justas el pasado 6 de noviembre.
Previo a las elecciones, el gobierno de Nicaragua excluyó a los candidatos de la oposición para la presidencia, limitó la observación electoral nacional en los centros de votación y el acceso a las cédulas para votar, y tomó otras medidas para negar el espacio democrático en el proceso. La decisión del gobierno de Nicaragua de no invitar a observadores internacionales independientes socavó aún más la legitimidad de las elecciones.
Seguimos presionando al Gobierno de Nicaragua para que respete las prácticas democráticas, incluyendo la libertad de prensa y el respeto a los derechos humanos universales en Nicaragua, conforme a las obligaciones que nuestros países comparten bajo la Carta Democrática Interamericana.
Esa es la posición oficial de Estados Unidos.
Para poner en perspectiva ambas declaraciones es útil echar un vistazo a las relaciones económicas con estos países: Comencemos por las remesas familiares, que tanto beneficio generan a las familias nicaragüenses. De Estados Unidos, en el 2015 ingresaron 666 millones de dólares en remesas. Esto es, el 55% del total. Desde Rusia no ingresó un rublo o dólar o lo que sea.
En materia de comercio exterior, hacia estados Unidos se dirige el 40 por ciento de nuestras exportaciones. En el 2015 se exportaron 900 millones de dólares. Hacia Rusia se exportaron 6 millones de dólares en total. De estados unidos, en el 20015 llegaron 70 mil turistas. De Rusia ni siquiera aparecen en los registros.
Los paniaguados del régimen se regodearon con las declaraciones del ministro ruso. Sin embargo, para los nicaragüenses, para la mayoría, para los que repudiamos la farsa y al régimen dictatorial la preocupación central es saber hasta dónde nos ha llevado la irresponsabilidad de Ortega. Hasta dónde nos veremos otra vez en las patas de los caballos sin tener ni por qué ni para qué.
Señor Ortega, los nicaragüenses no tenemos por qué pagar los platos rotos de sus devaneos irresponsables con las grandes potencias.
Dejar una respuesta