Después de leer, por segunda vez, el ¨Diario Político¨ de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, comprobé que si bien hay libros que envejecen y se vuelven anticuados, hay otros que con el tiempo y las circunstancias rejuvenecen y adquieren un vigor renovado. La primera vez que leí el Diario de Pedro Joaquín hace varios años me pareció un libro de valor principalmente anecdótico.
En esta nueva lectura me encontré con un libro vivo, palpitante y tremendamente aleccionador. Casi como si fuera otro libro. El Diario contiene información, reflexiones, experiencias y las confesiones políticas íntimas de Pedro Joaquín. En resumen, una genuina lección de historia.
Supongo que la razón de esa recobrada vitalidad obedece a que el autor del libro lo escribió en el contexto de una dictadura. Más bien, en pleno enfrentamiento con una dictadura. Y esta nueva lectura se realiza, desgraciadamente, en el contexto de otra dictadura. Allá el somocismo. Ahora, el orteguismo.
Tengo el propósito de compartir con ustedes algunos pasajes del Diario que cobran renovada actualidad en el presente. Después de cuarenta años, los actores y el escenario no son los mismos, pero el argumento y el libreto siguen invariables. La misma tragedia.
Hoy comenzamos con la primera tanda de pasajes. El primero se refiere a una conversación sostenida por Pedro Joaquín con el presidente de Venezuela de ese entonces, Carlos Andrés Pérez. Pedro Joaquín anota en su Diario que, entre otros temas, salieron a relucir las negociaciones que Somoza estaba llevando a cabo con la petrolera Chevron, para meterse al negocio de mercadear gasolina y aprovechar así los arreglos de petróleo a precio diferencial ofrecidos por Venezuela.
Para quienes no lo recuerdan, la venta de petróleo a precios preferenciales no es de ahorita sino que se estableció desde los años setenta por un acuerdo entre México y Venezuela. Pues bien, Somoza pretendía beneficiarse privadamente de esos precios concesionales.
¿Les resulta familiar? La misma rapacidad de los dictadores. Solo que Somoza se quedó en la intención. Ortega se llevó hasta las servilletas con la cooperación petrolera venezolana y, todavía más, nos bolsea todos los días con los sobreprecios del combustible.
Otro pasaje del Diario se refiere a la energía. Pedro Joaquín relata una conversación con el general Róger Bermúdez, quien fungía como secretario de información y prensa de la presidencia. Bermúdez, le propuso a Pedro Joaquín aflojar la censura de prensa a cambio de que no siguiera con sus denuncias, en concreto, que no denunciara los negocios de Somoza. Pedro Joaquín escribe en el diario la siguiente respuesta ¨Ni mil años de censura, cárcel o cualquier otra pena van a obligarme a un compromiso sobre eso, porque eso sería hacerme cómplice la deshonestidad¨, seguidamente le restregó al general Bermúdez el último negocio de Somoza con la energía geotérmica y escribe la siguiente frase: ¨Somoza se ha apoderado de un recurso natural para explotarlo con una compañía ad hoc y vender la electricidad al estado.
Otra vez, la misma historia. En estos días, los medios de comunicación muestran unos armatostes que transitan por las carreteras con la nueva inversión de Ortega por medio de la empresa ALBANISA, en energía, ¿para qué? Para vender electricidad, también a sobre precios y seguir sacando dinero del bolsillo a los nicaragüenses.
Finalmente, a propósito de los créditos otorgados con recursos del INSS, para dudosos proyectos de construcción. Pedro Joaquín califica como una cueva de ladrones, al Banco de la Vivienda, una entidad estatal destinada a financiar la edificación de viviendas. Y revela que la existencia de numerosas pruebas que demuestran que funcionarios del régimen somocista, están haciendo fabulosos negocios de construcción de residenciales, por abusando de los recursos del citado banco. Entre los abusadores se incluyen familiares de los directivos de la institución bancaria.
¿Les parece haber escuchado una historia parecida en tiempos recientes?
Hay otros pasajes sobre la corrupción en el somocismo, pero para muestra valen tres botones. Tres botones que son suficientes para validar una frase que los nicaragüenses repiten cada vez con mayor frecuencia: Ortega y Somoza, la misma cosa.
Edgar Espinosa
Comparación completamente válida, solo que hicieron falta las víctimas del uno y del otro. La lista de cruces de Ortega y de sus secuaces, es mayor que la de Somoza. Ortega rebalsa.
Jesus Castillo
Muy bueno Enrique….como decía Don Adolfo Calero-Orozco, «Desventurado País»…… Saludos Cordiales,Jesús Castillo.Date: Wed, 3 Feb 2016 03:16:15 +0000 To: chucastillo1946@hotmail.com