A la cabeza de los problemas que enfrentan las familias, según las encuestas más publicitadas, los nicaragüenses colocan el empleo y la carestía de la vida. En realidad, la carestía de la vida es la manera en que los asalariados, principalmente, sienten el deterioro salarial.
Entremos pues al tema de los salarios. Un tema que el régimen y sus voceadores intentan ocultar o encubrir con medias mentiras y mentiras enteras.
Al hablar de salarios es importante distinguir entre salario nominal y salario real.
El salario nominal, como su nombre lo indica, es el salario que figura en la nómina. Es la cantidad de córdobas que recibe un asalariado en compensación por su trabajo.
El salario real, en cambio, se mide por la cantidad de bienes que el trabajador puede adquirir con su salario.
Es importante poner atención a esta diferencia porque es frecuente leer o escuchar noticias sobre ¨aumentos¨ del salario nominal. Y la gente es engañada con esos supuestos aumentos, que, en muchos casos, más bien esconden reducciones salariales. En verdad, en determinadas condiciones el salario nominal puede aumentar y, al mismo tiempo, disminuir el salario real.
Aclarémonos con un ejemplo.
Supongamos que usted tiene un salario mensual de 5 mil córdobas y sostiene una familia de 4 personas. Ese salario que a usted le pagan en su trabajo se llama salario nominal.
Supongamos que con ese salario usted paga mensualmente la luz, el agua, el bus y gastos afines, y compra 10 libras de arroz, 6 libras de frijoles y 4 pollos. Y allí se fue todo el salario. A esto se le llama salario real. Es la cantidad de productos que una persona puede realmente comprar con su salario. Se le llama también poder adquisitivo del salario.
Ahora supongamos que el precio de los frijoles y de los pollos sube el doble sin que se modifique su salario nominal. Significa que ahora, con el mismo dinero, solamente puede comprar 3 libras de frijoles y 2 pollos. Es decir, su familia va a comer menos frijoles y pollo, o tiene que reducir los otros gastos.
Usted sigue ganando los mismos cinco mil córdobas, pero ahora usted compra menos. Su salario nominal sigue igual, pero su salario real se redujo.
Por esta razón, el nivel de los salarios debe examinarse en paralelo con la evolución de los precios de los productos.
Sigamos. Como en Nicaragua la inmensa mayoría de los bienes y servicios se cuantifican en dólares, exceptuando los salarios, la primera fuente de deterioro del salario real es la política cambiaria, esto es, la devaluación del 5% anual del córdoba respecto del dólar.
Volviendo al ejemplo, si usted ganaba cinco mil córdobas en enero del 2015, si en el mes de enero del 2016 sigue percibiendo el mismo salario, por efecto de la devaluación, ahora su salario equivale a C$4.750 córdobas. Perdió C$250 pesos en términos de poder adquisitivo.
Otro referente es el costo de la canasta básica. La canasta básica es un listado de 53 productos esenciales para que una familia integrada por cinco personas pueda cubrir mínimamente sus necesidades. Comprende tres categorías de gastos: alimentos, gastos del hogar y vestuario.
¿Cuál es el costo actual de la canasta básica? C$12,365 a diciembre del 2015.
¿Cuál es el costo de los alimentos incluidos en la canasta básica? C$8.275.
Ahora veamos si los salarios son suficientes para adquirir la canasta básica.
Según cifras oficiales, el salario promedio de los trabajadores y empleados del sector formal alcanzó C$ 8.657 córdobas. Si la canasta básica cuesta C$12.365, el salario promedio ni siquiera alcanza para cubrir la canasta básica. Se queda chingo en una tercera parte. Todavía peor, con costo alcanza para la comida, que tiene un costo de C$8.275. Un asalariado promedio, para cubrir sus otros gastos, si se tapa la cabeza, se descobija los pies. Si estira aquí, encoge allá.
Es importante tener en cuenta que hablamos de salario promedio, el cual oculta las desigualdades salariales. Por ejemplo, el salario promedio en el sector financiero es C$17.150, en cambio, el salario promedio en las actividades agrícolas es C$ 3,170 y C$5.900 en los trabajadores industriales. Estas dos categorías de trabajadores se quedan por los aguacates respecto a la canasta básica.
Fíjense bien. No estamos hablamos de salario mínimo. Estamos hablando de salario promedio, el cual incluye a directores, gerentes, profesionales, vigilantes, secretarias, obreros. Es decir, que si consideramos el ingreso de los trabajadores de menor calificación la situación empeora drásticamente.
Ahora veamos si la situación salarial ha venido mejorando o empeorando.
En dos platos: Entre enero del 2007 y diciembre del 2014 los salarios reales se desplomaron en 14%. De año en año los salarios exhibieron una tendencia persistente a la disminución. En el 2015 tuvieron un repunte menor, que los colocó al nivel del 2010. Pero ese repunte no fue resultado de las políticas salariales del régimen, sino una cuestión circunstancial: el desplome de los precios internacionales del petróleo trajo consigo una disminución de los niveles de precios de otros productos, incluyendo los que Nicaragua adquiere en el exterior.
¿Cuáles son las perspectivas?
Para el 2016 la estimación oficial de la inflación es 6%. Si a esto agregamos la devaluación, que es del 5%, desde ahora estamos claros que un asalariado sufrirá el impacto combinado de ambos factores que enflaquecen el salario real. Entonces, si usted celebró el ajuste del 9% en el salario mínimo, pues no salte, que lo más probable es que ya perdió. Si es un trabajador del Estado, para quienes el ajuste será del 5%, sepa que seguirá padeciendo la carestía de la vida. Y si no tuvo la suerte de recibir un ajuste mayor, pues ya nos fregamos, porque lo que tendrá que ajustar son sus gastos.
La parte más triste de la película es que los bajos salarios son consustanciales al modelo económico del orteguismo. La mano de obra barata, y su progresivo abaratamiento es el principal incentivo para los inversionistas, principalmente la inversión extranjera. Por tal razón, cuando los voceadores del régimen, de lado y lado, anunciaron triunfalmente el acuerdo sobre el salario mínimo, NINGUNO se refirió al bienestar de los trabajadores. Todos se aludieron a que así se mejoraban las condiciones para la inversión.
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