Sin duda, la masacre de las Jagüitas es el hecho que en los últimos tiempos más ha conmocionado a la opinión pública y a la conciencia nacional. Una familia fue acribillada en medio de un operativo policial que nunca se explicó. Todos pudimos ver a la jefa de la policía dando muestras de consternación en el hospital donde padecían o fallecían las víctimas. También escuchamos a las ministras de salud y de la familia y a representantes de la alcaldía de Managua expresar promesas de ayuda y pretendiendo manipular el hecho con gestos fúnebres.
Yelka Ramírez, la madre sobreviviente, y su marido, comparecieron en diciembre a la comisión permanente de derechos humanos, CENIDH, a denunciar el incumplimiento de las promesas ofrecidas por las autoridades policiales y gubernamentales.
Ellos dijeron que se iban a hacer responsables, declaró Yelka en el CENIDH, ¨pues queremos que sean responsables, ya son cinco meses que han transcurrido¨.
Según Yelka y su esposo, el gobierno les prometió ayuda económica, asumir los costos por daños físicos y sicológicos, además becas de estudio para los menores. Pero nada.
Como se recordará, el vehículo, quedó pasconeado a balazos. Para colmo, ni siquiera el vehículo les ha devuelto la policía.
¨Queremos que el gobierno sea responsable. Hemos ido a todas las instancias, pero las puertas están cerradas. No hay respuestas¨.
Han transcurrido seis meses desde la masacre y las autoridades gubernamentales no dan la cara.
Tenemos pues a una familia que podría ser cualquier familia nicaragüense, compuesta por ciudadanos comunes y corrientes, que es triplemente victimizada por el régimen.
Primero, con la masacre que costó la vida de dos niños y una madre, además de los lesionados y atropellos sufridos por los sobrevivientes.
En segundo lugar está el ensañamiento. ¿Qué es el ensañamiento? Es una circunstancia agravante de la responsabilidad criminal que, de acuerdo al artículo 36 del código penal vigente, consiste en aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima y causar a ésta padecimientos innecesarios.
Y eso es lo que está haciendo el régimen con Yelka Ramírez y su familia, aumentando el sufrimiento. Se ensañan en esta familia humilde solamente porque no se prestaron a una burda manipulación.
En tercer lugar está la burla. También es una forma de escarnio y victimización.
El gobierno ofreció ayuda, aparentando generosidad. Pero como no tuvo éxito en la manipulación, ahora muestra la verdadera cara, la cara de la mezquidad, del desprecio y de la crueldad con las víctimas. Pero no es generosidad la que se pide al gobierno. Lo que debe exigirse es que cumpla con la responsabilidad legal. Aunque aquí ya sabemos para qué le sirven las leyes a la camarilla gobernante voy a transcribirles lo que establece el artículo 126 del código penal:
Responsabilidad patrimonial del Estado
¨El Estado responde patrimonialmente de los daños y perjuicios causados por
los penalmente responsables de los delitos dolosos o imprudentes cometidos
por autoridad, funcionario o empleado público en ejercicio de sus cargos o
funciones, siempre que en el proceso penal se determine que la lesión es
consecuencia directa del abuso, negligencia u omisión en su desempeño,
salvo los casos de fuerza mayor…¨
Es exactamente la situación que se produjo con la masacre de las Jagüitas. Expresamente estamos ante una obligación legal del estado.
Yelka ha realizado dos plantones frente a las instalaciones centrales de la policía, en Plaza El Sol, demandando verdad, justicia y reparación de los daños. Pero las autoridades, en particular la jefa de la policía, siguen sordas a su clamor. Y mudas.
Los plantones exigiendo verdad, justicia y reparación continuarán. Nuestro deber es acompañarle, físicamente, los que puedan; con respaldo moral por los medios a nuestro alcance, incluyendo expresándonos en los medios de comunicación; económicamente también podemos hacerlo, contribuyendo al alivio, en parte, de los apremios de la familia; legalmente también nos toca, asistiéndola en su legítimo reclamo. En la Asamblea, aunque ya sabemos que la aplanadora orteguista tiene los oídos igual de sordos, debemos también ponerlos en evidencia.
Señora Jefa de la policía nacional. A usted la vimos compungida la noche de la tragedia y escuchamos sus promesas. Cumpla. Abra la puerta a Yelka Ramírez. Señor Fidel Moreno, Secretario General de la Alcaldía, a usted también lo vimos y escuchamos hacer promesas. Cumpla. Señora Marcia Ramírez, Ministra de la Familia, usted también participó en la comparsa manipuladora con el dolor de las víctimas. Aquí está una familia que sufre. Muestre la cara y cumpla.
Y usted señor Ortega, que pregona a los cuatro vientos que encabeza un régimen solidario y cristiano. Tenga un poco de compasión y de humanidad con esta familia y asuma las responsabilidades que como gobernante le corresponden.
Matrix
Siempre dandoles justamente en el mero clavo Doctor !
Matrix
Siempre dandoles justamente en el mero clavo Doctor !