Cada ser humano tiene derecho a la paz, a la libertad, a la justicia y a la oportunidad de realizar plenamente sus aspiraciones. El punto de partida y el punto de llegada es la persona humana, pero la familia y la sociedad en su conjunto ofrecen las condiciones, o las niegan, según el caso, para que podamos vivir una vida plena y placentera.
Un fundamento esencial de la convivencia humana son los valores. Valores son nuestras creencias y convicciones más íntimas. Valores y principios determinan nuestra conducta. Nuestra manera de ser y nuestra manera de hacer. Así, mientras más extendidos y enraizados se encuentren los valores y las prácticas de la tolerancia, el respeto a los demás y a sus derechos, la dignidad, el trabajo honrado, la libertad, la solidaridad y el empeño por ser mejores, más nos acercamos al ideal de una sociedad humanista, democrática, próspera y pacífica.
Valores en la persona, valores en la familia, valores en la sociedad.
Al contrario, mientras más extraños, arrinconados o despreciados sean esos valores y esas prácticas, en la persona, en las familias y en la sociedad, más nos hundimos en los pantanos del sálvese quien pueda, el todo vale, el arrebato, el arribismo, yoquepierdismo, el abuso. Es la ley de la selva, que es la ley del más fuerte, o del más cruel, o del más inmoral.
Comparto con ustedes estas reflexiones, a propósito de ser hoy vísperas del 24 de diciembre, porque los sentimientos que alienta la navidad ofrecen un terreno propicio para la reflexión y para la renovación. Para fijarnos propósitos y metas. El ser humano, con sus debilidades y fortalezas, siempre conserva una cualidad: la posibilidad de rectificar y de mejorar.
Independientemente de la edad y de la condición, de cada uno y de cada una, siempre podemos renovarnos como personas y empeñarnos en construir una sociedad y un mundo en el que todos podamos vivir sanamente, contentos con el presente y con entusiasmo frente al futuro. El cambio comienza en nosotros mismos.
Hoy, pues, día de vísperas de la Navidad, reciban mi respeto, mi afecto y mis deseos de que podamos encontrar dentro de nosotros mismos la esperanza, el entusiasmo y la determinación por construirnos una vida mejor, para cada uno y para cada una, para nuestras familias y para nuestro país.
Que tengan todos y todas una feliz navidad.
MARIO
Muchisimas Gracias Don Enrique:
Excelente reflexión
Son mis deseos de que tenga una feliz navidad .
Manuel
«Valores son nuestras creencias y convicciones más íntimas». Me parece que esa definición debe ser revisada. Por creencias y convicciones íntimas (afortunadamente pasajeras) se han hecho barbaridades en este planeta.
María de Jesús Tenorio
Muchas gracias Enrique. Nos espera un año donde más que las creencias, nuestras convicciones se enfrentaran con muchos retos y desafíos en materia de derechos humanos, sobre todo el goce pleno al derecho a decidir al que todas y todos los ciudadanos de este país y del planeta aspiramos sea una realidad. Abrazos