Julius Fucik legó a la humanidad uno de los más hermosos y conmovedores testimonios. Nada más y nada menos que el testimonio de un condenado a muerte. Fue escrito en la cárcel, hoja por hoja, de manera clandestina, y sacado también desde la cárcel, hoja por hoja, con la complicidad de un vigilante.
He vivido para la alegría y por la alegría muero. Agravio e injusticia sería colocar sobre mi tumba un ángel de tristeza…escribió Fucik, poco antes de morir, en 1943, a manos de la GESTAPO, el tenebroso cuerpo represivo de los nazis alemanes. En memoria de este periodista checo se estableció el 8 de septiembre como Día Internacional del Periodista.
El testimonio, con el título de ¨Reportaje al pie de la horca¨ ha sido traducido a más de 80 idiomas.
En homenaje a esa fecha varias organizaciones juntaron esfuerzos (PEN Internacional, capítulo de Nicaragua; Fundación Violeta Barrios de Chamorro; Fundación Goethe e HISPAMER) para ofrecernos un conversatorio sobre la libertad de expresión, con el sugestivo título de ¨Libertad bajo fianza¨.
Contra todo pronóstico, el auditorio del Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra fue rebasado en sus capacidades, a tal punto que debieron habilitar otra sala para que el evento pudiera ser presenciado, en una pantalla, por aquellos que no alcanzaron en el local principal. El hecho es notorio porque a la misma hora se realizaba el juego de fútbol de nuestra selección nacional, que legítimamente había concitado la atención y las esperanzas de buena parte de los nicaragüenses.
El conversatorio contó con la presencia de los siguientes expositores: Carmen Arístegui, destacada periodista mexicana que entre sus varios espacios conduce diariamente un programa informativo por CNN. Miguel Huezo Mixco, salvadoreño; Najem Wali, periodista y escritor, de Irak; Josef Haslinger, presidente de la filial de PEN internacional de Alemania; por Nicaragua participaron Carlos Fernando Chamorro y Gioconda Belli.
En verdad fue un privilegio beneficiarnos con visiones desde diversas latitudes del planeta. Las perspectivas fueron distintas pero convergentes sobre los desafíos que afronta la libertad ante acosos provenientes de peligrosas amenazas: el crimen transnacional, el poder político, la violencia social, los intereses económicos y las nuevas formas de control y dominación mediante la utilización de sofisticadas tecnologías de recopilación y procesamiento de datos.
Sombras y luces fueron expuestas. La peor de las sombras es la muerte que acecha a periodistas por el hecho simple de buscar la verdad y divulgarla. Y la lucha cotidiana por la libertad es la más formidable de las luces.
Francamente no podría ni siquiera sintetizar las ponencias de los expositores, así que solo me atreveré a compartir lo que fueron mis propias conclusiones:
• La libertad de expresión, si bien es ejercida principalmente desde el periodismo y por periodistas, en realidad es un derecho que concierne a todo ciudadano. Solamente teniendo pleno acceso a la verdad se puede ejercer ciudadanía.
• La libertad de expresión exige una lucha incesante porque está en permanente acoso desde el poder. Y esta lucha concierne a todos.
• En el caso de Nicaragua, además del control puro y duro que el régimen ejerce sobre los distintos espacios de comunicación, coexiste un enemigo invisible pero eficaz: la autocensura. La intimidación, el halago o la comodidad conducen a que la represión se interiorice y se traduzca en autolimitación. Es la forma más perniciosa de cercenamiento de la libertad: la que proviene del sujeto mismo.
Tal vez, desde la Nicaragua de hoy para muchos las palabras de Fucik luzcan anticuadas o fuera de contexto. Y ojalá no tengamos que repetir esa historia que ya vivimos y padecimos. Ciertamente no son estos tiempos heroicos. La realidad no da para eso, por el momento. Pero también es cierto que las tenazas que se ciernen sobre nuestra libertad encierran semillas de violencia.
En cualquier caso, porque si, o porque no, aunque solo sea como homenaje a quienes luchan y han luchado por la libertad, vale la pena evocar algunas expresiones de Fucik:
Y ahora, precisamente a esta misma hora, millones de hombres lucha en el combate final por la libertad humana y miles y miles caen en ese combate. Yo soy uno de ellos. Y ser uno de ellos, ser uno de esos combatientes es algo hermoso…Pero la agonía no es hermosa…
Has tardado mucho en llegar, muerte. Pese a todo, esperaba conocerte más tarde, después de largos años. Espera vivir aún la vida de un hombre libre: poder trabajar mucho, amar mucho, cantar mucho y recorrer el mundo. Precisamente ahora, cuando llegaba a la madurez y disponía todavía de muchísimas fuerzas. Ya nolas tengo. Se me van agotando. Amaba la vida y por su belleza marché al campo de batalla. Hombres: os he amado. Fui feliz cuando correspondían a mi cariño y sufrí cuando no me comprendíais. Que me perdonen aquellos a quienes causé daño. Que me olviden aquellos a quienes procuré alegrías…
Que la tristeza jamás se una a mi nombre. Ese es mi testamento para vosotros…
Edmundo Dávila Castellón
TODO ESO ES DEMASIADO TRISTE, FLEBIL Y DOLOROSO
Edmundo Dávila Castellón
TODO ESO ES DEMASIADO TRISTE, FLEBIL Y DOLOROSO