Mujeres: Divergencias y convergencias

En una sociedad abrumada por la machacona y masiva reiteración del discurso oficial resulta refrescante escuchar voces alternativas, más aún si esas voces provienen de mujeres.

En la UCA, la semana pasada, se desarrolló un evento verdaderamente inusual. Cuatro mujeres, de distintas edades, trayectorias, posiciones y visiones, contrastaron sus puntos de vista sobre las realidades del país, sobre los desafíos que afrontan como mujeres, en sus propios espacios, y como ciudadanas. También expusieron sus aspiraciones acerca del país en el que quieren vivir y la contribución que hacen o pueden hacer para lograrlo.

¿Quiénes fueron las panelistas?

Una joven empresaria, asociada a una reconocida empresa familiar, pero ella misma por primera vez frente a un auditorio: Karla Garzón. Una periodista de carrera destacada: Lucía Pineda Ubau. Una joven feminista, conocida principalmente en sus propios espacios: María Martha Escobar. Una política de amplia trayectoria: Jamileth Bonilla. Como puede verse, una composición plural y de ángulos diversos.

Lo primero que llamó mi atención fue el respeto y la seriedad con que las panelistas expusieron sus puntos de vista. Respeto y seriedad: algo poco común. Lo segundo fue lo genuino de las posiciones y exposiciones. Cada quien planteó su punto de vista de manera directa y sin manejos.

Importa destacar que el grupo organizador del encuentro es también plural, sin encuadramientos partidarios ni ideológicos: mujeres, todas jóvenes profesionales que promueven la Red de Mujeres por la Democracia.

El formato, también inusual, posibilitó que pudieran mostrarse las diferencias, las divergencias y las coincidencias. Sería muy simplificador intentar resumir los planteamientos de cada una de estas mujeres, pero voy a reseñar lo que más me llamó la atención.

Ángulos diversos
La mayoría conocemos a la reportera Lucía Pineda Ubau –actual jefa de prensa del canal 100% Noticias- pero me atrevo a afirmar que muy pocos conocen que se sentaba a esperar, cada día, en un canal de televisión a que le dieran una oportunidad de empleo. Entregaba un cassette para que vieran sus reportajes y se lo perdían, pero otra vez insistía dejando una nueva copia. Cuando al fin le dieron oportunidad fue sin pagarle, y pasó así un año trabajando de gratis. Inquieta, aprendió todo el teje y maneje de un canal televisivo. Lucía declara que cada tropiezo, más que un fracaso, ha sido una oportunidad de superación.

Por ser ella de nacionalidad “tico-nica” afirmó que uno de sus temas de mayor interés es la condición de los migrantes nicaragüenses, también se mostró preocupada por los que no tienen voz y declaró que no solamente los gobernantes no escuchan. En su opinión, los medios de comunicación tampoco están atentos a las voces y necesidades de la gente, y peor aún, muchos periodistas tampoco escuchan a la población. Lucía ilustró las diferencias y a veces divergencias entre los periodistas y los dueños de los medios de comunicación. Finalmente planteó como su desafío personal abrir espacios a los que no tienen voz y presentar las noticias de manera balanceada, reflejando los distintos puntos de vista.

Escuchar las posiciones políticas de una empresaria que se declara sin partido y sin opciones políticas me resultado particularmente aleccionador. La arquitecta Karla Garzón ofreció un ángulo poco común en este tipo de debates, desde su frustración al no poder obtener un crédito para su primera iniciativa empresarial hasta su preocupación por la violencia hacia las mujeres. Hace unos meses le tocó muy de cerca pues una prima fue asesinada por su marido, en Estados Unidos.

Karla se mostró también preocupada por la democracia. Para ella el punto de partida es la familia. Sus valores fundamentales donde los aprendió fue en el seno familiar, en consecuencia, la ciudadanía comienza a construirse en la familia. Un empresario también construye democracia generando empleo digno, respetando las leyes laborales y promoviendo un ambiente cordial en el centro de trabajo. Sin ser política evidenció un buen conocimiento e información de las realidades del país y unas posiciones claras sobre el país en el que anhela vivir. En mi opinión una frase resume la contundencia de sus puntos de vista: Tengo un hijo de cuatro años y no quiero que mi hijo sea absorbido por un régimen como el régimen en que vivimos.

En el caso de María Martha prefiero transcribir literalmente parte de su elocuente intervención: “no tengo nada, no tengo ni un bien material, no tengo trabajo fijo, no tengo seguro social, no tengo casa, no tengo carro; vivo sola desde hace tiempo, pero creo mucho en mis capacidades. No sé en qué voy a trabajar el año que viene, vivo ante esa dinámica de corto plazo que es bastante difícil porque no te deja hacer planes ni cosas como proyectarte muy bien para el futuro, pero me siento muy afortunada de haber tenido o de haber creado un carácter bastante rebelde que me ha permitido ir construyendo esa autonomía soñada en muchos niveles y de saber que soy una persona que tengo un criterio personal propio y que lo veo como autonomía política. Soy autónoma económicamente, me he esforzado por tener muchos trabajos o hago cualquier cosa para tener dinero y decidir lo que voy hacer con él y también ser libre sexualmente me parece algo muy valioso y no tener prejuicios y ese tipo de cosas que estamos súper bombardeadas en la cultura en la que vivimos.

Entonces el hecho de tener esas libertades, esas rebeldías me parece como la mayor fortuna pues está en mi misma y una demanda que me parece que le afecta mucho a otras mujeres es el hecho de que en Nicaragua vivamos en una cultura tan represiva y violenta que afecta directamente la vivencia de esa libertad o de vivir en paz…”

Finalmente Jamileth Bonilla, quien ejerció como concejal en la alcaldía de Managua, como Ministra de Acción Social y diputada durante dos períodos, relató las dificultades que ha debido superar, incluyendo cárcel en la década de los ochenta. Desde su óptica es esencial el fortalecimiento de los partidos políticos y esto sólo puede lograrse con la incorporación masiva de mujeres. Defendió la paridad en los cargos partidarios y en los cargos públicos. Como ejemplo de la resistencia que existe como resultado de la cultura machista mencionó que la reforma estatutaria en su partido (el PLC) que establece la paridad en los cargos fue resistida no sólo por varones sino también por mujeres.

Jamileth reiteró su compromiso con la democracia y como su principal desafío trabajar por una mayor participación de las mujeres.

Como conclusión quisiera anotar las coincidencias que percibí: todas preocupadas por la violencia hacia las mujeres y por la cultura machista prevaleciente, todas igualmente preocupadas por la democracia en el país y en la educación como vía para construir un mejor país.

Sin duda, debates como éste hay que replicarlos una y otra vez, con seguridad muchas rutas y lecciones podrán derivar. Las organizadoras se comprometieron a continuar con estos foros y preparar al final una publicación que sintetice las visiones de las mujeres participantes. Ojalá y que perseveren pues nos ayudaría a todos.