En días recientes se divulgaron tres noticias en materia de educación que no podemos verlas de manera aislada ni subestimar su importancia, pues revelan la pobre concepción que tiene el régimen sobre la educación. Una educación pobre, para pobres. Educación pobre, para reproducir y eternizar la pobreza de familias y el atraso del país.
La primera noticia fue el anuncio que hicieron funcionarios departamentales del Ministerio de Educación sobre los resultados del ciclo escolar 2014: de los 16 mil bachilleres que se graduaron este año en el departamento de Managua, seis mil…repito, seis mil…es decir, casi el 40%, egresaron de un programa de secundaria acelerada llamado Sandino II. Este programa, con una sesión de clase semanal, gradúa bachilleres en dos años. Bachilleres en ciencias y letras…en dos años.
La segunda noticia provino de autoridades de la UNI, la Universidad de Ingeniería. Aquí hubo dos momentos. Primero anunciaron que este año se había flexibilizado el examen de admisión. Además de entregarse a los estudiantes los exámenes de años precedentes y anticiparles que de ahí saldría el examen, informaron que habían ofrecido cursos intensivos de preparación. Este antecedente hacía prever que la “flexibilización” tendría como resultado un mayor porcentaje de aprobados que serviría como base para que el régimen anunciara triunfal la mejoría en la calidad de la educación. Pero los resultados fueron inesperados. Solamente el cinco por ciento aprobó, menos aún que el año anterior.
La tercera noticia fue que el Instituto de Excelencia Académica, conocido por las siglas IDEA, después IDEAS porque se le agregó el nombre Sandino, está en proceso de cierre. Este proyecto, concebido y diseñado en el gobierno de Enrique Bolaños, tenía el propósito de concentrar a los mejores estudiantes del país y mantener altos niveles de excelencia académica. Más de tres millones de dólares costó su construcción y equipamiento. El centro dispone de laboratorios especializados, talleres, aulas especiales, auditorios, biblioteca, gimnasio y dormitorios para estudiantes y docentes. Además del rigor educativo, el centro serviría también para desarrollar investigaciones pedagógicas y constituirse en centro de referencia escolar del país.
En el acto de inauguración, el entonces Ministro de Educación, Miguel de Castilla afirmó: “Aquí entre dos o tres años van a estar concentrados una treintena de los mejores especialistas del país, en el campo de la educación, escribiendo libros, haciendo investigaciones, dictando conferencias, preparando cursos para las escuelas normales”. Ahora el instituto está al borde de ser clausurado.
Todos en Nicaragua hemos coincidido en que la educación es la vía para que personas y familias eleven sus capacidades y mejoren sus condiciones de vida. Internacionalmente está demostrado que un país sólo puede superar el atraso si realiza mejoras sustantivas en la calidad de la educación que recibe la niñez y adolescencia.
Sin embargo ¿qué conclusiones podemos extraer de las noticias anteriores?
¿Podemos concluir que al régimen orteguista le interesa mejorar la calidad de la educación?
¿Le interesa cultivar la capacidad de pensar o le interesa cultivar el borreguismo?
¿Qué competencias y capacidades podrá tener un profesional que se bachilleró en dos años?
Pensemos en los médicos, ingenieros, arquitectos, educadores que se graduarán en estas condiciones. ¿Será esta la ruta para salir de la pobreza y el atraso?
Evidentemente, no. Todo lo contrario. Esa es la ruta que asegura la producción y reproducción de la pobreza. Un engaño para la gente. Una frustración para las familias. Y un despilfarro de recursos que el país no tiene en abundancia.
Pero esto es perfectamente racional y funcional al modelo implantado por el régimen. Se trata de un modelo de acumulación de capital y no de promoción del desarrollo afianzado en dos pilares: la depredación de los recursos naturales y el abaratamiento de la mano de obra. El café, la ganadería, la minería, son ejemplos fehacientes. En este modelo, que requiere cortadores, peones y mineros, invertir en educación representa un gasto infuncional.
En esta concepción reside la “racionalidad” ideológica, política y económica del abandono de la educación.
Cuando estaba en la universidad…allaaaa, en el tiempo del hilo azul, estudié un libro de Aníbal Ponce que se llamaba “Educación y lucha de clases”…sin dogmas, aprendí el enfoque que la educación siempre cumple una función social que sólo puede interpretarse a la luz de las relaciones de dominación existentes…al igual que otros mecanismos ideológicos…