Las actuaciones zigzagueantes y contradictorias de Brooklyn Rivera, dirigente miskito defenestrado por sus ex aliados orteguistas, no mueven a la simpatía. Pero este no es un asunto de simpatías o de antipatías sino de un nuevo manotazo despótico del régimen. Un manotazo que debemos rechazar y escarbar en sus implicaciones.
Hablemos primero de leyes. El régimen reformó a como quiso la…