En su discurso del 14 de junio del 2013, Daniel Ortega, rebosante de júbilo y arrogancia, elevando el brazo del especulador chino Wang Jing, proclamaba: ¡Aquí está el fantasma! y agregaba “Llegó el día y la hora de alcanzar la tierra prometida”, mientras exhibía el acuerdo suscrito con el especulador.
La mención al “fantasma” obedecía a las dudas que en algunos medios se habían…