Federico
A Federico Clough lo recuerdo como un hombre alto, de rasgos “costeños” –así le decíamos en esa época a los afrodescendientes del Caribe nicaragüense que se venían al Pacífico-, con un gran canasto de pan en la espalda pregonando su venta, con un acento singular. El alcohol lo mató. Pero antes lo fue desgajando en pedazos, día a día. Un destino en el que se desbarrancaron…