Hace algunos días tuve oportunidad de presenciar un espectáculo realmente conmovedor. Conmovedor y aleccionador.
Resulta que fui invitado por una estimada amiga costarricense a asistir a la presentación de un grupo musical de niños y niñas de la ciudadela conocida como La Carpio. Si bien la tarjeta de invitación decía “Concierto al atardecer”, francamente no me imaginaba lo que iba a…