Es comprensible que para la mayoría de los nicaragüenses resulte indiferente lo que ocurre en Europa. Los agobios del día a día con la comida, el empleo, las deudas, los gastos de los chavalos y las demás cargas exigen total dedicación y empeño.
En varios sentidos, Europa está lejos. Pero no tanto como para llegar a la conclusión de que nada de lo que allí acontece tiene que ver con…