Yo me niego a aceptar que uno deba quedarse callado frente a la matanza de niños, niñas, mujeres y hombres inocentes palestinos.
Un sentido ético y de conciencia humanitaria elemental me lleva a negarme.
Yo me niego a aceptar que la voluntad de las élites israelíes, en particular la voluntad de los sectores más extremistas, sea equiparable a la voluntad de Dios.
Me niego a aceptar que se…