Política y Realidades nacionales

19 de julio ¿Adónde se quedaron los conejos y el atol?

Más allá de lo que se opine sobre las celebraciones del 19 de Julio y sobre la confiscación que de esa conmemoración hizo el orteguismo, la realidad es que se trata de un hecho político que no podemos ignorar.

Y no lo podemos ignorar porque tradicionalmente Ortega utiliza la tribuna que ofrece la ocasión para hacer anuncios, adoptar posiciones y pronunciarse sobre temas que en general afectan a la totalidad o a la mayoría de la población nicaragüense.

Unas veces proclama medidas populistas; en otras realiza una declaración diversionista para distraer la atención respecto de algún tema álgido; con frecuencia se ocupa de dar atol con el dedo acudiendo a explicaciones para párvulos, o bien, como todo mesías espurio, se vale de la credulidad de sus seguidores para alimentar fantasías con promesas de milagros y maná que caerá del cielo para aliviar las penurias de la gente. Muchos le creen y regresan a sus hogares reconfortados, como después de un acto litúrgico. De hecho, la maestra de ceremonias denominó ¨acto de acción de gracias¨ a la liturgia carnavalesca del 19.

Es útil entonces escuchar los discursos de Ortega, por muy fastidioso que pueda resultar.

Esta vez Ortega expresó el mejor discurso de los últimos tiempos. No dijo nada. Lo más notorio que hizo fue desempolvar su vieja retórica anti-imperialista; una retórica que aquí ya nadie cree y que seguramente sacó del cofre con el único propósito de congraciarse con sus patrocinadores venezolanos y uno que otro despistado izquierdoso. Y nada más.

Para quienes tuvimos oportunidad de escuchar el discurso del General en Retiro Omar Halleslleven, en la embajada norteamericana, en el acto de conmemoración del 4 de Julio, el discurso de Ortega solo puede provocar risa. El discurso de Hallesleven, ante la embajadora gringa, dio pena por lo servil. Se desgajó en elogios a las relaciones entre Nicaragua y Estados Unidos. El de Ortega da risa, por lo chistoso.

En definitiva, Ortega demostró que vive de espaldas a la realidad de los nicaragüenses pues no se refirió a ninguno de los desafíos que afronta nuestro país. No obstante habría que registrar algunas notas:

• En primer lugar el proyecto de canal interoceánico del chino Wang Jing. Los paniaguados del régimen se llenan la boca cada vez que se los permite la mazorca que los atraganta, para proclamar que se trata de la mayor obra de la humanidad. Es el milagro que nos sacará de la pobreza. Pero Ortega no hizo una sola mención al megaproyecto. Las obras, según ellos, se inauguraron en diciembre, remendaron un tuco de una trocha y desde entonces, nel pastel. ¿Por qué será?

Tampoco Ortega aludió al proyecto Tumarín, que supuestamente es la llave maestra para alcanzar nuestra independencia energética. ¿Por qué será?

• Tampoco dijo una sola palabra sobre las medidas que está adoptando su gobierno, si es que está adoptando alguna, para enfrentar amenazas como la sequía que se cierne sobre miles de productores. Menos para hablar del desempleo, el subempleo, la economía informal y la carestía de la vida, en circunstancias de franco deterioro de la situación económica y social de la población. Y en cuanto a la masacre perpetrada por la policiía en contra de una humilde familia nicaragüense, que cimbró los más íntimos sentimientos de la sociedad nicaragüense, Ortega dejó caer una referencia circunstancial. Ni siquiera perdón pidió, el jefe supremo.

Esta vez Ortega no tuvo conejos para sacar de su gorra. Ni atol para repartir. Menos mal.

Sin embargo, correspondería rescatar dos joyas que nos dejó el monarca como evidencia de que su capacidad para el cinismo no tiene límites y se mantiene intacta:
• Entre sus reproches al imperialismo se solidarizó con los norteamericanos que son víctimas de las bombas lacrimógenas y los atropellos a sus derechos humanos por parte de la policía. ¿En qué país vive Ortega? Habráse visto. Ortega reclamando a las autoridades norteamericanas respeto a los derechos humanos. Ni más ni menos que el jefe supremo de la policía que aquí garrotea, tortura, encarcela ilegalmente, despoja y mata. Y mata.
• Pero también nos ofreció una declaración de amor. Sus actos, dijo, están dictados por el amor. Lo que significa que las vapuleadas a ciudadanos y ciudadanas y los atropellos a las libertades y derechos de los nicaragüenses son actos de amor. Nos toca entonces a los nicaragüenses agradecerle esos actos y esmerarnos en no contrariarlo… No vaya a ser y nos deje de querer. Ustedes escojan cuál canción le cantamos: ¨Hay amores que matan¨ o ¨no me quieras tanto…¨

Por último corresponde dejar una nota sobre el aislamiento del gobierno de Ortega a nivel centroamericano. Es una nota de preocupación porque si bien afecta al gobierno de Ortega, es una realidad que repercute negativamente en todos los nicaragüenses. Es evidente que los países del llamado triángulo del norte, Honduras, El Salvador y Guatemala, han resuelto seguir su propio rumbo, Sin Ortega. Mientras Costa Rica y Panamá, están jugando en otra liga. Ni siquiera el gobierno de El Salvador, que se supone tendría afinidades con el orteguismo, le paró pelota a la celebración de Ortega.

En cualquier caso, queda la intriga ¿se le acabaron los conejos y el atol, o estará fraguando alguna nueva truculencia?

Nota. Utilizo la expresión izquierdoso para diferenciarla de izquierda. Una cosa es ser de izquierda y otra ser izquierdoso.

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