Con el título “Memorias de un ciudadano”, el Doctor Carlos Tunnermann presentó su libro de memorias. Si bien las memorias casi siempre tienen un valor histórico, en el caso de Nicaragua este valor es mayor por la escasez de investigaciones y publicaciones sobre la historia de nuestro país. El libro de Tunnermann tiene pues un doble valor: refleja la visión de un ciudadano ejemplar sobre su propia vida, y rescata trozos de historia patria en períodos especialmente convulsos.
Las memorias de Tunnermann recogen recuerdos de familia, de su estancia en el Colegio Pedagógico, de la vieja Managua, de su vida como estudiante universitario, sus experiencias como educador, como político, como ministro, como diplomático y como dirigente de organizaciones de la sociedad civil. Además narra episodios poco conocidos o desconocidos de las relaciones de las autoridades universitarias con Luis Somoza y con Anastasio Somoza.
Después de graduarse en la carrera de Derecho, Tunnermann asumió como Secretario General de la Universidad Nacional a los 24 años y fue electo Rector a los 31 años. A los 31 años. Este es un dato a destacar pues es absolutamente inusual que alguien ejerza la rectoría de una universidad a esa edad. Por un lado es expresión de su talento, pero también es expresión de la apertura mental de quienes lo eligieron. Prestigiado experto internacional en educación superior, desempeñó el cargo de embajador de Nicaragua ante la OEA y ante Estados Unidos, en plena guerra. Fue declarado non grato y debió abandonar Washington en uno de los conflictos más agudos entre el gobierno sandinista y el gobierno de Reagan. Connotado investigador dariano, ensayista, historiador, luchador político, articulista, dirigente de la sociedad civil, Ministro. 57 libros publicados, casi un libro por año de vida profesional.
Y también poeta. Poeta perennemente enamorado de su Rosa Carlota.
Tengo dos testimonios personales sobre Tunnermann. Primero sobre su gestión como rector. Ingresé a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en León, cuando él estaba en la etapa final de su período. Cuando relato que fue un lujo estudiar en esa universidad, muchos no lo creen. Es tal el desprestigio actual de las universidades nacionales. Me tocó asistir a una universidad ordenada, donde se combinaba el rigor y la exigencia académica con la libertad, incluyendo la libertad para luchar en contra del régimen de los Somoza. Y además tiempo para una risueña vida estudiantil. Manifestaciones y serenatas, estudio, noviazgos y fiestas. Combatividad, debates y compromiso. El León de ese tiempo y la universidad de ese tiempo están indelebles en mis recuerdos.
Puede parecer un detalle pero es una evidencia del nivel que había alcanzado la universidad: recibíamos los resultados de los exámenes, puntualmente, procesados por computadora. En esa época. Imagínense. Recibir las calificaciones en una hoja computadorizada.
Hay dos realizaciones materiales que son legados para la perennidad en las que Tunnermann cumplió un papel decisivo: la construcción del recinto universitario Rubén Darío, la UNAN Managua, y el rescate de las ruinas de León Viejo. Pocos lo saben o lo mencionan. Hay que repetirlo.
Sobre su paso por la revolución y por el Frente Sandinista, sus juicios son categóricos: no me arrepiento de nada, me manifestó en una ocasión. En su opinión se cometieron dos errores capitales: El empeño enfermizo de imitar a Cuba y meternos en la confrontación este-oeste. Para él, el harakiri del Frente Sandinista fue la piñata. Acabó con toda autoridad moral. Y fue Tünnermann uno de los primeros en renunciar públicamente por razones éticas a su militancia en el Frente Sandinista.
Tengo más de ocho años de reunirme casi cada semana con el Doctor, como integrantes que somos de la Unión Ciudadana por la Democracia, UCD. La sensatez y lucidez de sus opiniones, siempre me impresionan. Pero sobre todo me admira su sentido del compromiso. Cuando le pregunté cómo le gustaría ser recordado no dudó en afirmar: “como un ciudadano comprometido con su país”. Y es que verlo a sus más de ochenta años encabezar marchas y acciones de lucha por la democracia es una reiteración permanente de las convicciones profundas y principios arraigados que lo animan.
Ciertamente, Carlos Tunnermann tiene muchos méritos, pero hay uno que lo atraviesa todo, que lo sostiene todo. Es la coherencia. La coherencia entre sus ideas, su discurso y su práctica. Un predicador que predica con la elocuencia de su ejemplo.
Finalmente anoto el fragmento de un poema que considero un auto-retrato espiritual de Carlos Tünnerman:
Sería
bello
acudir al encuentro definitivo
-desprovisto ya de cuerpo
íngrima
y desnuda el alma-
sin otro equipaje
que una rosa de amor
entre las manos.
Jesus Castillo
Excelente articulo o semblansa del Dr. Tunerman. Saludos Enrique.
Enviado desde mi Windows Phone
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Edgar Espinosa
Que desperdicio! Tanto talento (como otros más) deberían haber sido conductores del país para que éste pudiese salir del enquistado y casi genético tercer mundo, pero ironicamente, todos los talentos son manoseados, manipulados y vilipendiados por un iletrado que está dirigiendo al país … porqué? … y pese a todo, al reconocimiento de tantas personas capaces que pudiesen haber sido ejemplos de dirección, el más inepto sigue allí! Destino?
Despacho NavarreteyLópez Cenag Asociados
Sin lugar a dudas la UNAN una de las mejores universidades y de prestigio del área centroamericana. Me tocó, en 1973, ingresar a la UNAN-Managua (Recinto RURD), siendo el Dr. Tunnerman el gran conductor de esta Universidad, cuando la UNAN era una sola (juntas León y Managua). Desde ese entonces, empecé a conocer la calidad humana del Dr. Tunnerman.
A como menciona un estimado ciudadano, lástima que personas como él y el Dr. Serrano Caldera – y otros honorables más – no hubiesen recibido la oportunidad de convertirse en Primeros Mandatarios de nuestra Nación y transformarla en un país culto y civilizado y progresista con bienestar para todos los nicaragüenses sin distingo alguno.
Saludos Enrique, siempre pendiente de tus artículos y aportes. Abrazos y bendiciones miles en todo el Año Nuevo 2017.