El balance que nos proponemos se enfocará en los acontecimientos más relevantes del 2015, sus aspectos positivos y negativos, así como sus implicaciones. Es posible que algunos de estos hechos no se perciban como espectaculares, pero, aunque no lo parezcan, tienen una gran influencia en nuestra vida cotidiana presente y futura. Intentaremos también visualizar las perspectivas para el 2016.
El primer hecho a destacar es el desplome de los precios internacionales del petróleo. El precio internacional (WTI) registró una disminución interanual del 45%. En el caso del petróleo venezolano la disminución fue del 48%. Es decir, los precios de referencia para Nicaragua se redujeron casi en 50%.
¿Por qué es una buena noticia?
Por varios razones. La primera razón es a nivel de la economía nacional.
De acuerdo con los datos del Banco Central, en el 2014 el valor de las compras de petróleo y derivados llegó aproximadamente a 1.100 millones de dólares. En el 2015, como resultado de la disminución de los precios internacionales, las compras totales de petróleo y derivados no superarán los 800 millones de dólares. Aunque algunas de estas cifras lucen raras las tomaremos como base. Según las mismas, el ahorro será entonces de al menos 300 millones de dólares.
Este ahorro representa un alivio en las cuentas externas del país, específicamente en la balanza comercial, que es la relación entre el valor total de nuestras exportaciones y el valor total de nuestras importaciones.
El segundo aspecto positivo es que los precios del combustible en Nicaragua disminuyeron. Ya sabemos que no disminuyeron en la proporción que deberían disminuir, pero disminuyeron. Sabemos también que Nicaragua fue el único país del mundo donde se produjo la aberración de que el precio del transporte intermunicipal aumentó, en lugar de disminuir. Con todo, la disminución del precio de los combustibles representó un alivio relativo para los costos de producción de empresarios, transportistas y productores. También para los consumidores.
El tercer aspecto positivo es en materia de inflación. Dado que el combustible influye en el comportamiento de los precios de la casi totalidad de bienes y servicios, la inflación este año fue menor que en los años anteriores. La inflación general disminuyó, aunque la inflación subyacente siguió aumentando. Ya explicaremos en otra oportunidad la diferencia entre inflación general y la inflación subyacente. Por lo pronto, nos quedamos en que la inflación registró un índice menor. Y ese es un hecho positivo.
Finalmente, y este probablemente sea el impacto más importante para los nicaragüenses, es que al disminuir los precios internacionales del petróleo también disminuyeron los ingresos de la camarilla gobernante. Como sabemos, la camarilla gobernante se apropió campante y desvergonzadamente de los beneficios de la cooperación petrolera venezolana. Por años se pasaron embolsando más de 500 millones de dólares anuales, libres de polvo y paja. Al disminuir los precios del petróleo también disminuyó la cantidad de dinero que se embolsan. Esta es una buena noticia porque los instrumentos de poder de la camarilla gobernante comienzan a debilitarse y sus márgenes de maniobra se estrechan progresivamente.
La disminución de los precios internacionales del petróleo significó pues un alivio para las cuentas externas del país. También representó un alivio para empresas, productores y consumidores, y se tradujo positivamente en materia de inflación. Ninguno de esos resultados –positivos aunque insuficientes- es atribuible a la gestión gubernamental. Casi podríamos decir que esos resultados positivos se generaron a pesar de las políticas del régimen.
Por mucho que cacaraqueen los voceadores del régimen, esos huevos no los puso la camarilla gobernante.
¿Por qué hacemos esta afirmación?
Aquí viene la mala noticia: seguimos pagando los precios más altos de combustible de Centroamérica, si excluimos los impuestos. Y en materia de tarifas eléctricas tanto industriales, como comerciantes, productores y consumidores pagamos las tarifas más elevadas del área.
¿Cuál es la razón? Ya lo sabemos pero debemos repetirlo. Porque la camarilla gobernante controla el mercado de la energía y el negocio de los hidrocarburos, en consecuencia imponen los precios prácticamente a su antojo. Como disminuyeron sus ingresos provenientes de la cooperación petrolera venezolana, pues se reponen parte de esta disminución de ingresos a costillas de los bolsillos de los nicaragüenses, cobrando un sobreprecio.
En cuanto a las perspectivas, todas las instituciones internacionales especializadas proyectan que en el 2016 prevalecerán los bajos precios del petróleo. Si así ocurre, el escenario previsible para Nicaragua se mantendría, en lo general.
Naturalmente, si estallara un conflicto generalizado en oriente medio estas previsiones se irían al traste. En este sentido el año comienza con un mal augurio: hoy 4 de enero Arabia Saudita rompió relaciones diplomáticas con Irán, agudizando un escenario de tensión entre dos de las principales potencias del área.
Mientras las circunstancias se mantengan, para nosotros los nicaragüenses el desafío entonces es presionar a la camarilla gobernante para que se reduzcan la tarifa eléctrica y los precios del combustible, a fin de que empresarios, productores y consumidores, es decir, los nicaragüenses todos, podamos beneficiarnos en justa medida de los bajos precios del petróleo.
Qué lindo que están estos. Cuando sube el petróleo nos rempujan, y cuando baja nos siguen rempujando.
No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras la camarilla gobernante nos sigue sacando el dinero del bolsillo
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