La Fundación para el Desarrollo Económico Global, FIDEG, ha venido desarrollando a lo largo de los últimos años una investigación sobre el comportamiento de la pobreza en Nicaragua y sobre la evolución de otros indicadores sociales.
Hay dos hallazgos que llaman poderosamente la atención:
• A pesar del crecimiento económico que pregonan con alborozo los voceros del régimen y unos presuntos éxitos sociales, la pobreza se redujo únicamente en 4%, en los últimos cinco años. Pero no a causa de las políticas o programas sociales, sino a causa de las remesas familiares. Sin el concurso de las remesas la pobreza más bien se habría incrementado en la misma proporción: en el 4%. En otras palabras, son los pobres, con su trabajo y sacrificios en el exterior, los que sostienen la pobreza en esos niveles. Un panorama trágico si consideramos que ahora proporcionalmente emigran más mujeres que hombres.
• En el último año (antes de la sequía), la pobreza extrema creció en un 2%, a tal punto que el 10% de los nicaragüenses alcanzó esta condición. Es altamente probable que este porcentaje, en el presente, sea mayor.
Pobreza y extrema pobreza
Pero hace falta comprender en su plena dimensión qué significan estos porcentajes. Para ello es preciso conocer cómo definen la pobreza y la pobreza extrema en estos estudios.
La pobreza está definida así: “el valor de la línea de pobreza extrema fue C$ 9.352.4 por persona al año o lo que es lo mismo US$ 1.0 por persona al día. Los hogares cuyo consumo per cápita es inferior al valor de esta línea de pobreza se clasifican como pobres extremos. En otras palabras, el nivel de consumo de estos hogares no permite satisfacer las necesidades de alimentación mínima de sus miembros”. (Párrafo tomado del informe de FIDEG correspondiente al 2013). Todo este párrafo se puede resumir en una sola palabra: hambre.
Para simplificar: las personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza padecen hambre. Y representaban en el 2013 el 10% de la población.
Veamos como definen pobreza: “El valor de la línea de pobreza general representa el costo anual de satisfacer los requerimientos calóricos diarios mínimos de una persona y además el costo anual de cubrir otras necesidades esenciales…Se determinó que el valor de la línea de pobreza general fue de C$18.855 por persona al año o lo que es lo mismo US$ 2 por personal al día. Los hogares cuyo consumo per cápita es inferior al valor de esta línea se clasifican como pobres generales”. Los que se encuentran por encima de esa línea son “no pobres”.
Cuando se comparan estas referencias con el salario mínimo legal en Nicaragua la conclusión es cruel: La mayor parte de los hogares con trabajadores que devengan el salario mínimo son “no pobres”.
¿Alguien se atrevería a explicarle a un trabajador que gana el salario mínimo en la construcción, en la pesca o en las minas que de acuerdo a estos parámetros es “no pobre”?
Tenemos pues un problema con la pobreza y la extrema pobreza. La economía crece, pero también la extrema pobreza.
Riqueza y extrema riqueza
Pero tenemos otro problema. Resulta que con esto de la globalización y las tecnologías informáticas se han facilitado los reportes de alcance mundial sobre los más diversos ámbitos. Uno de los reportes más novedosos es el reporte mundial sobre la riqueza, publicado desde hace varios años por una institución con sede en Singapur (Health). En el informe se indica cuántos multimillonarios hay en cada país, cuánta riqueza acumulan y cómo el número de multimillonarios y sus fortunas varían de año en año. El informe define como multimillonarios a quienes tienen una fortuna mayor a los 30 millones de dólares.
En América Latina la lista de países con mayor número de multimillonarios la encabezan Brasil, México, Argentina y Colombia, lo cual no sorprende porque también, en ese mismo orden, son las mayores economías de la región. Brasil, México, Argentina y Colombia.
Lo que sí resulta sorprendente en el reporte es la información sobre el número de multimillonarios existentes en Nicaragua.
¿Saben a cuántos multimillonarios llegamos en Nicaragua en el 2014? Según el reporte tenemos ahora 210 multimillonarios.
¿Saben cuántos había en 2011? 180 multimillonarios.
En otras palabras, con el régimen dictatorial de Ortega, en los últimos 4 años el número de flamantes y felices multimillonarios ha crecido en 30. Sería interesante organizar un concurso para adivinar quiénes son esos 30 afortunados nicaragüenses que se volvieron multimillonarios con el régimen de Ortega en los últimos cuatro años.
Pero adelantemos algunos detallitos del informe mencionado:
¿Saben cuántos multimillonarios hay en Costa Rica, según el mismo reporte?
En Costa Rica el reporte anota que hay 100 multimillonarios ¡Menos de la mitad de los que hay en Nicaragua! Y ya sabemos que Costa Rica es una economía cuatro veces mayor que la de Nicaragua. Sus exportaciones son varias veces más que las de nuestro país. También son reconocidos sus elevados estándares económicos y sociales y que centenares de miles de nicaragüenses trabajan allá para mandar sus dolaritos y poder así mantener a sus familias.
¿Y saben cuántos hay en Panamá, que es una de las economías más prósperas de América Latina? 120 multimillonarios. ¿Y en El Salvador, con todo y sus famosas familias oligárquicas? 160 multimillonarios. No hagamos la lista más larga. En Uruguay, reconocido mundialmente como uno de los países con mayor desarrollo de América Latina: El reporte anota que son 125.
En otras palabras, en Nicaragua tenemos más multimillonarios que en Costa Rica, que en Uruguay, que en Panamá y que en El Salvador, que son economías varias veces más grandes que la de Nicaragua.
Pero hay otro detalle más revelador en el informe. En Centroamérica, el país con mayor número de multimillonarios es Guatemala, que es la mayor economía de la región. Según el reporte hay 260. Esos 260 multimillonarios acumulan, en conjunto, una fortuna estimada en 30 mil millones de dólares.
¿Saben cuánto acumulan “nuestros” multimillonarios? ¡Lo mismo! ¡30 mil millones de dólares!.
“Nuestros” multimillonarios acumulan una fortuna semejante a la que acumulan los multimillonarios de Guatemala, que son más en número y operan en una economía varias veces más grande que la economía nicaragüense. O sea que nuestros ricos, son, en promedio, los más ricos de Centroamérica.
Pero no para allí la cosa. En el 2014 la riqueza de nuestros multimillonarios creció en el 11%, mientras que en el resto de los países de Centroamérica el promedio no superó el 3%. Es decir, que la riqueza de nuestros ricos creció cuatro veces más que sus congéneres centroamericanos.
Ya sabemos que en el mismo lapso la pobreza extrema creció en 2%.
¿Cómo puede explicarse esto?
Cada quien puede extraer sus propias conclusiones, para contribuir a la reflexión anoto los siguientes datos:
• En Nicaragua el sistema bancario registra las mayores tasas de interés y las mayores tasas de intermediación de Centroamérica. En consecuencia, los mayores índices de utilidad. Para que se den una idea: Las ganancias de nuestro banqueros son casi el triple que los banqueros de Panamá, cinco veces superiores a los de Costa Rica y más del doble que el promedio centroamericano.
• En Nicaragua pagamos una de las más altas del mundo (si, del mundo) en materia de comunicaciones por celular.
• En Nicaragua pagamos el combustible a un precio que supera, ahorita en mayo, en 14% aproximadamente el precio promedio centroamericano.
• En Nicaragua pagamos las tarifas eléctricas más altas de Centroamérica.
• En Nicaragua, en el sector industrial el 7% se clasifican como grandes empresas y concentran el 90% de las utilidades. El 93% de las empresas son pequeñas y medianas y sus utilidades representan el 10% del total de utilidades generadas por el sector. Estos datos los proporciona el Banco Central.
La pregunta entonces ¿la raíz del problema está en la extrema pobreza o la extrema riqueza? Otra formulación más precisa sería ¿La raíz del problema está en las estructuras y políticas económicas que producen y reproducen por un lado pobreza y pobreza extrema y, por otro, riqueza y riqueza extrema?
Dejar una respuesta