Estoy leyendo “Caín”, un libro de José Saramago. Anoche llegué al pasaje donde Caín, después de su lujurioso episodio con Lillith y de salvar la vida a Isaac cuyo padre lo iba a degollar por órdenes del Señor, en su incesante peregrinar se topa con la Torre de Babel. Según el relato, la Torre desaparece al ser demolida por un meteorito. En “otro presente”, como llama Saramago a los tiempos, aquí en Managua lo que desapareció fue el meteorito. Por fortuna, quedaron como consuelo unos árboles de lata. Los arbolatas.
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