Concurso de mentirosos
Daniel Ortega se ha consagrado como maestro del doble discurso. El pasado mes de octubre declaró, en Managua, durante una reunión de la organización de partidos conocida como COPPAL, que para la construcción del canal “le habían convencido” y que su “prueba de fuego” la había tenido con Leonardo Boff, reconocido teólogo e inspirador de la Carta de la Tierra. Interrogado sobre el asunto por Confidencial, Boff “explicó que el mandatario le afirmó que la opción del canal, para proveer de recursos mínimos a una Nicaragua endeudada, se erigía como una posibilidad ante un contexto en que Estados Unidos presionaba a todos los países y empresas para que no hicieran inversiones en el país centroamericano”.
Como sabemos los voceros gubernamentales y sus comensales han pregonado la robustez de la economía nicaragüense. Hace unas pocas semanas el presidente del Banco Central declaró “el país goza de la sanidad financiera suficiente como para poder participar” en los mercados internacionales, lo cual incluye bajos niveles relativos de endeudamiento. Por su parte, el periódico “el 19” reportó en su edición del 30 de junio que las inversiones norteamericanas encabezan la lista de las inversiones extranjeras. Uno de cada tres dólares que se invirtieron en Nicaragua en 2013 tuvo su origen en Estados Unidos.
La pregunta en consecuencia es ¿Quién miente? Aquí están las alternativas: El mentiroso es Ortega. O bien, la mentira está en las cifras oficiales ofrecidas por los funcionarios públicos. La otra opción es que el mentiroso es Boff atribuyéndole a Ortega afirmaciones que no hizo. Obviamente, estas opciones no son excluyentes. Cada quien tiene derecho a llegar a sus propias conclusiones.
Otro mentiroso
A propósito del canal, en el dictamen de la ley que otorgó la concesión del canal a Wang Jing, se inserta parte de la declaración de Paul Oquist, secretario de la presidencia, quien afirmó en la Asamblea Nacional que “el Producto Interno Bruto (PIB) tendría un crecimiento real del 10.8% en 2014; 15.1% en 2015; 12.6% en 2016…”. Todos sabemos que la economía no crecerá más allá del 4.5% en 2014, y una cifra parecida en 2015.
A propósito de mentiras
Ahora que se producen denuncias sobre abusos del ejército en la zona de Mulukukú vale la pena recordar que cuando se conocieron versiones sobre combates en Ayapal, el vocero del ejército declaró: “…Estamos realizando ese operativo, verdad, para detectar y destruir esos plantíos de marihuana, esos cultivos que están realizando y esto es dentro de un operativo que se está desarrollando”. Y agregó “…Estos plantíos lógicamente están cuidados por determinadas personas, verdad, que son estos delincuentes y que efectivamente se están detectando donde están ubicando estos plantíos para su destrucción”.
Desde entonces ha transcurrido más de un mes y nadie ha visto una onza de marihuana, mucho menos plantíos descubiertos y destruidos. Ya sería tiempo ¿no creen?
Y sigamos…
En Totogalpa el 5 de noviembre, falleció de un disparo en la cabeza el joven Kevin Bautista López en el marco de protestas realizadas por taxistas y pobladores que fueron reprimidos por la policía… “la bala le dio en la cabeza y solo dos horas y media duró vivo”, declaró la madre del occiso, quien cursaba el tercer año de secundaria en un instituto de Totogalpa.
Testigos afirman que el disparo provino de la policía. En cambio el comunicado de la policía afirma “Estando el personal policial en el lugar, a eso de las 8:30 pm. manteniendo despejada la vía pública en el mismo lugar, se observó a una distancia aproximada de 300 metros un grupo de personas que se encontraban alterando el orden público realizando detonaciones con armas de fuego. Las fuerzas policiales se mantuvieron en sus puestos y luego se conoció del ingreso al hospital regional de Ocotal del joven Kevin Alberto Bautista López de 16 años de edad, presentando una lesión grave en la cabeza provocada presuntamente por impacto de arma de fuego, quien falleció posteriormente”. El comunicado agregaba que un equipo realizaría las investigaciones para “esclarecer los hechos”.
Todavía no se conocen los resultados de esas investigaciones.
En Managua también…
El viernes 7 de noviembre dos personas fueron heridas a causa de disparos realizados por un escolta que acompañaba la caravana de Aminta Granera. La policía emitió un comunicado en el que afirma al referirse al escolta “…en el cumplimiento de sus funciones, se desplazaba frente a La Rocargo, en la Carretera Norte, de forma accidental se le disparó el arma de fuego asignada, resultando lamentablemente lesionadas dos personas que circulaban por el lugar…”
En contraste, varios testigos declararon a medios de comunicación que el oficial disparó en ráfagas con su arma.
¡Que levante la mano el que crea que los disparos se realizaron de forma accidental!
Más balas…
Mariel Silva denunció ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos que el 4 de noviembre fue atacada a tiros por un oficial de la policía sin mediar causa alguna y sin que la policía ofrezca hasta ahora ninguna explicación. A la denunciante se le recibió la queja en una delegación policial, donde ni siquiera fue indagada como sospechosa de nada. La única explicación que recibió “fue un error”.
¡Clase de error que casi le cuesta la vida!…y como si nada…
Embestida represiva “pica y se extiende”
Es evidente que el progresivo deterioro de las condiciones de vida de la población a causa de las políticas impuestas por el régimen orteguista empieza a romper, en la mente y en el comportamiento de la población, los diques que establecían las medidas paliativas y el machacón discurso oficial plagado de promesas y pajaritos preñados. Las expresiones de malestar y de protesta se multiplican. Un día es en Tecolostote, otro día en Rivas, más tarde en Chichigalpa, luego en Totogalpa, o Punta Gorda. Las causas son diversas pero el fondo es el mismo.
A la par se intensifica el impulso represivo del régimen. Medidas que van desde el despido de Salvador Montenegro, reconocido científico que desde su puesto en la universidad ha reivindicado dignamente y con argumentos los recursos naturales del país. O el despido de Leticia Herrera, combatiente sandinista de extensa trayectoria, a causa de una publicación periodística sobre un libro de su autoría que circula hace casi dos años.
Pero más gravemente, la vocación represiva evidenciada en los hechos relatados en los párrafos anteriores está mostrando cada vez de manera más flagrante que los derechos humanos no están en el libreto de los agentes armados del régimen. El drama es que, tal como van las cosas, esta dinámica conflictiva sigue una espiral de protesta-represión-protesta. En buen nicaragüense, para pesar de casi todos: “pica y se extiende”.
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