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Mona vestida de seda

mona de vestida de sedaMediante el pacto con Alemán y la compra de conciencias, Ortega se aseguró el control del poder judicial y de la fiscalía. El dominio sobre estas instituciones le permite al régimen decidir a quién enjuiciar y a quién condenar. Cuándo enjuiciar y cuándo condenar. Por supuesto, también le permite administrar impunidades decidiendo a quien no enjuiciar y a quien no condenar.

 A lo anterior se suma el control que ejerce sobre la policía nacional. Así, tiene a su disposición las funciones de investigación y auxilio judicial que implican la capacidad de construir, destruir o desfigurar pruebas que puedan ser utilizadas en juicio. Cuenta también con un aparato de represión que gradualmente y a todas luces ha ido avanzando en la ruta de pisotear los derechos humanos de mujeres, jóvenes y adultos. Los ejemplos recientes hablan por sí solos.

 Este es el triángulo institucional en que el orteguismo basa el control ciudadano, ya sea para intimidar o para reprimir.

 Pero el afán desmedido de poder de un régimen dictatorial no se sacia fácilmente.

En diciembre del 2010, con trámite de urgencia, el orteguismo aprobó tres leyes: Ley de Defensa Nacional; ley de régimen jurídico de fronteras; ley de seguridad democrática. Ese conjunto de leyes establece un sistema de control político y social, menos visible, porque actúa en las sombras, pero igualmente efectivo. Ese aparato recoge, procesa y centraliza información, ejecuta operaciones de vigilancia e inteligencia sobre organizaciones y ciudadanos que el régimen considere como una amenaza. Y seguramente integra un “aparato operativo”, que ya sabemos la función que está llamado a cumplir.

 Con la confusión entre el estado, el partido y la familia, toda acción de oposición al régimen se considera una amenaza al estado, por consiguiente cualquier ciudadano u organización independiente se encuentran en el radar del sistema de seguridad.

 Pero el orteguismo no se detuvo ahí. En junio del año pasado aprobó la creación de la Unidad de Análisis Financiero, que se enfoca sobre el patrimonio de la gente. Esta ley le permite vigilar y aún penalizar, a cualquier ciudadano o empresa, por cualquier acción que consideren sospechosa, a discreción, y sin que se ocasione ninguna responsabilidad por las acciones o medidas que ejecuten o los perjuicios que ocasionen quienes se encuentran a la cabeza de esta institución.

 Pero a los regímenes totalitarios no les resultan suficientes los mecanismos de control y represión institucional. Su objetivo es controlar las mentes y la intimidad de los ciudadanos. Sus emociones, sus sentimientos y sus pensamientos. Así son. Cuando se comparan estos regímenes, independientemente de la latitud geográfica o la época histórica, las similitudes resultan pasmosas.

 La primera vía para trabajar la mente de la población son los medios de comunicación. El orteguismo ha conseguido apoderarse por sí, o por testaferros, de medios escritos, radiales y televisivos y dispone de equipos técnicos de incidencia en los espacios cibernéticos y redes sociales. Los espacios comunicacionales alternativos se limitan ahora a un canal de televisión, una radio y un periódico. Dispone pues de un formidable poder mediático que manipula estómagos, esperanzas, sentimientos religiosos e instintos primitivos.

 Es en este contexto que debe analizarse la creación de los llamados gabinetes de familia.

 ¿Qué son los gabinetes de familia? Son los famosos CPC con el mismo rabo pero con más garras. Vienen ahora vestidos de seda rosada y con licencia para penetrar en los aposentos, cumpleaños, bautizos y almuerzos de las familias nicaragüenses. E intervenir en la formación de nuestros hijos o nietos.

 Discutir los detalles, es eso, enredarse en detalles. Aquí lo fundamental es el propósito. Y el propósito es disponer de un órgano de control social dirigido a penetrar la intimidad de los hogares, manipular mentes, promover sus políticas, acallar voces, detectar o vigilar posibles opositores y movilizar sus fuerzas. Cuando el régimen lo requiera, reprimir. Lisa y llanamente. Hemos visto ya cómo se transforman en fuerzas de choque.

 La descripción anterior muestra fehacientemente que la estrategia del orteguismo ha consistido en ir apretando la soga poco a poco, para que cuando intentemos reaccionar ya sea tarde y sólo queden las patadas de ahogado. Si ya sabemos eso, comencemos por pegar el grito, cortar la soga y actuar, antes que sólo nos quede el recurso o el consuelo de las patadas de ahogado.

 Y ese consuelo, pueden estar seguros, es un consuelo de tontos.

  1. Nikarahuak Yacinto de La Roca

    Interesante el articulo de Raúl GARÍA-DURÁN de POLEMICA.
    http://revistapolemica.wordpress.com/2013/02/05/nicaragua-un-pacto-letal-para-la-revolucion/
    que se titula «Nicaragua: Un pacto letal para la revolución» y publicado el 5 de Febrero del 2013.
    Se relaciona con tu articulo y el analisis de los CPC realizado por GARIA- DURAN es elaborado.
    A seguir :
    Resulta muy triste constatar que en las últimas elecciones municipales en Nicaragua hubo sólo dos fuerzas políticas con posibilidades reales de éxito: el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Daniel Ortega y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) del «preso» Amoldo Alemán. Tras la arbitraria anulación de la validez legal del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), reivindicación de un auténtico sandinismo, y de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) de Eduardo Montealegre (liberales al margen del poder de Alemán), el pacto antinatura Ortega-Alemán, letal para el país, ha conseguido su objetivo: el bipartidismo. La victoria ha sido así, como ya se sabía, para el FSLN, a pesar de que Montealegre afirma que él es quien ha ganado en Managua, y que la victoria sandinista es un fraude electoral. Ha habido las correspondientes protestas y Daniel ha respondido dando carta blanca a sus huestes, que han creado una situación de violencia represiva para algunos incluso peor que durante la época de la guerra. Hasta el punto de que la Unión Europea ha suspendido su ayuda a Nicaragua. Tristeza y rabia…
    ¿Para qué se firmó el pacto Ortega-Alemán, inicio del fin del FSLN revolucionario? Aparte de para tapar la mutua corrupción, para el desarrollo capitalista del país a través de lo que Mayorga, en un libro que en un año ha tenido ya dos ediciones llama «megacapitales» o fusión entre las transnacionales y las grandes familias tradicionales nicaragüenses, a las que hay que añadir ahora las de la cúspide del Frente, empezando por la familia Ortega-Murillo. Siguiendo este mismo libro recojo en la siguiente relación las principales características de la economía fruto del pacto:
    Los niveles absolutos de pobreza van en aumento.
    Los niveles de desempleo y pobreza son una presión que expulsa del país a una corriente cada vez mayor de emigrantes.
    Los emigrantes, una vez establecidos en el exterior, generan un flujo cada vez más importante de divisas en la forma de transferencias o remesas hacia los familiares que han permanecido en el país.
    Las remesas constituyen una variable cada vez más importante en la expansión de un mercado de compradores pobres.
    Los compradores pobres constituyen el sustrato básico del mercado en el que florecen las ventas de los monopolios comerciales, los servicios públicos y otros negocios que se desarrollan al amparo de privilegios empresariales, concesiones estatales y exoneraciones de impuestos.
    Esos negocios generan altas tasas de rentabilidad y reportan altas tasas de crecimiento, lo cual brinda a sus dueños la posibilidad de venderlos a corporaciones transnacionales.
    Comienzan a germinar los megacapitales, al tiempo que tiene lugar un proceso de transnacionalización de la economía.
    Emerge una minúscula nueva clase social a partir de las familias tradicionales y el tráfico de influencias. A ella se está sumando la familia Ortega-Murillo.
    Todo ello con un muy singular sistema político que la luchadora feminista Sofía Montenegro resume muy bien en un artículo aparecido en el Nuevo Diario:
    En el Gobierno lo que se ganan son chayopuntos: mientras más se arrastre el funcionario o mejor satisfaga los deseos o apetitos del caudillo, más chayopuntos se acreditan, con lo cual esperan acceder a cargos, incrementos salariales prebendas, canonjías, chanchullos, tajadas de oscuros negocios o del erario público. Otras recompensas son de «distinción»: invitan al obsecuente a sentarse cerca de la insólita pareja en una tarima florida, o bien en la sala del trono de la Secretaria bajo el fementido «ojo-en-la-mano-que-todo-lo-ve». Ir al Canal 4 para que Alberto Mora le haga una entrevista servida, con guión escrito por la mismísima mano de la «primera dama», significa un montón de puntos.
    Como este Gobierno no tiene una meritocracia política, ni institucionalidad partidaria ni obedece a las leyes, pero tampoco tiene consenso ni es aceptado por la ciudadanía; la forma de cohesionarse es en base al clientelismo y el servilismo. Por otro lado, para sostener el mando y obtener obediencia, utiliza la coerción. Pese a que en las propias filas del orteguismo, muchos de sus «adherentes» aborrecen esta situación. El sistema logra sostenerse por medio de lo que el politólogo italiano, Giovanni Sartori, denomina «la bóveda del miedo» a través de un equilibrio producido mecánicamente: «En una bóveda, todas las piedras tienden a caer. Pero precisamente por esto la bóveda no se cae […] Utilizando la tendencia del material de construcción a precipitarse, es como se puede levantar la construcción». En otras palabras, la «bóveda del miedo» se apoya sobre una cadena fuertemente jerarquizada de «comisarios» de la pareja, cada uno de los cuales es responsable a su nivel de las «desviaciones» de sus subordinados; cada miembro de la cadena se siente vigilado desde arriba y obligado por ello a vigilar al que esta debajo. Así se sostiene el poder actual y éste es el sistema que pretenden aplicarle a toda la sociedad.
    Este sistema político tiene una larga historia, empieza con la derrota del Frente por la UNO, y los pactos en las alturas entre éste y el FSLN, la UNO buscando la necesaria estabilidad política que no puede tener sin el Frente y éste para conservar sus espacios de poder. Se llega así a una política en que los sindicatos acaban por sustituir las protestas por propuestas y como dijo un sindicalista crítico «a canjear desempleo por empresas», es decir a no protestar por el incremento del desempleo con tal de que se les deje mantener el control de determinadas empresas. Pero pronto se impone el neoliberalismo y la privatización de empresas, con el beneplácito del FSLN en su práctica, no en los discursos de Daniel. Después viene el crucial pacto con Alemán, que se cebará en los sindicatos disidentes (Tercol-Entel), el escándalo de la denuncia contra Daniel por violación de Zoilamérica, la hija de su mujer Rosario Murillo, que da a ésta su poder absoluto sobre Daniel, y el enriquecimiento de la cúspide del Frente con la llamada «piñata» o apropiación individual de muchas de las empresas estatales. Surgirá por ello la oposición de izquierda al Frente, el sandinista MRS y la popular Coordinadora Civil.
    La bóveda de que nos habla Sofía Montenegro está dedicada hoya eliminar a esta oposición, a la izquierda, porque para ellos la izquierda es la pareja dominante y sólo ella. Así la sentencia contra el comandante Henri Ruiz4 y sus compañeros por la denuncia contra el fraude hecho por el presidente en la Fundación Sandino; el juicio a Ernesto Cardenal, que ha llevado al ridículo mundial al Gobierno y hecho escribir a Saramago que Daniel tenía que mirarse al espejo y que si no sentía vergüenza es que estábamos ante otra revolución traicionada desde su interior; los ataques a Dionisio Marenco, alcalde de Managua que lo ha hecho tan bien que se perfila como un rival peligroso dentro del FSLN, llegando a la destitución de la presidenta de la Federación de Municipios simplemente por haber elogiado la labor de Marenco como alcalde.
    Hoy el ataque es contra las ONG críticas con el Gobierno, principalmente las feministas, enfrentadas con él por el asunto de la posible violación de la hijastra de Daniel y la prohibición del aborto terapéutico. Se empezó por multar con 5.000 córdobas a 17 ONG que sin estar inscritas han actuado con el respaldo de otras si oficialmente reconocidas, así por ejemplo el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), respaldado por el Centro de Investigación de la Comunicación (CINCO), la Coordinadora Civil, respaldada por la Fundación Red Nicaragüense de Comercio Comunitario, el Movimiento Social Nicaragüense Otro Mundo es Posible, respaldado por el Centro de Estudios Internacionales (CEI)…
    Y es que el elemento crucial hoy en Nicaragua es el enfrentamiento entre los Consejos de Poder Ciudadano montados por el FSLN y el resto de las asociaciones de la sociedad civil independientes. Éstas se habían consolidado durante los períodos anteriores y el Frente pretendía, y pretende, integrarlas o sustituirlas por los Consejos. Aunque con muy poco éxito. Conozco el caso de Matagalpa en que los Consejos integraron a la fuerza a las asociaciones existentes, pero, ante la ineficacia del Consejo, éstas se retiraron siguiendo funcionando por su cuenta de forma que en el Consejo quedan sólo los militantes del Frente.
    Es lamentable, pero creo que precisamente tras el triunfo del FSLN en las últimas elecciones presidenciales podemos afirmar lo que decía Saramago: estamos ante una nueva revolución fracasada por «traición» interna. No puedo hacerla aquí, pero sí que me la marco como trabajo, la comparación con la revolución rusa: papel de la guerra civil, falta de democracia en el Partido, seguidismo resignado de las masas, culto a la personalidad…
    ¿Futuro? Los optimistas ven como creciente a la sociedad civil con ya 546 organizaciones que agrupan a 25.000 personas, con fuerza de la Coordinadora Civil y el Movimiento Social Altermundista. Otra revolución sería pues posible. Frente a ello el, más pesimista, análisis de Pérez-Baltodano7 que señala que Nicaragua no es propiamente aún un Estado-Nación y que está dominada por un «pragmatismo resignado» fruto de la «cosmovisión providencialista» heredada ya de la colonia. Cito de su último artículo «El Estado Mara»:
    Desde la llegada al poder de Daniel Ortega en enero del 2007 la sociología de las maras ofrece representaciones conceptuales más adecuadas que la que ofrece la sociología política convencional, para hacer sentido de la realidad política e institucional que vive nuestro país.
    El Estado nicaragüense que empezó a surgir hace menos de dos años, comparte la identidad negativa, el sentido de lealtad familiar, y la visión del poder personalizado que forman parte de la cultura de las pandillas centroamericanas. Al igual que las maras, el Estado nicaragüense no cuenta hoy con una visión de nación, ni es la expresión de un consenso social. El Estado Mara se alimenta de la negatividad y se define por su oposición a otras maras políticas, y a cualquier grupo o persona que sea o pueda convertirse en un obstáculo para mantener su poder. Por eso necesita enemigos internos y externos, independientemente que ésos sean reales o ficticios, grandes o pequeños, estables o pasajeros.
    Particularmente yo parto del acuerdo con el análisis de Pérez-Baltodano, pero creo en el futuro de la sociedad civil. Es lo que Gramsci llama «pesimismo de la inteligencia» y «optimismo de la voluntad», y Unamuno «pesimismo creativo» o «resignación activa». Es también la posición de Pérez-Baltodano.
    El lector me dirá que comento poco las elecciones, pero es que el resultado de ésta es lo de menos, el bipartidismo está garantizado. El grupo Rescate defendía el voto nulo a partir de votar por todas las opciones, yo lo haría por ninguna…

  2. Muchas gracias, Eduardo por tu comentario y por la información sobre el artículo publicado.

  3. Pedro SEQUEIRA

    Los CPC estan condenados a fracasar si realmente buscan como controlar el espiritu del pueblo.
    Los nicaraguenses en su mayoria son un pueblo anarquista, desordenado, irresponsable y que hacen hijos por todos lados, maltratan a las mujeres y a veces las matan, mal educado, vulgar en su manera de hablar y otros defectos mas.
    Pero tambien tiene sus cualidades como pueblo tales la nobleza del espiritu, la solidaridad, la bondad y la abnegacion, el amor a su patria entre tantas otras cosas positivas.
    Es asi que dudo que algun dia se pueda instalar en Nicaragua un nuevo sistema totalitario pues somos un pueblo indomito.
    Lo que sucede es que todavia el fruto no se ha podrido completamente antes de caerse al suelo y reventarse en pedazos totalmente.

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