Hace pocos días, uno de los diarios de mayor influencia a nivel mundial publicó una lista de los destinos turísticos más recomendables en el año 2013. Acostumbrados, como estamos, a que Nicaragua encabece listas pero de aspectos negativos como pobreza, corrupción y falta de democracia, debemos sentirnos alentados de que, tal vez por primera vez, nuestro país figure a la cabeza en un aspecto positivo. De los 49 lugares turísticos recomendados por el New York Times, entre sitios exóticos, extravagantes, atractivos o clásicos, Nicaragua aparece en tercer lugar, sólo detrás de Río de Janeiro, en Brasil, y Marsella, en Francia. Para no ir muy largo, Costa Rica y Perú, que tienen gran tradición turística, no figuran en la lista.
Dos temas destaca la publicación: la comida y las instalaciones ecológicas. En otras palabras, nuestra naturaleza y la calidad de nuestra cocina. Nada tiene que ver el gobierno en esto, para que no anden sacando pecho, como si fuera mérito de ellos.
La publicación sin duda tendrá una repercusión muy positiva, porque entre los locales que recomiendan visitar en Nicaragua la mayoría son instalaciones “lugareñas”, sin grandes lujos, en correspondencia con las tendencias del turismo mundial que privilegia lo natural y auténtico. Esto significa que hay un amplio potencial para las pequeñas y medianas inversiones turísticas, que generan empleo y reproducen actividad económica porque se encuentran articuladas al aparato productivo nacional.
Apuntemos pues una de cal, porque esta publicación la toman en cuenta los operadores turísticos internacionales, de todo tamaño.
Pero, para variar, también nos cayó una palada de arena. Con diferencia de apenas unas horas, una influyente institución norteamericana, la Fundación Heritage, y un igualmente influyente diario, el Wall Street Journal, en su publicación anual sobre el estado de las libertades económicas colocó a Nicaragua en la cola, en el lugar 110, un retroceso de nueve lugares en relación al año anterior.
Entre otras razones, la publicación destaca que el estado derecho se ha derrumbado y el autoritarismo es la característica principal del ejecutivo. Resalta también la corrupción rampante, la debilidad de las instituciones, el nepotismo, la falta de independencia del poder judicial, la falta de garantías a la propiedad y la precariedad de los contratos. Todos esos déficits, según la publicación, constituyen frenos al desarrollo.
Tenemos que apuntar una de arena porque esta publicación, de alcance global, la toman en cuenta los inversionistas de todo el mundo, grandes y pequeños y, sin duda, es una campanada de desaliento frente a las potencialidades del país.
Es una realidad que la falta de instituciones democráticas tiene un costo. El estado de derecho y el respeto a la ley tienen una relación directa con la pobreza. Porque las potencialidades del país podían aprovecharse mejor, crearse más fuentes de trabajo, con mejores salarios, si publicaciones como la del Wall Street Journal invitaran y alentaran la inversión en nuestro país.
¿Qué hacer entonces para evitar que nos sigan cayendo estas paladas de arena?
Ya sabemos dónde está el saco de arena. Debemos apurarnos para salir de él a fin de que podamos capitalizar las oportunidades que se reconocen a nuestro país y, con ello, ensanchar las posibilidades de mejorar la condición de vida, con solidez y no con migajas, para todos los nicaragüenses.
Curioso que en solo un año hayamos descendido 9 puestos, ya que el año anterior estabamos en mejor posicion y el gobierno de Ortega es el mismo que el año pasado y todos los cinco años anteriores, con todos sus defectos. No ha variado en nada. Habra algun sesgo en esa clasificación?.