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Tres legados en busca de legatarios: Pedro Joaquín, hoy

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Hace 35 años fue asesinado Pedro Joaquín Chamorro. Para honrar su memoria se convocaron, ante su tumba, distintos sectores de la sociedad nicaragüense: políticos, periodistas, sociedad civil. Un acto adornado de sol, viento, polvo y discursos.

Más tarde, Cristiana Chamorro presentó el libro “La democracia de Pedro Joaquín y presidenta Violeta Chamorro”. Excelente su intervención, al igual que los emotivos comentarios de Angelita Saballos y el análisis de fondo que ofreció Luis Sánchez. El acto, siempre plural, pero ahora perfumado, alfombrado y adornado de copetes y encopetados.

Bien, por la voluntad compartida de rendir tributo a un ciudadano de cuerpo entero. Y alma entera. Muy bien, por la composición política plural de los presentes. Mal, por la ciudadanía ausente: el ciudadano de a pie sin duda anida en su interior la memoria de PJCH, pero la esconde. Muy mal, porque la juventud sigue como “tercero excluido” sin encontrar todavía el eslabón que amarre su presente, y su futuro, con las ideas y el espíritu que deben nutrir, con historia, la gestión y la gesta pendiente.

Ninguna historia se construye en el vacío. De la calidad de la argamasa, de los cimientos y los pilares con que se trabaje depende, siempre, el edificio que se construye. Y legados como el de Pedro Joaquín ofrecen materiales de la mejor calidad:

  • El legado de la práctica. Y de la coherencia. Desde el micrófono, en la radio. Desde la tribuna política, en la calle. Desde su máquina de escribir, en el diario La Prensa. Desde la cárcel, sin dobleces. Y desde el fusil, cuando le tocó hacerlo. Un hombre de acción que predicó con la palabra y predicó con el ejemplo.
  • El legado de sus ideas. El pensamiento de Pedro Joaquín también es un cuerpo coherente cuya vigencia se preserva intacta: Democracia, donde el voto y la libertad de opinión son ingredientes esenciales. Justicia social, con planteamientos progresistas para su contexto y estirpe.  Independencia nacional, consciente siempre de que las soluciones a los problemas del país no vendrían nunca desde afuera. Transparencia en el ejercicio del poder y la gestión pública que se expresó, siempre, en el combate implacable en contra de la corrupción. Nicaragua volverá a ser república es la frase que resume su ansia, su ansiedad y su bandera.
  • El  legado ético. Tal vez el mayor déficit que afronta la sociedad nicaragüense es la fuerza moral para defender principios, levantar la frente y esgrimir dignidad. Y en Pedro Joaquín encontramos un caudal inagotable.  Cada quien es dueño de su propio miedo es la frase que condensa la entereza de quien está consciente que el sendero de la lucha por la libertad está sembrado de espinas. Y de riesgos mortales. Y los afronta con valentía.

 Pero también el ejemplo de Pedro Joaquín revela que las dictaduras no perdonan. Más allá de los responsables materiales e intelectuales, el verdadero victimario fue el somocismo, con sus lacras de opresión, corrupción, explotación y represión. Pero también revela que a quienes matan el cuerpo, pretendiendo ahogar la lucha por la libertad, al final terminan ahogados por la sangre que hacen derramar.

 En su Diario Político, PJCH describió en pocas palabras el sistema en que vivía: “Dos grupos oligárquicos entendidos con la GN y ayudados por Estados Unidos, gobiernan para ellos y se reparten todo, aplastando a una clase media emergente…” Y agrega… “lo importante es que nuestra gente de arriba está feliz con el régimen porque para ellos la vida se agota en el “profit”, y por otra parte el pueblo después de 40 años de opresión, corrupción y desencantos, solo espera milagros…

 Para quienes no encuentren muchas diferencias con el momento presente…ahí están los legados de Pedro Joaquín, esperando legatarios.

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