Vamos bien…dijo el que iba en las tapas del cocodrilo

Hoy estuve en el programa de televisión de Jaime Arellano. Jaime comentaba que hay empresarios con quienes él habla le dicen que vamos por buen camino. Que todo está bien.

Le argumenté a Jaime que seguramente para algunos empresarios eso cierto,  que todo está bien, porque están ganando mucho dinero. Pero es una minoría. Y no se trata de criticarlos por ganar dinero. El problema es que, en contraste, una mayoría de la población no está bien, incluyendo otros empresarios, profesionales, productores, trabajadores y desempleados.

Los cafetaleros, que siguen esperando un plan de acción que el gobierno anunció desde hace meses y no llega ni el financiamiento, ni la asistencia técnica, mientras los precios se desplomaron. Esos no están bien.

Los productores de frijoles, que tienen el precio del quintal por el suelo, a causa de que el gobierno cerró las puertas a las exportaciones haciéndoles perder los compradores en el exterior. Esos no están bien.

Los pequeños y microempresarios, como las panaderías, talleres, pequeños comercios, que ahora les cae el aumento de la electricidad y la aplicación de la nueva ley tributaria que les obliga a pagar más impuestos. Esos no están bien.

Los técnicos y profesionales, que de acuerdo a cifras del banco central han perdido el poder adquisitivo de sus salarios en un 15% en los últimos tres años, a pesar que la economía ha crecido. Esos no están bien.

El ochenta por ciento de la fuerza laboral que se encuentran en el sector informal, sin pago de vacaciones, décimo tercer mes, pensiones por accidente, descanso pre o postnatal, ni ninguna protección laboral. Esos no están bien.

Los asalariados en general, cuyo salario real se ha reducido en 14% desde que Ortega asumió el gobierno. Esos no están bien.

Lo que pasa es que el gobierno, aprovechando el control que tiene sobre los medios de comunicación le ha vendido a la población un jarabe dulce, pintando pajaritos en el aire, y muchos han creído sus embustes.

Solamente les voy a dar un ejemplo de esos embustes. El gobierno y el coro de voces que le respalda se llenan la boca hablando del cambio en la matriz energética. Muchos no lo entienden, pero como se repite y repite terminan por creer que es un hecho positivo, que les beneficia. Cambio en la matriz energética significa que ahora las fuentes de energía en lugar de ser predominantemente basadas en consumo de petróleo, tienen su origen en lo que llaman fuentes renovables, como la energía eólica, la geotérmica y la hidroeléctrica que se supone son más baratas.

En consecuencia, el cambio en la matriz energética estaría muy bien si significara una disminución en las tarifas eléctricas tanto para los consumidores como para los empresarios.

¿Pero saben qué? Ha ocurrido exactamente al revés. A la par que el gobierno ha venido impulsando el cambio en la matriz energética, los precios de la tarifa eléctrica han venido aumentando. Nada más y nada menos que el 47% es el aumento del costo del kilowatt en los años de Ortega, mientras el precio del petróleo se ha mantenido más o menos dentro de los mismos rangos.

Entonces, así quien no. Si, en el caso mencionado, hablamos de aquellos que están recibiendo mayores ganancias como resultado del aumento de la tarifa eléctrica, por supuesto que tienen razón en afirmar que las cosas van bien. Los socios de las generadoras, por ejemplo. ¿Y los otros? Los que tienen que pagar las tarifas más altas, en medio del desempleo, subempleo y estancamiento de los salarios.

¿Creen ustedes que piensan que las cosas van bien?