Estamos a un año desde el desencadenamiento de la rebelión cívica que partió en dos la historia reciente del país. Pero la historia no comenzó en abril. Para interpretar correctamente la crisis y visualizar soluciones hacia el futuro es preciso que repasemos cómo Ortega construyó su régimen dictatorial. Aquí está el paso a paso:
Paso 1: Pacto con Arnoldo Alemán
Además de repartirse el control de los poderes del estado, los caudillos hicieron un trueque fatal para el país: impunidad para los delitos cometidos por ambos, a cambio de la reducción al 35% del porcentaje de votos para ser electo presidente. Así, Ortega se proclamó ganador en el 2006, en unas elecciones en las que únicamente se contabilizó el 92% de los votos. El restante 8% a esta fecha sigue en el misterio. El pacto y el fraude lo llevaron a la presidencia.
Paso 2: Control de los poderes del estado
Al asumir la presidencia, en el 2007, Ortega gobernó como con el control mayoritario de la Asamblea Nacional gracias al apoyo de la bancada del PLC. Dominó la Directiva de la Asamblea Nacional y aprobó las leyes que quiso. Ya para el 2014, el control de la Asamblea le permitió designar, uno por uno, la totalidad de los titulares de la Corte Suprema de Justicia, Consejo Supremo Electoral, Contraloría General de la República, Fiscal General, Procurador de Derechos Humanos, para mencionar algunos. Todos están arrodillados ante la voluntad del monarca, bien sea por compra de conciencias o por indulgencias ante corruptelas. El caso más emblemático fue el de Roberto Rivas, a quien le borraron una declaratoria de presunción de responsabilidad penal por actos de corrupción, recibió carta blanca para defraudar el patrimonio público, y él correspondió orquestando sucesivos fraudes electorales en favor de Ortega.
Paso 3: Apropiación privada de la cooperación venezolana y alianza con magnates locales
En contubernio con Hugo Chávez, Ortega se apropió de la cooperación petrolera venezolana. Más de 500 millones de dólares anuales, “libres de polvo y paja”. Casi cinco mil millones de dólares, en suma, según datos del Banco Central. Semejante fortuna le permitió apoderarse de sectores claves de la economía como la energía y el negocio de los combustibles; repartir migajas para mantener su clientela política; distribuir prebendas entre allegados; y establecer alianzas con los grupos económicos más poderosos del país bajo un «dando y dando»: Condescendencia frente al desmantelamiento de la institucionalidad democrática y el irrespeto a los derechos ciudadanos, a cambio de privilegios para acumular riquezas.
Paso 4: Fraudes electorales
En el 2008 realizó su primer fraude electoral abierto, en las elecciones municipales de ese año. Con este fraude se apoderó de la mayoría de las alcaldías. En años posteriores impuso fraudes en elecciones presidenciales, regionales y municipales que le permitieron mantener el control de la Asamblea, instituciones públicas y alcaldías.
Paso 5: Control de los medios de comunicación
Mediante distintas triquiñuelas, se apropió de periódicos, radios locales y nacionales, canales y programas de televisión, y medios digitales. Y acorraló económicamente a los medios de comunicación independientes
Paso 6: Reelección Presidencial
Para asegurarse la permanencia en el poder se valió de un fallo espurio de sus secuaces en la Corte Suprema de Justicia para anular la disposición constitucional que prohibía la reelección.
Paso 7: Represión
Tanto el fraude electoral del 2008, como las pretensiones reeleccionistas en el 2009 provocaron movilización ciudadana. También se registran protestas anti canal, en zonas francas y en municipios mineros, así como movilizaciones sociales. La respuesta del régimen fue represión abierta, o encubierta, según el caso: cárcel, fuerzas de choque paramilitares, policía, y acusaciones judiciales. O ejecuciones extrajudiciales, especialmente en las zonas rurales. La masacre de la Cruz de Río Grande, donde ejecutaron a dos menores de edad es solo un ejemplo. Otro ejemplo son las protestas en ocasión de las elecciones municipales del 2017. Presos, garroteados, enjuiciados y muertos fue el saldo fatal.
Paso 8: Reforma Constitucional y control de las fuerzas armadas
En el 2011 consumó un fraude electoral masivo en las elecciones presidenciales y parlamentarias. Uno de los objetivos del fraude fue adjudicarse una mayoría calificada en la Asamblea Nacional. Con esta mayoría fraudulenta ajustó la Constitución a sus designios y aprobó nuevas leyes para subordinar los mandos del ejército y de la policía a su control personal, con el complemento de jugosas prebendas.
Paso 9: Impunidad y corrupción
Para beneficio propio y de allegados y aliados, la cúpula gobernante instauró un modelo de impunidad, negociados y malversación de recursos públicos. El caso más destacado es la quiebra el INSS.
Paso 10 Siembra de semillas de dinastía.
En el 2016, prohibió toda observación electoral independiente. Utilizando nuevamente al CSE y a la CSJ excluyó a la principal fuerza política opositora. Destituyó a 26 diputados de la oposición. Más tarde impuso como vicepresidenta a su esposa a pesar de prohibición constitucional expresa. Colocaba así un pilar para asegurarse la sucesión dinástica.
Paso 11 Suspensión de garantías constitucionales Ortega arrasó con la constitución y las leyes, en sus afanes de concentrar poder, riquezas y perpetuarse en el poder. En la práctica, administró o violentó a su antojo los derechos y libertades ciudadanas de los nicaragüenses.
Paso 12 Complacencia o complicidad de la comunidad internacional A partir de la alianza con Hugo Chávez y el gobierno cubano y aprovechando la ola del «socialismo del siglo XXI», más maniobras y propaganda, Ortega instaló su dictadura con la indiferencia en unos casos, beneplácito en otros y complicidad en otros, tanto de gobiernos como de organizaciones internacionales. Los casos del Fondo Monetario Internacional, la Organización de Estados Americanos, el Banco Interamericano de Desarrollo y Naciones Unidas, son algunos ejemplos.
A grandes rasgos este es el itinerario que siguió Ortega. Para abril del 2018 teníamos encima una dictadura, pura y dura. El desafío, en consecuencia, no es solamente derrotar a Ortega sino desmantelar sus aparatos de dominación.
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