Escritos económicos

Tiempo nublado: así la ven los empresarios

FUNIDES es un centro de investigación económica y social cuya directiva está formada por connotados empresarios nacionales. En consecuencia, de ninguna manera puede considerarse una institución opositora al gobierno. Aunque asume una perspectiva ideológica definida, sus trabajos por lo general se afianzan en una sólida base técnica.

Como parte de estos trabajos, tres veces al año FUNIDES publica estudios sobre la visión de los empresarios en temas económicos, principalmente cómo aprecian la situación del país y sus perspectivas, como marco que propicia o, según el caso, desalienta la inversión. Las entrevistas se concentran en empresarios grandes y medianos que operan en la economía formal.

El conjunto de empresas consultadas tiene un peso significativo en la economía del país. Por consiguiente estos estudios encierran una relevante significación práctica. No se trata de simples opiniones. Se trata de criterios que condicionan decisiones de inversión y decisiones gerenciales de un núcleo clave de empresas, con incidencia directa en las expectativas de crecimiento de la economía y en la generación de empleos.

¿Cuáles son los datos resaltantes del estudio más reciente?

La primera pregunta se refiere a cómo perciben los empresarios la situación económica del país en relación con la empresa privada. En comparación con el estudio anterior, el indicador de confianza se desplomó en casi 20 puntos porcentuales. Ese deterioro es congruente con la segunda respuesta, relativa a cómo valoran la situación de la empresa privada. En este caso el porcentaje de opiniones desfavorables desmejoró a tal punto que es el peor en los últimos tres años.

Las anteriores apreciaciones tienen un sustento: se consultó a los empresarios sobre su nivel de ventas. En este caso no es cuestión de percepción sino de realidades. En comparación al 2016, la proporción de empresarios que declaró una caída en sus ventas se desplomó en 25 puntos porcentuales. Un dato alarmante. Pero consistente con las estadísticas que reflejan una “desaceleración” en las actividades económicas.

La siguiente pregunta se refiere al clima de inversión. Las opiniones se sintetizan en una sola frase: la peor calificación en los últimos tres años.

En resumen, se elevaron de manera drástica las percepciones negativas de los empresarios sobre la situación económica del país, sobre la situación de la empresa privada, sobre sus ventas y sobre el clima de inversión.

Todo inversionista, al momento de decidir cuándo, cuanto, cómo y en qué invertir analiza incentivos y riesgos. El análisis de costos, riesgos y beneficios conducen de la mano a la decisión.

Pues bien, el estudio enfoca los factores que inciden negativamente en el clima de inversión. El cien por ciento de los consultados colocó la corrupción a la cabeza de los factores negativos. Que el cien por ciento registre semejante opinión es una información que debería agobiarnos. De esta respuesta se deduce que para los empresarios la corrupción tiene poco que ver con “la tramitología”, término que se ha puesto en boga como sinónimo de corrupción y sobre el cual voceros del régimen pregonan copiosos avances. En verdad el término y su uso únicamente pretenden encubrir el festín con el patrimonio público, incluyendo las oprobiosas y turbios  concesiones que se otorgan en distintos campos.

El siguiente factor negativo que registraron los empresarios se refiere a las tarifas de energía eléctrica ¿En qué porcentaje? También el cien por ciento. No es extraño este dato por cuanto todos sabemos que en Nicaragua los empresarios pagan las tarifas más altas de Centroamérica. Asimismo, sabemos quiénes controlan el negocio energético y, por tanto, quiénes rentan del negocio a costillas de empresarios, sectores medios y consumidores.

Ahora viene un dato que merece especial consideración: El 87% de los consultados opina que la situación política se ha deteriorado, profundizando su impacto negativo en el clima de inversión. El informe destaca que entre los inicios de este año y el cierre, el porcentaje pasó del 54% al 87%. Probablemente este sea el aspecto más llamativo del estudio pues refleja un contraste manifiesto con la matriz de opinión hasta ahora prevaleciente sobre la posición de los empresarios respecto del régimen de Ortega.

En síntesis, la situación política, los precios de la energía y la corrupción son las principales preocupaciones de los empresarios en cuanto a los factores que inciden negativamente en las decisiones de invertir. Los tres factores tienen su origen en el modelo de poder impuesto por Ortega.

En cuanto al futuro, únicamente el 30% de los encuestados abriga expectativas de que sus ventas se eleven en los próximos seis meses. Hace un año, en enero, el 72% veía el futuro con optimismo. Ese optimismo se desplomó en más de 40 puntos porcentuales en el transcurso del año. Asimismo, casi el 70% declaró que no invertirá en los próximos seis meses y el 80% expresó que no planea contratar más personal.

Si consideramos que el principal problema de las familias nicaragüenses es la falta de empleo, los datos anteriores no son propiamente alentadores.

No es necesario ser economista, ni sociólogo, ni politólogo para extraer algunas apreciaciones generales sobre los datos publicados por FUNIDES. Basta el sentido común para concluir que los empresarios consultados perciben nubes negras sobre la economía del país. Tratándose de percepciones que determinan la decisión de meter plata, o sacarla, también es de sentido común ponerle mente a esas opiniones.

Y no es para alegrarse, pensando únicamente que esas opiniones van en perjuicio del gobierno. Con la precariedad que agobia a la gran mayoría de las familias nicaragüenses, esos oscuros augurios más bien son para preocuparse.

  1. Jose Luis Velazquez

    Lenin “Los capitalistas nos venderán la soga con que los ahorcaremos” Por desgracia ellos no es que se la vendan al orteguismo, es que le aplauden y le piden más. La
    soga no se la venden, la manufacturan, se la
    regalan y le dan propina al verdugo por afilar bien el hacha y dales el tajo.

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