Unos días antes de Semana Santa tuvimos oportunidad de asistir a un encuentro organizado por el Instituto de Liderazgo de las Segovias y el Centro Humboldt, en Mozonte, departamento de Nueva Segovia.
Asistieron al encuentro líderes locales de distintos municipios, entre otros, San Fernando, Wiwilí, Mozonte, Ocotal, Ciudad Antigua, Quilalí, Jalapa. También de otros departamentos, como Condega. Estaban entre los asistentes alcaldes, vice alcaldes, concejales, ambientalistas, líderes de organizaciones de mujeres y de jóvenes, indígenas y representantes de organizaciones de la sociedad civil. Liberales, conservadores, sandinistas y gente sin partido.
¿Cuál fue el motivo principal del encuentro?
El tema principal del encuentro fue la amenaza que representa para el departamento de Nueva Segovia la silenciosa y a la vez tenebrosa arremetida de la minería industrial. Buena parte de su territorio está otorgado en concesión a empresas mineras, principalmente extranjeras. Confieso que fue una sorpresa pues ignoraba totalmente este asunto.
Los representantes del Centro Humboldt presentaron a los asistentes información documentada sobre las concesiones mineras, municipio por municipio. Una realidad muy poco conocida a nivel nacional. Los primeros sorprendidos fueron los participantes, pobladores de los municipios afectados.
Aquí van los números proporcionados por los expositores. Actualmente el gobierno ha otorgado concesiones para 133 mil hectáreas. Y para que lo conozca la ciudadanía de los municipios, las concesiones por municipio son las siguientes: 19 mil hectáreas en El Jícaro; Jalapa, 11 mil hectáreas; Macuelizo 336 hectáreas; Mozonte, 750 hectáreas; Murra, 40 mil hectáreas; Ocotal, 2 mil hectáreas; Quilalí, 26 mil hectáreas; San Fernando, 670 hectáreas; Santa María, 10 mil hectáreas; y Wiwilí, 24 mil hectáreas.
Algunas de las empresas mineras beneficiarias de las concesiones son: Infinito Gold; Nueva Segovia Mining; y Gold Belt S.A.
Por supuesto, los primeros sorprendidos fueron los pobladores de estos municipios pues no tenían noticia de la magnitud de las concesiones que comprometen sus territorios. La segunda sorpresa fue cuando comenzó el intercambio entre ellos mismos, y al compartir la información sobre lo que ocurría en sus municipios constataron que la embestida ya comenzó. En unos casos están recibiendo ofertas de compra de sus propiedades, en otros las instalaciones ya comenzaron, en otras ya se observa movimiento de maquinarias.
Es conocido que el departamento de Nueva Segovia se encuentra amenazado por la escasez de agua y la deforestación. Si algo faltaba, ahora se presenta la amenaza de la minería, pues son conocidos los estragos que provocan la minería industrial tanto sobre las aguas como sobre los suelos y los bosques, incluido el envenenamiento por los químicos que se utilizan.
Hay algunas paradojas en esto. Como parte de las presentaciones se exhibió una campaña del régimen sobre San Albino, la mina desde donde Sandino emitió su primer manifiesto. Un museo a cielo abierto, pregona la campaña. Pues bien, a cielo abierto es la mina que comenzará a explotarse precisamente en los alrededores de San Albino.
Uno de los asistentes ilustró la situación con la siguiente frase: estamos aquí como a la llegada de los españoles, con espejitos y bolitas de vidrio quieren engañarnos para llevarse nuestras riquezas.
Pues bien. Tenemos el ejemplo de Rancho Grande donde la población logró organizarse y forjar una amplia alianza ciudadana, bajo el liderazgo de la iglesia católica a la cabeza. El único ejemplo reciente en que un movimiento social logró hacer retroceder los designios del régimen.
Los segovianos tienen un ejemplo de cómo defender sus recursos, su modo de vida, su presente y el futuro de sus hijos. Rancho Grande es el ejemplo.
Finalmente, quisiera compartir otros aprendizajes de esta experiencia territorial:
Primero, que cuando la gente comparte intereses comunes, las banderas partidarias quedan a un lado, y la política de verdad, que es la promoción del bien común cobra su verdadero sentido.
Segundo, la gente vive sus realidades desde su propio mundo, esto es, desde local. Algo que frecuentemente olvidamos quienes vivimos en Managua y a veces nos engañamos actuando como que la realidad que nosotros vemos es la misma realidad que ve la gente en su territorio.
Tercero, si queremos cambiar el país, antes tenemos que empaparnos de las realidades, problemas, angustias, aspiraciones, esperanzas y visiones que se viven en los territorios.
Estemos claros. Este no es un problema solo de los pobladores de los municipios amenazados, ni del departamento de Nueva Segovia, este también es nuestro problema.
Un saludo a todos los amigos y amigas que nos enseñaron tanto en esta vivencia, donde también tuve ocasión de probar un sabroso fresco, que parecía arroz con piña, pero que no llevaba piña. En la próxima visita desentrañaremos el misterio de este fresco que parece arroz con piña, pero que no lleva piña.
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