“Vea doctor. Si mis hijos van a sufrir pobreza, que la sufran desde este momento, pero no quiero heredarles comodidad con cobardía”. Así respondió el general Benjamín Zeledón a su suegro, Gerónimo Ramírez, quien llegó a la línea de fuego a intentar persuadirlo de que se rindiera ante la superioridad de las fuerzas militares invasoras.
Quien habla es un padre amoroso que, al referirse a sus hijos en la carta dirigida a su esposa, al borde del combate final declara “Esos pedazos de mi corazón para quienes quiero legar una Nicaragua libre y soberana”. Y un esposo que se despide “con todo el amor de que es capaz quien por amor a su Patria, está dispuesto a sacrificarse…”
Hoy 4 de octubre se cumplen cien años de la inmolación de Zeledón. Es legítimo que los nicaragüenses conmemoremos su gesta. Pero sería injusto evocar solamente al hombre que luchó y murió armas en mano defendiendo el decoro nacional. Como hombre de ideas, que también fue, es imperativo traer al presente su pensamiento. Dejemos pues que hable Zeledón:
“Nuestros hijos, nuestros hermanos tendrán escuelas, y la instrucción pública difundida por todas partes, el bien sembrado en todas las almas, les servirá de eficaz apoyo en los trances de la vida. Ciudadanos, recobremos nuestros derechos: la igualdad ante la ley será como Sol alumbando a todos, a los grandes y los humildes, a los ricos y a los pobres. Los tribunales de justicia y los jueces, ya no serán respiradero de venganzas ni se dejarán influir por la odiosa pasión política”.
Educación. Libertad. Igualdad ante la ley. Justicia. A cien años de distancia, el grito de Zeledón, en la proclama de Tipitapa, cobra plena vigencia. Y sigue:
“Sin libertad no hay vida; sin igualdad no hay luz; sin autonomía nacional impera el caos. Hemos peleado, pues, y pelearemos porque la libertad nos dé vida, porque la igualdad nos dé luz y porque la autonomía nacional efectiva, reconquistada, haga desaparecer el caos en que navegamos…Por la igualdad, por la libertad y por la autonomía nacional luchamos”.
Y vigentes son los anhelos de justicia social que impulsan a Zeledón: “Queremos que el pueblo no se muera de hambre, que desparezcan los explotadores, los hombres que envilecen. Queremos que haya verdadero bienestar para todos los hombres, para los del montón, para los anónimos, a quienes la oligarquía llama despectivamente “carne de cañón”. Queremos que todo el mundo goce de libertad; que el artesano disfrute de su trabajo, que el labrador cultive sin peligros la tierra, y que la fraternidad por doquiera, como una bendición de Dios, dé sus benéficos resultados”.
Zeledón quedó encerrado en la trampa que la desafortunada historia de nuestro país había repetido antes y repetiría después: soldados extranjeros matando nicaragüenses a pedido de nicaragüenses. Sin embargo, ante la fatalidad, conserva siempre la esperanza: “Al rechazar las ofertas de oro y de honores que se me hicieron, firmé mi sentencia de muerte….porque cada gota de mi sangre derramada en defensa de mi Patria y de su libertad, dará vida a cien nicaragüenses que, como yo, protesten a balazos del atropello y la traición de que es actualmente víctima nuestra hermosa pero infortunada Nicaragua…”.
Otros tiempos y otros vientos soplan en Nicaragua. Tiempos y vientos idos. Y tiempos y vientos revenidos. Zeledón vuelve al presente y nos habla con la autoridad de sus ideas, con la autoridad de su amor por Nicaragua y con la autoridad de su heroísmo: escuchémosle!
Valentin
Es importante para todo buen nicaraguense no olvidar la historia, en especial no debemos olvidar a nuestros heroes y martires como Bejamin Zeledon, Sandino, Carlos Fonseca, Andres Castro, que en su momento se sacrificaron aun dieron la vida por ver una patria libre y soberana y en su lucha enfrentaron no sólo al imperio del norte, sino también a los lacayos criollos. El tiempo ha pasado desde aquella momorable gesta heroica del 4 de octubre de 1912, pero el enemigo sigue siendo el mismo, ahí está el yanqui imperialista cada vez más poderoso, siempre con su sed insaciable de dominación no solo sobre nuestro pequeño país, sino que también sobre otros pueblos del mundo, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, pero tmabién también están los decendientes de Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, Carlos Cuadra Pasos, los Somozas, dispuestos a servir al imperio de la misma manera que lo hicieron sus tatarabuelos y abuelos , pero los vende patrias de nuevo cuño, siempre tendrán de frente a los herederos de Benjamin Zeledón, Sandino y Andres Castro, dispuestos a dar la vida para defender a la hermosa y sufrida Nicaragua, de los amagos del imperio y sus adlateres. ! Viva el gran heroe nacional Benjamin Zeledon!
Aura Lila
Como quien dice, por cien anos hemos estado montados sobre la rueda y un mismo sitio. Todo, todito tenemos igualito que ayer… Saludo Oficial para este hombre que si, amo a su patria.
Nikarahuak Yacinto de la Roca
La situacion estrategica y geopolitica de Nicaragua siempre nos ha afectado directamente. Es por eso que nuestras «castas criollas» en repetidas ocasiones y con el objetivo de mantenerse (o de tomar) en el poder en nuestro pais, han llamado a fuerza extranjeras. Es asi que como tu mencionas «soldados extranjeros matando nicaragüenses a pedido de nicaragüenses» es un absurdo. Los nicaraguenses deberian de ser capazes de arreglar sus diferencias y problemas politicos entre ellos mismos y sin ninguna injerencia extranjera. Pero como historicamente nuestros hombres politicos son oportunistas y sin escrupulos alguno, las potencias de turno se han aprovechado en varias ocasiones para invadirnos e instalarse en nuestro pais como Pedro en su casa. Educación. Libertad. Igualdad ante la ley. Justicia eran palabras «claves» en el discurso de Benjamin ZELEDON, héroe nacional nicaraguense poco conocido por las generaciones presentes. El discurso del Géneral ZELEDON nos suena nuevamente en nuestros oidos en este inicio del siglo XXI. Inclusive esta cada vez sonando con mas fuerza este discurso considerandose las injusticias actuales que predominan en nuestro pais y en donde el pobre se vuelve mas pobre, debido todo esto a la falta de una verdadera redistribucion de la riqueza y a la falta de justicia. En la historia de Nicaragua siempre han existido hombres visionarios que han dejado un lastre de lucha en todas nuestras generaciones pasadas y presentes. Nuestra obligacion moral para con Nicaragua, es de recoger el discurso del Géneral ZELEDON y de darle vida dia a dia, minuto a minuto, segundo a segundo, a fin de que Educación, Libertad, Igualdad ante la ley y Justicia, sean una realidad en nuestro maltratado pais. Pues es de resaltar que la clase politica criolla, historicamente en su inmensa mayoria, se ha comportado de una manera egoista y arrogante en relacion al pueblo humilde de Nicaragua. Hombres como el Géneral ZELEDON y su discurso, indican la direccion a seguir por las futuras generaciones de nuestro pais, siempre en la busqueda de un futuro radiante . Ojala su discurso sea mejor conocido y difundido en la juventud.
Maryland
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Clay Irelan
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jesaenz
Reblogueó esto en Enrique Sáenz.
jesaenz
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N.H.Z.
Excelentes citas y comentarios sobre el Idealista, como le llamo al Gral. Zeledón en mi nuevo libro. La grandeza de Zeledón es que sus palabras fueron consecuentes con sus hechos; su máximo sacrificio es algo que no debemos olvidar nunca y hay que contarlo y recontarlo a las generaciones futuras.
jesaenz
Muchas gracias, doctor, por su comentario. Esperaré ansioso su nuevo libro. Saludos,
N.H.Z.
Excelentes citas y comentarios sobre el Idealista, como le llamo al Gral. Zeledón en mi nuevo libro. La grandeza de Zeledón es que sus palabras fueron consecuentes con sus hechos; su máximo sacrificio es algo que no debemos olvidar nunca y hay que contarlo y recontarlo a las generaciones futuras.
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Rigoberto Artola
Gracias por esa formacion Enrique que al menos todos los diputados tuvieran el pensamiento de Zeledon y yo recuerdo que le escribi a Don Fabio Felicitandolo por no haber tomado su curul y dije que ningun diputado tenia nada que hacer en el Parlamento, Una revestido con el papel de Diputado que clase de impacto hubiera sido todos en la puerta del parlamento sin entrar en el. eso hubiera impactado internacionalmente pero ni modo.
jesaenz
Gracias, Rigo. Vos tocás un tema controversial. Seguramente si hubiéramos hecho, una buena parte de los nicaragüenses nos hubieran reprochado que votaron por nosotros, arriesgaron el pellejo defendiendo el voto y nosotros tranquilamente nos fuimos para nuestras casas. Personalmente pienso que hubiera sido un error hacerlo. Ortega tranquilamente hubiera procedido a llenar las vacantes a su antojo y ya. Pero bueno, ya estamos en lo que estamos. Saludos,
Rigoberto Artola
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jesaenz
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